¿Quién es Gaspard de la Nuit? ¿Un personaje? ¿El narrador? ¿El propio Louis Bertrand? ¿El hacedor de un rito mágico? ¿El guardián del secreto?
Vayamos por partes. Louis-Jacques-Napoléon Bertrand (1807-1841), parapetado tras el pseudónimo de Aloysius Bertrand, crea un personaje al que hace autor de su propia obra. Es decir, su timidez y discreción lo llevaron a esconderse detrás de si mismo y, posteriormente, detrás de otro. Todavía va más allá cuando al inicio de su obra identifica a Gaspard de la Nuit, inequívocamente, con el mismísimo diablo. Y Gaspard es como un especialísimo y particular diablo cojuelo, que hubiera sustituído la picaresca por un sentido arcano y oscuro de la vida y los sueños y que, en lugar de destapar los tejados de las casas, levantara los de nuestra propia alma, enfrentándonos así a nosotros mismos.
Pero el nombre de Gaspard no está elegido al azar. Proviene del término persa "Gizbar", que designaba el cargo del tesorero real.
Gaspard es pues el mismo diablo, pero también el tesorero de la noche, el que guarda celosamente, esconde y cuida todo lo oscuro, lo misterioso, lo oculto o precioso que la noche encierra.
La obra Gaspard de la Nuit fue el único libro que escribio el anónimo y apocado Louis Bertrand. Con él inauguró en su país el género que el propio Baudelaire dio en llamar poesía en prosa. Y él solo bastó a quien lo escribió para pasar a la historia de la literatura universal, por la puerta grande y con todos los merecimientos.
Definido pues el texto como poemas en prosa, está dividido en seis partes que, a su vez, tienen varias subdivisiones y consta de un anexo con papeles diversos escritos por su autor. A pesar del reconocimiento del que goza hoy en día, el recorrido que tuvo que realizar la obra desde su creación fue largo y hasta espinoso. Modificado, corregido y pulido continuamente por Bertrand, no pudo ver la luz sin embargo hasta 1842, en una edición póstuma y llena de erratas publicada en Angers, que puede ser considerada uno de los más espectaculares fracasos de la edición literaria. Se vendieron 20 ejemplares.
En la dedicatoria que su autor hacía a Victor Hugo, podía leerse: "... Entretanto el librito que te dedico habrá corrido la suerte de todo lo que muere después de haber entretenido, acaso una mañana, a la corte y al pueblo". De no ser por Baudelaire, las palabras de ese italiano de nacimiento, criado en Dijon, periodista que saltó a Paris para regresar enseguida a su querida capital de la Borgoña, habrían sido exactas y proféticas.
Todos los relatos y poemas son la expresión hermosa y extraña de imaginaciones, ensoñaciones o pesadillas, relacionadas en muchos casos con la Edad Media y su mundo escondido, plagado de leyendas, mitos y personajes fabulosos, tan queridos posteriormente por el Romanticismo.
Pero el texto lleva un curioso subtítulo:
Gaspard de la Nuit
Fantasías
a
la manera
De Rembrandt y Callot
Dos conceptos pues y dos maneras radicalmente opuestas de entender la obra pictórica y el arte en general. Sus poemas, como pequeños cofres preciosos que ocultan lo que de más hermoso y escondido y oscuro guarda la noche, son pinceladas de cuadros diversos. Algunos difuminados y exquisitos, llenos de rigurosa orientalidad rembrandtiana. Otros, en cambio, son nítidos, de línea marcada y clara, a la manera de los grabados de Callot. En otros muchos casos, los poemas están dotados de una atmósfera que adquiere vida propia como en Velázquez o que esconden el horror de la guerra y de nuestros propios monstruos, como si la mano de Goya le guiase a Bertrand la pluma. Podrían extenderse los ejemplos a Veronés, Durero o Brueghel.
Pero dejémonos ya de charlas. Este compacto, extraño y a ratos nada complaciente ni fácil texto, nos conducirá a través de nosotros mismos por obra y gracia del propio Gaspard, creador de seres fantásticos como Scarbo, gnomo de innumerables tesoros, tal y como lo definiría el propio Bertrand.
Tanto la obra literaria de Bertrand como la musical de Ravel creo que pueden ser definidas de forma bastante correcta como heterodoxas. Quizá esto hace también que la música complete y envuelva los poemas de forma tan espléndida. Pero mientras esa visión completa y fusionada de ambas obras llega, aquí tienen un adelanto de la obra del enamorado de Dijon, su ciudad. Dejen descansar a su inteligencia más racional y permitan que la emocional aflore, llevándoles a través de la extraña hermosura de esta ensoñación.
LA HABITACIÓN GÓTICA
Nox et solitudo plenae sunt diabolo
Los Padres de la Iglesia
De noche, mi habitación está llena de diablos.
- ¡Oh! La tierra - le murmuré a la noche - es un cáliz embalsamado; su pistilo y sus estambres son la luna y las estrellas.
Y con los párpados pesados por el sueño, cerré la ventada marcada con la cruz del calvario, negra en la aureola amarilla de las vidrieras.
¡Si la media noche - la hora blasonada de dragones y diablos - sólo trajera al gnomo que se emborracha con el aceite de mi lámpara!
¡Si sólo trajera a la nodriza que, con una nana monótona, acuna en la coraza de mi padre a un bebé nacido muerto!
¡Si sólo trajera al esqueleto del lansquenete emparedado bajo la madera, que golpea con la frente, el codo y la rodilla!
¡Si sólo trajera a mi antepasado que sale andando de su marco carcomido, y moja su gantelete en el agua bendita de la pila bautismal!
¡Pero trae a Scarbo, que me muerde el cuello y que, para cauterizar mi herida abierta, hunde en ella su dedo de hierro al rojo vivo!
Primer poema del tercer libro de Las Fantasías de Gaspard de la Nuit: La noche y sus prestigios.
Aloysius Bertrand. Gaspar de la Noche - Fantasías a la manera de Rembrandt y de Callot. Traducción de Marcos Eymar. Edit. Augur Libros. Primera edición: noviembre de 2008
Quisiera nombrar de forma especial a Marcos Eymar, autor del prólogo y traductor de la versión española manejada y cuya imagen y ficha bibliográfica aparece más arriba. Sus notas y conocimientos me han ayudado mucho a introducirme en el texto y realizar esta entrada. No es la única fuente manejada. Todas ellas y mi propia opinión sobre el libro han configurado la mayor parte de este post. Si se animan y lo leen, sin duda llegaran a conclusiones diferentes. Es una de las grandezas de la lectura.
Por último, les traigo el nombre y el rostro de quien recita los poemas que escucharán en las entradas dedicadas a las tres partes de la obra. Se trata de la actriz francesa Carole Bouquet. Su voz les ayudará a sumergirse en el bellísimo texto.
Y ahora, sin más, disfruten de la obra de Bertrand que yo, por hoy, ya les he robado demasiado tiempo.
Buenos días.