Francisco de Goya (1746-1828). Sueño. 1790. National Gallery, Dublín.
Buenas noches
Frédéric Chopin (1810-1849). Nocturno op. 48 nº 2 en fa sostenido menor. Andantino. Daniel Barenboim, piano. Deutsche Grammophon (Polydor), 1982
Francisco de Goya (1746-1828). Sueño. 1790. National Gallery, Dublín.
Django Reinhardt (1910-1953). Swing From Paris. Membran Music, 2003
Lamento las prisas en redactar esta nota, pero me he dado cuenta muy tarde de la fecha y no quiero dejar de hacerle mi pequeñísimo homenaje antes de que acabe el día.
Camille Pisarro (1830-1903). L'Avenue de l'Opéra, Place du Théâtre Français au brouillard. 1898. Nueva York, Colección Privada.
Camille Saint-Saëns (1835-1921). Mélodies sans paroles. Plainte. Bart Schneemann, oboe. Paolo Giacometti, piano. Brilliant classic (MasterMusic), 1998.
J.S. Bach (1683-1750) I Preludio. Suite nº1 para cello solo en sol mayor BWV 1007. Jacqueline Du Pré, cello. Emi, 1989.
Luca Giordano (1634-1705). Fresco de la Bóveda del Casón del Buen Retiro. Madrid.
Antonio Vivaldi (1678-1741). Concierto para oboe y orquesta RV 447 en Do mayor. I Allegro non molto. Guildhall String Ensemble. Dir.: Robert Salter. Malcom Messiter, oboe, Paul Nicholson, clave. Emi, 1988.
Luigi Boccherini (1743-1805) Concierto para cello y orquesta en Si bemol mayor. II Adagio. English Chamber Orchestra. Dir.: Moud Martin-Tortellier. Paul Tortellier, cello. Emi, 1974.
L.van Beethoven (1770-1827). Cuarteto op. 132 en la menor. Alban Berg Quartett. Emi, 1983.
Hoy pintan bastos... y de los gordos.
La lluvia sucia y persistente se ha llevado esa cubierta blanca, uniforme y limpia que nos permitía el salto al vacío de un entreacto, como decía Charles de Batz.
Y la tristeza ha vuelto y no hay forma de librarse de ella. Roe despacito, con suavidad, destruyendo el sosiego. Y cuando eso ocurre, no hay más remedio que apurarla, bebérsela, masticarla hasta que pase y desaparezca...
Y escuchar a Rachmaninov.
Sergei Rachmannov (1873-1943). Vocalise. Op. 34, nº 14. Gautier Capuçon, cello y Gabriela Montero, piano. Virgin classics (Emi), 2008
Sergei Rachmannov (1873-1943). Variación nº 18. Rapsodia sobre un tema de Paganini. Op. 43. Transcripción e interpretación: Gautier Capuçon, cello y Gabriela Montero, piano. Virgin classics (Emi), 2008
PD Les pediría, abusando de su buena fe y su amistad, que hoy no hagan comentarios. No podría contestarlos. Hay días en que una no está para nada.
Miro desde la calidez del visillo huellas de pisadas limpias en el blanco torpe con ínfulas de manto. A estas horas de la noche, un Madrid silencioso y nevado se reconcilia consigo mismo más allá de esa torpeza virgen que da la madrugada.
Es hermoso sentir la serenidad que produce la desolación helada y blanca.
Franz Schubert (1787-1828). Texto: Wilhelm Müller. Erstarrung (La imagen helada). Die Winterreise (El viaje de invierno) D 911 nº 4. Dietrich Fischer-Dieskau, barítono. Gerald Moore, piano. Deutsche Grammophon, recopilación en 2005. Grabado en agosto de 1971
Erstarrung
Ich such' im Schnee vergebens
Nach ihrer Tritte Spur,
Wo sie an meinem Arme
Durchstrich die grüne Flur.
Ich will den Boden küssen,
Durchdringen Eis und Schnee
Mit meinen heißen Tränen,
Bis ich die Erde seh'.
Wo find' ich eine Blüte,
Wo find' ich grünes Gras?
Die Blumen sind erstorben,
Der Rasen sieht so blaß.
Soll denn kein Angedenken
Ich nehmen mit von hier?
Wenn meine Schmerzen schweigen,
Wer sagt mir dann von ihr?
Mein Herz ist wie erstorben,
Kalt starrt ihr Bild darin;
Schmilzt je das Herz mir wieder,
Fließt auch ihr Bild dahin!
La imagen helada*
Busco en vano en la nieve
la huella de sus pasos.
Donde no hace mucho y de mi brazo
ella se paseaba por la verde campiña.
Quisiera besar el suelo
y atravesar el hielo y la nieve
con mis lágrimas ardientes
hasta ver la tierra.
¿Dónde encontraré una flor?
¿Dónde hallaré la hierba verde?
Las flores están muertas,
el césped ha perdido el color.
¿No podré llevar conmigo
ningún recuerdo de este lugar?
Cuando mi dolor enmudezca,
¿qué objeto me hablará de ella?
Mi corazón está como muerto,
y en él yace aterida su imagen helada.
Y si mi corazón un día se fundiese,
también su imagen lejos fluiría.
(trad. Paz Juan)
(*)La traducción del título no es literal, pero me pareció más apropiada.
Imagen: Carretera nevada de Midwest
con un hacha
me ha golpeado el dolor,
pero el sueño
pasó lavando como un agua oscura
piedras ensangrentadas.
Hoy de nuevo estoy vivo.
De nuevo
te levanto,
vida,
sobre mis hombros.
Oh vida,
copa clara,
de pronto
te llenas
de agua sucia,
de vino muerto,
de agonía, de pérdidas,
de sobrecogedoras telarañas,
y muchos creen
que ese color de infierno
guardarás para siempre.
No es cierto.
Pasa una noche lenta,
pasa un solo minuto
y todo cambia.
Se llena
de transparencia
la copa de la vida.
El trabajo espacioso
nos espera.
De un solo golpe nacen las palomas.
Se establece la luz sobre la tierra.
Vida, los pobres
poetas
te creyeron amarga,
no salieron contigo
de la cama
con el viento del mundo.
Recibieron los golpes
sin buscarte,
se barrenaron
un agujero negro
y fueron sumergiéndose
en el luto
de un pozo solitario.
No es verdad, vida,
eres
bella
como la que yo amo
y entre los senos tienes
olor a menta.
Vida,
eres
una máquina plena,
felicidad, sonido
de tormenta, ternura
de aceite delicado.
Vida,
eres como una viña:
atesoras la luz y la repartes
transformada en racimo.
el que de ti reniega
que espere
un minuto, una noche,
un año corto o largo,
que salga
de su soledad mentirosa,
que indague y luche, junte
sus manos a otras manos,
que no adopte ni halague
a la desdicha,
que la rechace dándole
forma de muro,
como a la piedra los picapedreros,
que corte la desdicha
y se haga con ella
pantalones.
La vida nos espera
a todos
los que amamos
el salvaje
olor a mar y menta
que tiene entre los senos.
Ed. Losada, B.C. y C. - 3ª ed. Buenos Aires, 1970
Les aseguro que la condesa volverá a ser hermosa. Y yo también.