Un regalo de Sergio Astorga

jueves, 24 de diciembre de 2009

Sinestesia alla italiana

Para Dardo, al que tanto echo de menos



Pietro da Cortona - La Adoración de los pastores - Museo del Prado. Madrid
(foto obtenida del Boletín del Museo del Prado, Tomo XXV número 44 - 2008)


Hoy, para su fortuna, seré parca en palabras. Bien entendido que mi concepto de parco no siempre coincide con la opinión general. Digamos que no llega a ser un concepto fidelcastrista, pero les aseguro que tampoco es gracianesco.

Y para variar, les traigo una sinestesia (no se me quejen que ésta es ligerita). Sinestesia formada esta vez por dos obras no especialmente conocidas. La primera, para mí, ha sido un descubrimiento de hace un par de meses y he podido verla por primera vez hace tan sólo 9 días. La segunda, la conozco desde hace muchos años pero les confesaré que hacía mucho tiempo que no la escuchaba y la he redescubierto con oídos nuevos.

El cuadro de Pietro da Cortona es una pieza muy bella pintada al óleo sobre pasta vítrea venturina y pizarra. Podríamos estar ad kalendas graecas, yo escribiendo y Vds. leyendo acerca de quién hizo la obra, quién la encargó y para quién, el porqué de materiales tan curiosos y la maestría de un gran pintor a la hora de solucionar los problemas técnicos que ese extraño soporte le creaba. Prometo algún día hablar sobre ello porque creo que es interesante. Sin embargo, ahora no es el momento. Mucho mejor que leerme a mí, intenten pasarse a verla. Está en la sala nº 100 del Museo del Prado, inmersa entre las piezas del Tesoro del Delfín. Acaba de ser restaurada (a mi juicio, espléndidamente) por Elisa Mora. Acérquense los que puedan y disfruten de ella y de esa iluminación que permite disfrutar de las propiedades cromáticas de la venturina. Para los que no tengan la posibilidad, hagan doble click sobre la imagen que les traigo. Al ampliarla podrán llegar a descubrir ciertas líneas de unión entre materiales y la soberbia labor de restauración.

Unos pocos años después de la muerte de Cortona, nacía el compositor Francesco Manfredini. Los dos tienen muchas cosas en común. Ambos son toscanos, aunque uno sea aretino y el otro de Pistoia. Cortona es un magnífico ejemplo de artista del primer barroco pictórico mientras que el músico es uno de los representantes más típicos del pleno barroco musical. Seguramente podríamos hablar de muchos más elementos que los unen pero, para no aburrirles con demasiados datos, me limitaré a decirles que el elemento común que ha hecho que figuren sus obras en esta entrada es el tema de la Natividad.

Sé que algunos de Vds. son creyentes y otros, ateos irredentos. Unos tendrán fe ciega en el misterio de la Natividad del Señor mientras otros alegarán que el cristianismo vino a "domesticar" las Saturnalia. En todo caso, cada uno es muy dueño de creer o no.

Pero puesto que el tema del Nacimiento de Jesús forma parte de nuestra cultura desde que nacemos y dado que hoy es 24 de diciembre, permítanme desearles con estas dos obritas navideñas, dosis nada razonables (al contrario, más bien excesivas) de buen humor, afecto, serenidad y calor humano. Y háganme caso: quiéranse mucho todo el año y no sólo en estas fechas.


¡Feliz Navidad a todos!


Francesco Manfredini (1680-1748). Concerto en Do, op. 3 nº 12. Per il Santissimo Natale. I Musici: Roberto Michelucci y Anna Maria Cotogni, violines; Maria Teresa Garati, órgano. Philips, 1962.



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