Y para mí esa rotunda aseveración es hoy más cierta que nunca, al menos en algunos casos. Es verdad que hay dolores crueles que se marcan en las facciones y el cuerpo como una arpía indecente y provocan envejecimiento prematuro, fealdad, tristeza, sufrimiento imposible de asimilar. Entre esos dolores yo incluyo la guerra, el hambre, la crueldad humana, el maltrato, el odio, ese que provoca generalmente el hombre como lobo para el hombre. Quedarán por siempre esculpidos sin remedio, como una lacra, una herida que no cierra, grabados a fuego por la desesperanza, la miseria o incluso el olvido.
Pero no hablo del dolor de la superviviencia o de la muerte. Hoy quiero referirme a ese dolor pequeño, fruto de haber vivido. A ese que se nos clava en el ánimo pero que cuando pasa y lo superamos nos hace más fuertes, mejores personas, más humanos, más asequibles y tolerantes, que nos hace ponernos en el lugar del otro y sentir empatía (que por eso la palabra viene de in pathos, en el dolor o en el sentimiento) e incluso compadecernos (también en el sentido más noble del término: cum pathos, compartir el dolor o el sentimiento). Y estoy convencida de que ese dolor hermosea. Se va posando suavemente en el rostro junto a las arrugas de las comisuras en los labios que provoca la risa abierta; las del ceño, a veces por el enfado pero también por la extrañeza, la ternura y la sonrisa; las de los ojos, seguramente por la felicidad y la alegría. Ese dolor, el superable, el que se origina en el alma y no como brutal agresión externa, nos hace más hermosos, más bellos y más conscientes de que los surcos que deja son huellas de vida.
Eso sí, mientras lo padecemos, mientras nos muerde con saña y meticulosamente las orillas de la autoestima y el ánimo no somos capaces de verle el menor encanto. Nos machaca de a poquitos, nos mata lo que de más vital tenemos y nos hunde bajo el peso de la tristeza y el sufrimiento anímico o físico. Pero cuenta, a su pesar, con dos valiosísimos caballos de Troya: de un lado el tiempo, esa maravillosa panacea de casi todos los males del alma y de otro, nuestra propia capacidad de apurar ese dolor, de beberlo, de digerirlo, de transformarlo y aprender de él hasta convertirlo en nuestro propio bagaje personal, sacando de él la fuerza para seguir viviendo y no limitarnos a sobrevivir. De ahí, como en una peculiar y doliente metamorfosis, saldremos renovados, con más fuerza, más maduros emocionalmente y más hermosos de alma y de rostro.
Y además ese dolor íntimo, personal, individual y propio, pequeño aunque profundo y al que no pueden acceder por más que lo intenten los que nos quieren bien para consolarnos y ayudarnos, tiene una espléndida y redentora cualidad. Nos hace levantarnos con más ganas que antes de caer. Hace que irremediablemente, y porque amamos la vida, pongamos todo nuestro empeño en recuperar las fuerzas para volver a empezar.
Y en ésas está esta condesita. Con altos y bajos, con subidas y bajadas de tiovivos emocionales, pegándose a días consigo misma para levantarse de la cama y agradeciendo el respiro de algunas tardes que a veces le devuelven con brevedad la tranquilidad, el sosiego y la esperanza. Acudiendo al psiquiatra y al psicólogo con puntualidad suiza, tomándose la medicación prescrita como una niña obediente y aplicada. Y apoyándose en sus pequeños pero sólidos bastones reales, afectivos, los de toda la vida. En su marido, en su hermana, en sus escasos amigos de la infancia y en los aún más escasos de la primera juventud. Y sigue creyendo firmemente que la música es el linimento más completo para los dolores ilocalizables y el bálsamo que mejor cicatriza las heridas invisibles. Todavía caerá unas cuantas veces, pero volverá a levantarse con más ganas que antes. Y pasará por encima del desaliento, la deslealtad, las incompatibilidades, los desencuentros y el dolor por mucho que escuezan en el ánimo y el estómago. Y eso significa que, necesariamente, tendrá que dejarse cosas y personas en el camino. Porque se perdona de corazón pero el olvido es casi siempre imposible. Y conseguirá desprenderse poquito a poco pero definitivamente de esas adherencias que a ella tanto daño le han hecho. Quizá, sólo quizá, no le fueron pegadas a propósito, quizá ella sólo lo presuponga o lo intuya o lo deduzca. En todo caso, se liberará de las verdades a medias o falseadas, cuando no directamente de la mentira, de la decepción producida porque hayan abusado de su buena fe y hasta de la tal vez inocente inoportunidad o la dolorosa metedura de pata ajenas.
Cualquiera que haya pasado por una depresión seria (no una tristeza temporal sino esa larga y dura enfermedad del cerebro y el alma que te machaca sin consideración) sabe que cuesta, que es lento, pero que se sale y se sale fortalecido. Habrá días en que la dueña de este blog no estará para nada ni para nadie y no habrá comentarios a los comentarios ni visitas a sus casas Pero habrá otros en que se pondrá sus mejores vestidos y se asomará a esta ventana para hablarles de música, de pintura o de cosas personales sin importancia. Al principio los primeros ganarán a los segundos pero, más despacio o más pronto, se invertirá la ecuación y Mozart (mi queridísima Maga, te debo una trilogía dapontiana), Lully, Berg y hasta el mismísimo Wagner (no van a librarse así como así del Tristán e Isolda) volverán a pasearse por estas páginas, con o sin sinestesia, con o sin siniestra mano. Se lo prometo. Denme un cierto margen y volverán a despotricar de esta condesita filogermánica absolutamente anti-nazi (mal que le pese a alguna). Pero también volverán a adorarla y a enamorarse de ella porque precisamente en ella va buena parte de mí misma y no estoy dispuesta, bajo ningún concepto, a dejar el menor resquicio para que se olviden de quererme. Tengo la esperanza plena y absoluta de que vuelvan a caer rendidos a mis pies, por mi descoque, frivolidad, ligereza y por mi hermosura, no la de Madrazo, sino aquélla con que la vida me ha ido regalando y modelando mis facciones poco a poco.
Y despacito, con esfuerzo y tiempo, cada vez se caerá menos y le dolerá menos y se levantará antes y más rápido y con más impulso y más fuerza. Y se dejará cosas en el camino, flecos de sí misma que no volverán a crecer pero que curarán con más o menos mimos, con más o menos esfuerzo, con más o menos tiempo. Porque las cicatrices nos recuerdan que donde hubo herida y dolor, lo que permanece para siempre es que curaron y dejaron de hacer daño. Sólo cuando el clima amenaza lluvia duelen ligeramente para que nos cercioremos de que no cerraron en falso, de que hace mucho que la infección desapareció, de que seguramente y aun así valió la pena porque conseguimos extirpar lo que nos hacía mal y nos envenenaba el alma. Y ese pequeñísimo dolor desaparece sólo con acariciar suavemente la cicatriz y estar absolutamente seguros de que fue necesaria para sanar.
Y ese sufrimiento, como a todos ustedes les ha sucedido en una o más ocasiones, me hermoseará de la misma forma que los ha vuelto más hermosos también a Vds. Y entonces conseguiré mirarme al espejo con honestidad, con valor, con la estima renovada y recuperada y decirme a mí misma sin el menor engaño que, sólo por lo bueno que trajo, mereció la pena.
Y para rematar esta entrada tan poco musicopedagógica y de paso cortar el rollo narcisista, les dejo dos pequeños regalos de Reyes en forma de poema y de aria. Muy distintos, pero complementarios. El primero habla de la necesidad y de la fuerza imperiosa de la vida abriéndose paso, del amor por ella; la otra, de la hermosísima esperanza que en el fondo es la que nos ayuda a levantarnos cada día y mantenernos a flote, independientemente de que nuestros sueños o deseos se vean o no cumplidos, independientemente de las veces que todavía debamos caer.
Que el nuevo año se porte con todos Vds. mucho mejor de lo que lo ha hecho el odioso que se fue. El personaje central de este blog, creado casi más por Vds. que por mí pero del que cada día me impregno más, está casi segura de que como a peor no puede ir, el 2010 va a ser, cuando menos, un poco más agradable y compensador.
Y, si no les importa, sigan locamente enamorados de esta condesita, que ella se alimenta de su enamoramiento y además le hace mucha ilusión y a mí me vendrá muy bien.
con un hacha
me ha golpeado el dolor,
pero el sueño
pasó lavando como un agua oscura
piedras ensangrentadas.
Hoy de nuevo estoy vivo.
De nuevo
te levanto,
vida,
sobre mis hombros.
Oh vida,
copa clara,
de pronto
te llenas
de agua sucia,
de vino muerto,
de agonía, de pérdidas,
de sobrecogedoras telarañas,
y muchos creen
que ese color de infierno
guardarás para siempre.
No es cierto.
Pasa una noche lenta,
pasa un solo minuto
y todo cambia.
Se llena
de transparencia
la copa de la vida.
El trabajo espacioso
nos espera.
De un solo golpe nacen las palomas.
Se establece la luz sobre la tierra.
Vida, los pobres
poetas
te creyeron amarga,
no salieron contigo
de la cama
con el viento del mundo.
Recibieron los golpes
sin buscarte,
se barrenaron
un agujero negro
y fueron sumergiéndose
en el luto
de un pozo solitario.
No es verdad, vida,
eres
bella
como la que yo amo
y entre los senos tienes
olor a menta.
Vida,
eres
una máquina plena,
felicidad, sonido
de tormenta, ternura
de aceite delicado.
Vida,
eres como una viña:
atesoras la luz y la repartes
transformada en racimo.
el que de ti reniega
que espere
un minuto, una noche,
un año corto o largo,
que salga
de su soledad mentirosa,
que indague y luche, junte
sus manos a otras manos,
que no adopte ni halague
a la desdicha,
que la rechace dándole
forma de muro,
como a la piedra los picapedreros,
que corte la desdicha
y se haga con ella
pantalones.
La vida nos espera
a todos
los que amamos
el salvaje
olor a mar y menta
que tiene entre los senos.
Ed. Losada, B.C. y C. - 3ª ed. Buenos Aires, 1970
Les aseguro que la condesa volverá a ser hermosa. Y yo también.
18 comentarios:
Mi querida Freia. Apóyate en éste, tu bastón, cuando sea necesario. No te olvides de que estoy aquí. Te necesitamos. Besos.
Salud y República
Entre tanto pato empático y tan antipático momento apático quedamos conmovidos por su retorno esperando que las causas que motivaron su reciente comportamiento, un tanto errático, cesen de actuar sobre su carácter, de natural simpático.
Para celebrar su vuelta le regalo un poema que no es mío, poruqe yo lo hubiera escrito mejor, pero mío siento:
A la entrada de un valle, en un desierto
do nadie atravesaba ni se vía,
vi que con estrañeza un can hacía
estremos de dolor con desconcierto:
ahora suelta el llanto al cielo abierto,
ora va rastreando por la vía;
camina, vuelve, para, y todavía
quedaba desmayado como muerto.
Y fue que se apartó de su presencia
su amo, y no le hallaba, y esto siente:
mirad hasta dó llega el mal de ausencia.
Movióme a compasión ver su accidente;
díjele, lastimado: "Ten paciencia,
que yo alcanzo razón, y estoy ausente."
Querida Freia, me alegro de leerte y aún más de lo que leo y pienso, que si eres capaz de describir como lo has hecho todos esos sentimientos que encontramos en el camino de la vida, sabrás darle solución a todo y lucirá toda tu hermosura en su esplendor.
Que el año que comienza te sea favorable y seas feliz.
Un fuerte beso.
Querida condesa, en el texto se refleja vuestra hermosura. No tengo ninguna duda de que acabareis por salir de este valle con nieblas y tiniebla alcanzando las laderas y cumbres soleadas de la vida. Y es cierto que la música es un buen remedio para los dolores ilocalizables. Vos sabeis màs de música que este humilde servidor. Ahún asi, os regalo este enlace
http://www.youtube.com/watch?v=KS-U8FFLQPI
(por si no os ha llegado ya) que navega por la red y que espero os agrade y os proyecte algun càlido rayo de sol.
Besos
Me alegro de verla, leerla y oirla mucho, cara comtessa que me tenía preocupao grandemente...menudo peazo de entrada que se ha marcado, de la que me quedo con su vuelta, con Puccinni y con los senos olor a menta del poema de Neruda.
Un abrazo goldo
Querida Condesita siempre bella. Su escritura de hoy lleva en cada frase un recodo conocido y no superado. Deseo que este ciclo que con fuerza empieza la mantenga radiante y con fuerza.
Gracias por ser.
Rafa
Mi querido Rafa. Tranquilo, estoy en buenas manos tanto profesionales como personales. Si algo tengo claro es que, poco a poco, me ire recuperando. La depresión es una enfermedad como otra cualquiera y hay que luchar contra ella. Ganaré, tenlo por seguro.
Pero quisiera sobre todo decirte que mil gracias por estar ahí y por ese ofrecimiento. Aunque el esfuerzo lo tengo que hacer fundamentalmente yo (de hecho ya lo estoy haciendo), siempre es bueno poder reconocerse en aquéllos a los que quieres.
Beso manos y pies, náuticos incluídos, aunque con la nieve que está cayendo ahora no creo que sea cuestión de andar con ellos por Rivas.
Javier
Con seguridad, aunque seguido de cerca por Bakunin, eres mi mejor amigo desde hace más de treinta años y lo sabes bien. También, mi mejor bastón. Gracias por aguantarme todos estos meses el peso
Sólo quiero decirte que te quiero profundamente.
Isabel
Gracias por tus palabras. En eso estoy, en intentar darles solución. No es la primera vez que me toca lidiar con el morlaco feo y astifino de la depresión, pero la experiencia es un grado y yo soy muy, muy cabezota y constante. Podré con ella.
Un feliz año para ti también y un beso muy fuerte.
Fra Miquel
Mi querido Pater. Siempre recibo de Vd. algún hermoso regalo que me hace el día mucho más llevadero, aunque esté nevando, como en Madrid ahora. Sí que conocía el vídeo, pero contemplado desde su banco con vistas se convierte en único, especial y recién estrenado.
Espero que los jardines de invierno estén preparando ya los brotes que saldrán dentro de 3 meses. Abone y cuide con especial mimo algún narciso para mí. Junto con las orquídeas son las flores que más me gustan.
Un petò ben fort per el meu amic florit i moltes gracies per les seves paraules i per diurme que tinc bellesa. (mi catalán es de oído, ya sabe. Las faltas de ortografía me las corrige Vd.)
Fritus
Caro Fritus. Ya sabe que yo, cuando me pongo, me pongo. Haré regresos intermitentes. Ya sabe, a la condesa le gusta hacerse desear. Es así de coqueta y frívola. No ande preocupado. Fasolt sabe cuidar de mi como nadie. ¿Verdad que es hermosa esa imagen de la menta en los senos y amar el salvaje olor a mar? Neruda es Neruda.
Si me permite, le confesaré que Vd. también es muy hermoso en la alegría.
Un beso especialísimo a sus dos chicas.
Siempreconhistorias
Querida Izaskun. Por supuesto que hay recodos no superados. Si no fuera así, la depresión no tendría razón de ser y ya habría pasado. En eso consiste el reto para ganarle a ella la batalla. Cada frase ha sido escrita desde dentro y con mi verdad. No es fácil desnudar el ánimo, por eso no me importa reconocer que soy débil y que las cosas me cuestan y me duelen. Pero cuando lo consiga sentiré que he actuado con honestidad y honradez para conmigo misma. Y espero que durante toda mi vida haya siempre recodos por superar. Yo creo que, por fortuna, en la vida siempre debe haber recodos no superados, que nos mantengan vivos, que supongan un reto y un aliciente, que nos hagan madurar y crecer y ser mejores personas. No esté preocupada al respecto. Tenga por seguro que ganaré la batalla y saldré renovada y reforzada.
Le diré también que realmente no creo empezar ningún ciclo. No creo en cerrar o abrir ciclos. Entiendo la vida como un camino, más o menos llano, más o menos abrupto, más o menos fácil. Pero se aprende siempre de lo pasado y la superación nos fortalece. Y conforme se van superando recodos y se ven desde la distancia del tiempo y el camino recorrido, uno se da cuenta de que todo, lo bueno y lo malo, ha merecido la pena y lo hemos agregado a la mochila como un bagaje positivo.
Yo también le deseo a Vd. suerte y fuerza.
Querida Freia, emotiva entrada. Tu forma de describir tus sentimientos, tu lucha es extraordinaria.
Aunque hace poco que nos hemos descubierto, tienes en mi una bloguera disponible para cuando lo necesites.
Te mando energía para que puedas seguir luchando con toda tu fuerza.
Un abrazo
Carmen
Querida Carmen.
No me creas tan admirable.
Verás, cada tres meses tengo que ir al departamento de Oncología del Ramón y Cajal para hablar con la doctora de mi suegra. Hace seis años pasé con mi madre también dos años yendo durante una larga semana cada mes a las sesiones de quimio que tenía que soportar. ¡Eso sí es lucha y no la mía! Lo mío es mucho más llevadero e infinitamente menos importante aunque se trata de mí y me cuesta.
Yo espero que dentro de poco, en uno de esos días en que la vida te invita a tomar café, de pronto y sin venir a cuento y como un regalo, podamos conocernos. Tenemos dos excelentes amigos que nos presentarán y nos ayudarán a conocernos. Te aseguro que me apetece mucho.
Gracias por tu energía y por tu apoyo. Yo me conformo con que sigas escribiendo como lo haces y con que llenes el abuelo Cebolleta y tu blog de pequeños retazos de recuerdos y vida.
Un abrazo
Gracias hermosa Condesa, por tus palabras, por el poema, por la música.
Por hacer de este rincón, un escondite armónico.
La limpieza del dolor interior viene de fuera, es un proceso de transformación permanente, del que, como bien dices, se renace.
He colgado en mi blog una entrevista con tres escritoras españolas.
Os agradecería les dedicaseis un ratito y algún comentario.
Liebe Grüße
Kuss
María, tu dolor es el tuyo y tienes todo el derecho del mundo a que te duela y a decirlo aunque creas que, objetivamente, no es tan importante como otros. Apóyate en Manuel todo lo que necesites. Sabes luchar y levantarte aunque lo estés pasando tan mal.
Entre otras muchas cosas, nos une Movistar y ese proyecto de conocernos pronto.
Un beso especial para una de las mujeres más fuertes y animosas que conozco.
Cuídáos mucho.
Mita
Es un placer tenerte de nuevo por aquí, con todo lo que ello significa y porque tú también eres fuerte y hermosa.
No sabes lo que me alegra que las corrientes de agua y azahar vuelvan a moverse. Me voy ahora mismo para allá.
Liebe Grüße auch für Dich.
Un beso gordo, gordo, gordo y castellano.
Qué cosas tienes. ¡Cómo se nos iba a olvidar quererte! ;-PPP
Besos a la Condesa, pero sobre todo, a mi querida y dulce Paz
Lo de Lorenzo Da Ponte seguro que será sonado y de aúpa, viniendo de ti... Avisaré a mi costilla para que no se lo pierda...
Más besos
La condesa te agradece los besos y Paz se los devuelve por duplicado a su querida germana menor.
Lo de Da Ponte, seguro, seguro que sonado sí. Otra cosa es que salga algo decente.
Curiosa trilogía ésta, sin pretender serlo (en especial el don Giovanni) con texto de un sacerdote libertino de origen judío y música de un genial compositor, animoso pero desordenado de mente y sentimientos y con una vida amorosa un tanto "esquizofrénica" (¡qué difícil debe de ser pasarse la vida enamorado de tu cuñada!).
Al menos prometo intentarlo. Me servirá de terapia ocupacional y repasaré las óperas.
Un beso grande y comprometido.
El que nos conozcamos dalo por hecho querida Freia. Nuestro amigo Rafa seguro que organiza el encuentro. Un beso
¡Guapa!, ¡vaya tela!, anda quéeeee,... si no me pones que es de pablillo neruda me lo trago como tuyo, es que despues de dejarme el dedo dándole "pabajo" y destilando tanta intensidad
...yo la verdad sincera me gusta filogermánica con mucha mano diestra y siniestra para dar y escribir, no se preocupe por los altibajos que son gente muy interesante vistos desde arriba y desde abajo.
Por eso no coincido con usted en que la música sea más directa que todas las demás artes, ES la única directa, abrir a la "Calas" y no necesitar de ningún preámbulo, encarrilador.
Aunque su acercamiento y enfoque que nos ha descrito, como en las sinestesias, propicia su escucha plena, y cala la Calas.
sniff.
Juer, vaya peazo post niña ¡y qué bien escrito!
Enga hacerme un sitio que me desmontero toíto.
Que sepas que me he reconocido en algunos de tus renglones.
También pasé una época muy jodida y dolorosa, pero como bien dices se sale fortalecido, en mi caso me dió por abrir un blog. De ahí el título que puse: Mueve tus caderas cuando todo vaya mal.
Muakiss Freia.
Un poco tarde pero he leído este porst y me ha encantado. Gracias por transmitir esperanza. He llegado a este blog por casualidad, pero no me arrepiento. Me identifico con tanto de lo que dices, y sí, la música, descubrimiento reciente en mi vida, es un bálsamo tremendo.
Gracias,
Oscar
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