Un regalo de Sergio Astorga

jueves, 28 de agosto de 2008

¡¡¡ VACACIONES !!!



Cortitas, casi casi minúsculas, pero ¡¡¡ vacaciones !!! Pequeñas de tiempo, pero enormes en el deseo.

Vacaciones para dejar resbalar la vista por ese azul deslumbrante y metálico de la bahía de Roses desde una cala pequeña, la de la Almadrava, apenas un kilómetro antes de que el cap Norfeu dibuje uno de los perfiles más hermosos de la Costa Brava. Parecerá una tontería pero llevo meses pensando en ello. Y caminar por Aiguamolls en ese pedacito pequeño que es el parque natural y que se salvó, por puro milagro, de la voracidad alemana constructora de Ampuria Brava. Y volver a ver la fachada gótica de la catedral de Castelló d'Empúries. Y subir de nuevo a Sant Pere de Rodas, a ser posible cuando aún no ha levantado la niebla. Y esperar a que los turistas abandonen Cadaqués para recuperar la serenidad y la belleza de un pueblo tan especial y tan atropellado... Y beber, poquito a poco, una botella de Malaveïna y tomar gambas rojas de Roses y bañarme en un agua transparente y fría como pocas... Y leer. Y descansar. Y subir a cenar a la Montjoi disfrutando de la hospitalidad y el buen hacer de viejos y queridos conocidos y en buena compañía. Y ver cómo se pone el sol allá por Santa Margarida... Y perder de vista Madrid y su neurosis y su contaminación y su dureza. Y visitar buenos amigos que decidieron abandonar la capital para reencontrarse en un pueblo como Roses, que se empequeñece y se humaniza en cuanto llega octubre... Y contemplar la bahía desde el otro lado, desde las ruinas de Empúries, como antes lo hicieron los griegos. Y que el sol de septiembre me roce con suavidad y que los gorriones vengan a desayunar conmigo y que el silencio sea el gran aliado de lecturas y música. Y el olor de la sal y ver regresar las barcas a la tardor y navegar bordeando el cat petit del Norfeu hasta llegar a la aridez del cap de Creus, donde el viento gobierna y tiraniza... Y tener el privilegio de que el horizonte limite con las Illes Medes. Y saber que fenicios y griegos y romanos, antes que nosotros, crearon el poso del que todavía nos alimentamos. Y dejar transcurrir las horas con el lujo de poderlas perder, sin prisas, sin agobios...

Hay cosas que no podré llevar conmigo y las echaré de menos (siempre es bueno tener algo que echar de menos). Pero volveré antes de que vosotros tengáis tiempo de hacerlo conmigo. Además, Rascayú se queda guardando la bitácora.

La música de hoy es "algo" diferente de la habitual, como poco habitual es poderse alejarse de aquí unos días. Con ella os dejo hasta la vuelta.

¡Que los vientos nos sean propicios a todos!


Bressol de tots els blaus (texto en catalán)

Mi amigo el mar/ posee la calma de un dios adormecido/ cuando mi nave busca refugio/ en la isla de su pecho./ Mi amigo el mar/ tiene el coraje de un dios exaltado/ y cuando mis velas se llenan de aire/ seguimos un juego incierto./ Y sin embargo, quizá/ la carga de la ola acabará/ con mi entero sueño deseoso/ de alcanzar aquel puerto de azares./ Mi amigo el mar/ es la inmensa cuna de todos los azules/ y en su vaivén de sonido y color/ aprendo lo poco que tengo./ Y así nunca/ podré alejarme de su latido/, y viviré fielmente marinado/ hasta que acabe el viento


Maremar (texto en catalán)

Madremar, haceos presente/ en el altar de mi paisaje/. Madremar, que los antiguos dioses/ están hoy muy lejos de casa./ Un trueno para la pereza/ un puerto para la herida/ y para el amor, la cala. Madremar, dadnos el viento/ existe el mañana y la vela blanca./ Madremar, y si puede ser,/ ni huracán, ni demasiada calma./ Que el tiempo es corto y pasa/ como una extraña danza/ de paso que no deja pisada./ Mira cómo viene el aire/ que te quiere invitar a su baile./ Gira y levanta el vuelo/ nube de esperanza blanca./ Tómalo y embriágate con su aroma/ como solamente hace un amente./ Mira cómo viene el aire/ que te quiere invitar a su baile./ Madremar, dadnos la paz/ pero con el temple del olivo/ que no deja nunca su verdiazul ramaje/ en la mano de aquel que lo querría sometido./ Que llenemos de estrellas la barca/ pero que un pesado equipaje/ no estropee nuestras redes./ Mira cómo viene el aire/ que te quiere invitar a su baile./ Gira y levanta el vuelo/ nube de esperanza blanca./ Tómalo y embriágate con su aroma/ como solamente hace un amente./ Mira cómo viene el aire/ que te quiere invitar a su baile./ Madremar...
Arran de terra (texto en catalán)

Cuando muera llevadme al Ampurdán,/ sólo al Ampurdán/ llevadme al Ampurdán,/ que no hay otra tierra que seduzca tanto a mi carne.../ y antes de que sea demasiado tarde/
quero reservar el agujero./ Cuando me metáis en él, hacedme el favor:/ a ras de suelo y basta,/ que esta tierra es el dibujo de los dioses/ y no seré yo/ quien descomponga su acento./ Ya os apañaréis si llegáis tarde,/ que no me moveré de mi agujero./ A ras de suelo para oír los tacos/ que dice la gente de aquí,/ que dice la gente como yo/ y sentir los pies de los niños que jugando/ quizá me explicarán/ caminos que no hallé./ Que quede claro y lo dejo escrito/ para mí habrá un buen agujero./ A ras de suelo porque si me convierto en polvo,/ que la lluvia me lleve al río/ y con él llegar a mi mar,/ del mar a un nube y, dulcemente,/ sea el cálido levante/ quien me devuelva a mi rincón./ Ya os fastidiaréis si llegáis tarde,/ no me sacaréis de mi agujero./ Cuando muera llevadme al Ampurdán,/ sólo al Ampurdán,/ llevadme al Ampurdán,/ que no hay otra tierra que seduzca tanto a mi carne.../ y antes de que sea demasiado tarde/ quiero reservar el agujero.

[Todas las traducciones provienen de los libretos de cada disco]
Fotografía: Paz Juan, septiembre 2005

martes, 26 de agosto de 2008

Sinestesias IV

(Para todos aquellos para quienes el bilingüismo es tan natural como beber o dormir... con mi más encendida envidia)

Esta mañana he recibido un paquete postal que no esperaba. Lo mandaba una buena amiga de Madrid, compañera de conciertos y otros menesteres y a la que circunstancias un tanto duras hicieron regresar hace cuatro años a su hogar y su familia en Lérida. Sigo sin acostumbrarme a que no esté aquí.

Dentro, dos regalos sorpresa. El primero es una monografía sobre un pintor de retablos del siglo XV, Blasco de Grañén, que trabajó en Aragón y Cataluña bajo el estilo del gótico internacional. He visto algunas obras suyas y siempre me fascinó. No es un libro fácil de conseguir, lo que lo convierte en un tesoro doble.

El segundo, no menos inesperado también, es un libro de poesía. Després de tot, Después de todo, de Miquel Martí i Pol, en una cuidada edición bilingûe a cargo de DVD Ediciones, en su colección DVD Poesía. La traducción (por lo poco que he leído todavía y con mi catalán de andar por casa me parece muy buena), a cargo de Carles Duarte y Emili Suriñach.

No he tenido tiempo prácticamente más que de ojearlos, casi más bien simplemente hojearlos. El de pintura necesitará de tiempo, dedicación y esfuerzo: hay muchos documentos en bajo latín, no fáciles de leer por muy bien transcritos que estén. El de poesía me ha enganchado desde que lo recibí esta mañana. Volveré a él despacio si finalmente puedo escaparme de vacaciones pero, de lo leído, ha habido un par de poemas que han atraído especialmente mi atención. Y aquí os los dejo.

La sinestesia de hoy no tiene imágenes. Es pues de palabras y música. La idea de esta última tampoco ha sido mía: el propio autor ha marcado la pauta.

Pulsen la audición y lean despacio, en voz alta o sottovoce, en catalán o castellano. Seguro que algo les dice y les aporta.

Buenas noches a todos.




Georg Philipp Telemann (1681-1767). Sonata en Sol mayor, op. 13, nº 6, para oboe. De "Doce sonatas Metodistas". I Cantabile. Alma Musica de Amsterdam. Emi, 1982

TRAMOIA

Potser el mateix paisatge, per no perdre
aquell encant ingenu que perdura
ben viu al fons secret de la memòria.
I potser el mateix rostre, les mateixes
paraules si un prodigi fes possible
de recordar-les i de repetir-les.
Caldria un cert esforç per poder fer
versemblant tot el joc, però valdria
la pena d'intentar-ho, si més no
per abdicar de gust el cansament
que de vegades gairebé ofega.
Canviaria, tanmateix, la música:
ara seria algun barroc: Vivaldi,
posem per cas, o Telemann, o Purcell,
perequèel somni tingués el component
de miratge que encén i meravella.
I ella de nou, al centre del desig,
tan viva i expectant como aleshores.

TRAMOYA

Quizá el mismo paisaje, para no perder
aquel ingenuo encanto que perdura
vivo en el fondo secreto de la memoria.
Y quizá el mismo rostro, las mismas
palabras si un prodigio hiciera posible
recordarlas y repetirlas.
Sería preciso un cierto esfuerzo para poder hacer
verosímil todo el juego, pero valdría
la pena intentarlo, aunque sólo sea
para abdicar con gusto del cansancio
que a veces casi ahoga.
Cambiaría, sin embargo, la música:
ahora sería agún barroco: Vivaldi
acaso, o Telemann, o Purcell,
para que el sueño tuviera el componente
de espejismo que enciende y maravilla.
Y ella de nuevo, en el centro del deseo,
tan viva y expectante como entonces.




Georg Philipp Telemann (1681-1767). Concierto en Fa Mayor para flauta, cuerda y bajo continuo. I Affettuoso. Camerata Köln. Deutsche Harmonia Mundi, 1991

L'OBSCUR

Acluca els ulls i sentiràs encara
com batega la llum, luxuriosa.
Ara, como que el que toca és persistir,
no et podràs pas refugiar en l'angoixa
ja que tot té aquell deix de placidesa
que captiva els sentits. Per tanto, no et vulguis
gaire sotmès a res, fes per manera
d'oblidar els atzucacs i les temences,
posa més noms encara a les vellíssimes
imatges de l'enyor que et regeneren
la pell del sentiment i repeteix-te
les paraules que quasi has desaprès,
que quan l'obscur t'encengui la mirada
no et faci tornaveu cap llei de dubte.

LA OSCURIDAD

Cierra los ojos y sentirás aún
cómo palpita la luz, lujuriosa.
Ahora, como lo que toca es persistir,
no te podrás refugiar en la angustia
ya que todo tiene aquel deje de placidez
que cautiva los sentidos. No te quieras, pues,
demasiado sometido a nada, haz lo posible
por olvidar los callejones sin salida, los temores,
da más nombres aún a las viejísimas
imágenes de nostalgia que te regeneran
la piel del sentimiento y repítete
las palabras que casi has olvidado,
que cuando la oscuridad te encienda la mirada
no resuene en ti ninguna duda.

sábado, 23 de agosto de 2008

De hijas y música




Un amigo reciente y muy querido me comentaba hace relativamente poco tiempo su absoluta pasión por las óperas italiana y francesa. Le gustaban tanto que cuando nació su primera hija la llamó Aída.


Giuseppe Verdi (1813-1901). Qui Radamès verrà... O patria mia! Aida. Leontyne Price. Orquesta y Coros de la Ópera de Roma. Dir. Sir Georg Solti. Decca, 1962


Al venir al mundo la segunda, no tuvo ninguna duda en ponerle Carmen...


George Bizet (1838-1875). Quand je vous aimerai? Carmen. Maria Callas. Orquesta del Teatro Nacional de la Ópera de Paris. Dir. Georges Pretre. EMI, 1964


Cuando nació la tercera, él estaba empeñadísimo en darle por nombre Tosca...


Giacomo Puccini (1858-1924). Vissi d'arte. Tosca. Maria Callas. Orquesta del Teatro de la Scala de Milán. Dirc. Victor de Sabata. EMI, 1964



... Pero en este punto su mujer, muchísimo más sensata que él, dijo que hasta ahí habían llegado y que por Tosca no pasaba.

Afortunadamente la peque se llamó Alba, por la canción de Aute.


Luis Eduardo Aute (1943). Al Alba. Albanta. BMG (y antes Ariola), 1978.

Un abrazo especialísimo y la dedicatoria de este post para todos ellos



lunes, 18 de agosto de 2008

Música acuática



© Forges. Diario el País, 18/08/2007


... Pues eso




Sonata nº 3 en Si bemol mayor KV281. III Rondeau; Allegro. Maria João Pires, Brilliant, 1974

domingo, 17 de agosto de 2008

Regreso y despedida

¿Se puede?

Hacía tanto tiempo... Y les he echado tanto de menos, no crean... A algunos más que a otros todo hay que decirlo.

La condesa cree que estoy reposando. Dice que todavía no estoy recuperado y que no debo hacer esfuerzos... Mi señora piensa que yo creo estar mejor de lo que en realidad estoy... ¡Ay, si supiera que estoy muchísimo mejor de lo que ella cree!

Dirán Vds. con razón que no resulta muy ético engañarla así , pero es que en el fondo le hago un favor. Ella se siente útil al ocuparse de mí, olvidándose de paso de atolondramientos y carreras y para este tontorrón valet de chambre es tan agradable dejarse cuidar por ella...

¡Cómo no voy a exagerar! Si está continuamente pendiente de mí... Supervisa a diario mi dieta cuidando que sea consistente y equilibrada. Da instrucciones precisas para que no me falte de nada: música, libros, papel y lápices de dibujo (me gusta dibujar ¿saben? y no se me da mal). Y lo mejor de todo, viene a verme un par de veces al día. La primera, por la mañana, para saber cómo he pasado la noche y la segunda, al atardecer, al filo de que la luz se vaya. Durante un buen rato me lee en voz alta, recostada en el sillón mientras la claridad va bajando poco a poco. Y cuando por fin oscurece, todavía le gusta pedirme consejo sobre algunos asuntos particulares. A veces, ni siquiera eso. Charlamos por charlar, del più e del meno que dicen los italianos. No cambiaría por nada esos momentos...

Puesto que las formas y maneras de valet ya de poco me van a servir, hoy puedo permitirme el lujo de confesarles algo.

Hace varios días y puesto que me encontraba mejor, la condesa entre risas me animó a que bailara con ella. Y eso es un gran privilegio: ya les dije que mi señora lo suele hacer descalza y sola, a la luz de la luna... A veces, cuando algo se le mete en la cabeza y en plena vorágine, es incapaz de escuchar a nadie de modo que ni siquiera me dejó explicarle que mis viejas piernas no son ligeras como las suyas. No hubo manera de que desistiera y me tuvo bailando de un lado a otro de la habitación un vals veloz e imposible. ¡Un, dos, tres... un, dos, tres!.. El viejo Fermín acabó agotado... agotado, pero feliz y rejuvenecido. Creo que habría podido estar así toda la noche... ¡Ay, si pudiera explicarles a Vds. cómo me sentí...!
My fair Lady - I could have danced all night...


En el fondo ya ven. Detrás del empleado disciplinado y perfecto, Fermín ha resultado ser un viejo sentimental. ¡Qué le vamos a hacer! Y de eso precisamente, de viejo y sentimental, quería hablarles.

Esta noche, aprovechando que ella duerme, he venido a despedirme. Ya no habrá más maneras versallescas, ni recibimientos correctos y educados. Fermín va a hacer caso a su señora y se retira. Es hora de dejarse cuidar, como dice ella... Y no pienso resistirme.

Me habría gustado tener un trato más continuado con Vds. Con algunos me he llevado francamente bien; con otros, honradamente, he tenido mis más y mis menos. Pero no es hora de hacer balances que a nada conducen, sino tabla rasa de desavenencias... Y después, completar un mutis digno por el foro.

Este decrépito mayordomo cuelga los trastos y se va... ¡Oh, sí! Se va. A dejarse cuidar y mimar por ella. Ya ven como al final he salido ganando. Porque entre tantos admiradores como tiene, quien se queda con ella soy yo. Aunque me toque compartirla con todos Vds. soy yo quien la tendrá más cerca. Así son las cosas. Y no me lo voy a pensar dos veces.

Verán Vds. la vida me ha hecho un regalo y no voy a volverle la espalda. Porque llegará un buen día en que las tornas cambien y lo mismo que hoy me regala, mañana me dirá: "¡Eh! Que estoy aquí. No te olvides de mí. No te fíes, puedo darle la vuelta a todo tu entorno". Quizá algún día la condesa se canse de mí, pero entonces esa será otra historia... y no voy a preocuparme de ello ahora. Justamente ahora, no.



Por eso quisiera hoy brindar con y por Vds. con el mejor cava de mi familia, el de mi primo Agustí...

¡Que los dioses les sean propicios!... y, sobre todo, ¡trátenla bien o tendrán que vérselas conmigo!

¡Hasta siempre a todos!

martes, 12 de agosto de 2008

Hume el músico



"No he estudiado Elocuencia ni he ejercido la Música , pero amo la razón y adoro la Armonía: siendo mi profesión y mi educación las Armas, la única parte afeminada de mi ha sido la Música; y ella siempre ha sido conmigo generosa y nunca mercenaria..." "...Desde ahora y en lo sucesivo el noble instrumento de la Viola da Gamba habrá de proprocionar música tan variada y dulce como el laúd..."

Con esta dedicatoria en la primera edición de su Musicall Humors o The First Part of Ayres, publicado en 1605 y hoy en la British Library, Hume revolucionaba el consagrado y acartonado mundo musical que representaban Dowland y los músicos profesionales, anunciando que irremediablemente acababa el imperio del laúd y la medida racional y repetitiva, para dar paso a la irrupción imparable de la viola da gamba y el barroco. De hecho este citado primer libro de composiciones está formado por una recopilación de más de cien piececillas de todo tipo, escritas por primera vez en la historia para viola da gamba sola.

El corpus de esta primera publicación era un compendio de lo que él llamaba la Trinidad de la Música: Voz, composición e improvisación. Aparentemente desordenadas, se mezclaban en él piezas muy distintas en cuanto su estructura, temática y expresión anímica (no en balde se llaman Humours) y también de muy diversa calidad. Música y letra eran suyas. Danzas al uso en la época (salvo la courante), canciones de amor, canciones de batalla, a las que aplicaba curiosas mejoras técnicas que le permitían imitar el sonido de las batallas, las trompetas o los tambores... Pero no os confundáis. La improvisación de que hacía gala, la tardanza con la que llegó a la composición (36 años) y su, permítaseme la palabra, "amateurismo" no le restan un ápice de valor. Porque la novedad no estaba tanto en el tipo de composición, sino en el instrumento y en la técnica de afinación empleada. Intentaba, y lo consiguió, reproducir en la viola da gamba lo que imaginaba que era una lira clásica griega, usando por vez primera una técnica conocida como lyra-viol, lo que exigía un gran virtuosismo y fuerza física por parte del instrumentista ya que éste necesitaba saltar continuamente de una cuerda a otra. Representará por tanto el principio del fin de la scordatura o técnica bandora; esto es, la técnica de afinación de los laúdes y demás instrumentos de pulsar. No sólo innovaba con el instrumento o la afinación. Hume será el que introduzca por vez primera también modos de tocar como el pizzicato o la técnica col legno: tocar con el revés del arco, con la madera.

Esta primera de sus dos obras mayores de hecho representaba una ruptura tan importante y una visión de futuro tan increíble que provocó un auténtico bouleversement entre los músicos de la época haciendo que muchos se dieran cuenta de la infinidad de posibilidades sonoras y de armonía que el nuevo instrumento les proporcionaba. Fue una auténtica época dorada y representó el principio del fin del laúd. Tanto es así que el propio Dowland se vio obligado años más tarde a manifestarse en contra de Hume, aunque sin citar su nombre, metiéndose con esas generaciones de nuevos compositores e instrumentistas que siguen nuevas y frívolas modas. Pero no hubo marcha atrás.

Su segundo gran libro, publicado en 1607 bajo el nombre de Captain Humes; Poeticall Musicke, es mucho más sofisticado y circunspecto. Junto a músicas populares de poca valía compositiva, aparecen sin embargo piezas que son de una riqueza de matices y de una profundidad absolutamente desconocidas para la época. Realmente este segundo libro era, en muchos casos, una reelaboración del primero para grupos más amplios. Y en él, el violista aficionado, el compositor no profesional consigue sutilezas increíblemente delicadas y de una belleza recogida y suave en buena parte de sus piezas. Al tiempo, un poso de tristeza cubre otras tantas de ellas de una profundísima melancolía. Agrupaba sus melodías por opuestos, dándole títulos tan significativos como Muerte/Vida, mientras que otras veces en cambio, los títulos eran abiertamente sugerentes o enigmáticos y de impenetrable significado.

No dudaba a veces en buscar su inspiración en la música de otros compositores. Así la pieza What greater griefe, que pueden escuchar más abajo, está basado en el Lachrimae de Dowland. De todas formas hay que decir que era una práctica habitual en la época y posteriores, no mal vista en absoluto y que utilizarían habitualmente compositores de la talla de Bach o Vivaldi.

Para añadir matices a su labor compositiva y hacernos una idea de cómo sus propios estímulos vitales influían en su obra, quisiera traer aquí su faceta de "bromista compositivo". Su dominio técnico era tal que creó una obra menor llamada "Una invención para dos que tocan sobre una viola". Se precisaba un instrumento y dos violistas, cada uno de ellos con un arco. Formando parte de esa enorme broma musical, el violista más pequeño se sentaba en el regazo del más alto y tocaban las cuerdas de la viola, cada uno a una altura distinta y, muchas veces al tiempo. Les aseguro que puede resultar endemoniado, pero él demostró que técnicamente era perfectamente posible. No creo que haga falta volver a aludir de nuevo a su facilidad onomatopéyica recurriendo a tocar con la madera del arco o a pellizcar las cuerdas.

Pero aunque aficionado y a pesar de que no se le tenía en consideración pues sus obras no eran copiadas ni editadas con facilidad, Hume siempre se mostró orgulloso de lo que componía y muy crítico con los dinosaurios de la música que repetían continuamente las mismas normas sin molestarse mínimamente en indagar o descubrir. Él mismo dijo de su segundo libro: "...Mis obras están lejos de ser serviles imitaciones, no me aprovecho de las invenciones de otros y no tomo notas italianas para crear una cancioncilla inglesa ni birlo canciones para engrosar mis volúmenes. Son fantasías personales expresadas con mi propio Genio..."

El orgullo, el valor, la provocación y el sentido profundamente vitalista de Hume asoman de nuevo.

No quisiera terminar este ya larguísimo post sin hacer referencia al disco del que he extraído las piezas que han escuchado el otro día o escucharán hoy. Se titula The Spirit of Gambo (el espíritu de la viola da gamba), está interpretado por el grupo Labyrinto, por el violista Paolo Pandolfo y la soprano Emma Kirkby. Yo he manejado una reedición de 2008, pero la grabación original fue publicada por Glossa, en 1995. No es ni mucho menos la única que se ha hecho. Es más, resulta sorprendente la abundancia y calidad de grabaciones de la obra de Hume. Pero ésta es a la que he tenido acceso.

Seguramente habrán notado el otro día que la Kirkby tiene en esta grabación ciertos problemas técnicos para superar algunas dificultades vocales, llegando en algunos momentos a calar en los tonos agudos. En 1995 ya era una veterana soprano y los años no perdonan. Pero esa dificultad en los tonos altos se ve bien compensada con una enorme profesionalidad y veteranía y con un fraseo delicado y lleno de matices. Su interpretación, para mi gusto, sigue resultando altamente recomendable.

Por lo que respecta a Pandolfo, qué quieren que les diga. Lo conocía desde hace algunos años cuando escuché su versión de las 6 suites para cello solo de Bach, tocadas con la viola da gamba. Él no es un recién llegado al mundo de la música antigua. Ya en la fecha de grabación del disco llevaba muchas horas de vuelo. Su interpretación es exquisita donde las haya, matizada, alegre o melancólica según convenga. Pandolfo acaricia la música de Hume. Su recreación de la música de tan curioso personaje está llena de sensibilidad hacia los múltiples matices de la obra del escocés soldado. En sus manos la extravagancia se vuelve adorno geométrico. No es nada fácil poder tocar una obra de Hume, la técnica lyra-viol no da tregua. Pandolfo eclipsa al resto de los músicos. No hace falta que se lo diga. Me atrevo a afirmar que Vds. ya lo han descubierto por sí mismos.

Para despedirme, unas palabras sacadas de la obra de Shakespeare que citaba el otro día, las que según Claude Chauvel definen a la perfección a nuestro pendenciero, borracho, vividor, amante y músico revolucionario que fue Tobias Hume:

"SIR TOBY: ¡Sabía que así lo diríais! Toca la viola de gamba,
habla tres o cuatro idiomas palabra por palabra sin libros,
y ha recibido todos los dones de la naturaleza.
MARIA: Indudablemente los tiene, casi de modo natural; pero, además de
estar loco, es un gran pendenciero; y como ha recibido el don de la
cobardía en la misma medida que el placer que obtiene en sus riñas,
esto haría pensar a cualquier hombre prudente que pronto recibirá una tumba como don".
( Shakespeare : Twelfth Night, I, 3, 21-27)


Y ahora, las dos piezas prometidas. La instrumental, alegre. La vocal, melancólica. Veamos qué les parecen:

A Mery Conceit (Un alegre engreimiento)


What greater griefe... (¡Qué mayor pena...)



WHAT GREATER GRIEFE

What greater griefe then no reliefe in deepest woe,
death is no friend that will not end such harts sorrow.
Helpe I do crie, no helpe is nie, but winde and aire,
which to and fro do toss and blow all to dispaire,
sith then dispaire I must yet may not die;
no man unhappier lives on earth than I.
Sith then dispaire I must yet may not die;
no man unhappier lives on earth than I.

Tis I that feele the scornefull heele of dismall hate,
my gaine is lost, my losse deere cost repentance late,
so I must mone bemonde of none, O bitter gal!
Death be my friend with speed to end and quiet all.
But if thou linger in dispaire to leave mee,
Ile kill dispaire with hope, and so deceive thee.
But if thou linger in dispaire to leave mee,
Ile kill dispaire with hope, and so deceive thee.


QUÉ MAYOR PENA…

Qué mayor pena que no hallar consuelo en profunda
aflicción,la muerte no es amiga porque no termina
con estas penas del corazón.
Imploro ayuda, pero ninguna está cerca, sólo viento y
aire, que en todas direcciones zarandean y vuelven
todo desesperación, desde entonces tengo que
desesperarme, pero no puedo morir;
no vive hombre más infeliz sobre la tierra que yo.
Desde entonces tengo que desesperarme, pero no
puedo morir; no vive hombre más infeliz sobre la
tierra que yo.

Soy yo quien siente el desdeñoso rechazo del sombrío
odio, mi ganancia está perdida, mi gran pérdida me
costó un arrepentimiento tardío,
así tengo que lamentarme yo solo, ¡oh amarga hiel!
Sea la muerte mi amiga y velozmente concluya y
acalle todo.
Pero si tú te demoras, dejándome desesperado,
yo mataré la desesperación con esperanza,
engañándote así.
Pero si tú te demoras, dejándome desesperado,
yo mataré la desesperación con esperanza,
engañándote así.

(Trad. Antonio Manero) (No estoy de acuerdo con la distribución de versos, ni con algunas palabras empleadas, pero respeto el trabajo de cada cual. Así se queda).

Y como parece que la música del soldado compositor nos ha gustado a todos, he pensado que quizá les apeteciese un bonus extra. Son libres de abrir o no el regalo. Dos canciones de amor, dos; una alegre, otra melancólica, con dos títulos a cual más sugerente y que nos hacen adivinar el contenido de la música.

Con ellas me despido. Buenas noches.

My Mistresse hath a pritty thing (Mi dama tiene algo encantador)...


... Touch me lightly (Acaríciame)

viernes, 8 de agosto de 2008

El soldado Hume

Buenos días a todos

¿Nunca han tenido Vds. la desagradable sensación de que durante su ausencia alguien ha estado trasteando entre sus cosas...?

Tuve que marcharme un par de días al norte (ya saben, el conde continúa allí sus vacaciones) y a mi vuelta, he notado que las cosas no estaban como debían estar. Papeles revueltos, la pluma fuera de su sitio y recargada... Pero lo más curioso y preocupante a un tiempo es que en el tocadiscos había un disco de Beethoven... Y digo yo, Rascayú es más bien bachiano y además me preocuparía que hubiese aprendido a poner discos (reconózcanme que no sería muy propio de un gato). En fin, confíemos en que el palacete no tenga visitantes nocturnos, aunque así podría compararme con la marquesa de Linares, que no hace más que presumir del fantasma de Raimunda Osorio en su palacio. Mira qué bien, si resulta que yo también tengo un ectoplasma vendrían los de Telemadrid a hacerme un reportaje y yo podría lucir.... ¿ ¡¡¡ Los de Telemadrid!!! ? ¡Cielos, entonces mejor no! que esta condesa puede ser muy aristocrática y poco dada a excesos izquierdiles, pero de ahí a comulgar con la Espe-rancia... ¡Jesús, qué horror!

Antes de que se me olvide, tengo un mensaje para todos mis lectores. Fasolt, notablemente recuperado aunque aún convaleciente y débil, les envía sus excusas por abandonar la blogosfera de forma tan precipitada. Ha sabido de las preocupaciones por su salud provenientes de todos Vds. y está deseoso de retomar sus actividades en cuanto sea posible. Yo creo que no está tan fuerte como él se cree pero, en todo caso, el deseo de volver a ejercer sus funciones lo mantiene animoso.

Bien, vamos a entrar en materia que con estos calores se me van a deshidratar los invitados a fuer de tanta entrada.

Lo que hoy les traigo es una novedad. No en sí misma, sino porque yo la he descubierto hace muy pero que muy poco. Vamos a conocerla pues juntos. Es una obra, o mejor dicho, un conjunto de piezas, contemporáneas del Come again, cancioncilla de Dowland sobre la que disertábamos el otro día. Quisiera darles a conocer lo que para mí fue una sorpresa y una fuente de disfrute hace tan sólo unos días: la obra del compositor Tobias Hume.

Antes de sumergirnos en el tema les advierto que la entrada será larga y con varias audiciones. Les recomiendo que no la lean de un tirón y mucho menos aún que escuchen todas las melodías seguidas. Vayan y vengan. Escuchen una pieza y regresen a sus quehaceres o su ocio. Cuando el tiempo se lo permita, regresen de nuevo. Me apetece compartir con Vds. una música que me ha abierto oído, mente y sentidos. Me gustaría que les gustase, que disfrutasen con ella. Pero si lo que acaba provocándoles es saturación y hartazgo, por excesivo, habré conseguido justo lo contrario de lo que voy buscando. Sean buenos; toménselo a poquitos, como un té helado con hierbabuena. Les refrescará y lo saborearán. Además así esta condesa tendrá el placer de atenderles varias veces. Con el conde de vacaciones y Fasolt casi ausente, es una alegría saber que me visitan a menudo.

Bien, vamos allá.

Poco o casi nada se sabe de Tobias Hume, nuestro escocés autor de hoy. Y el problema cuando se sabe poco de alguien es que se tiende a inventar hipótesis a través de lo que interpretamos de la obra que dejó. Si lo he traído a colación hoy es por sus pocas semejanzas y sus muchas diferencias con Dowland. Ambos estrictos coetáneos. Se conocían y no se apreciaban precisamente. Les une una música que va de la mayor de las alegrías a las más melancólica tristeza, sin solución de continuidad. Pero mientras en Dowland este péndulo emocional viene marcado por la naturaleza de los encargos y en todo caso se corresponde exclusivamente con un cierto estado de ánimo, en el caso de Hume se diría que su obra es autobiográfica, es decir hay una total concordancia no sólo con estados anímicos sino, hablando stricto sensu, con periodos de su vida, con golpes de fortuna o caídas en desgracia y con su propio carácter ciclotímico, puede que bipolar. Alegría y tristeza en ambos, pero por motivos bien diversos.

Además de todo ello, aquél representaba la continuidad y Hume, de forma puede que intuitiva o quizá solamente casual, tuvo la valentía de anunciar, en contra de lo que Dowland propugnaba (y ahí está su propia música para dar fe de ello), el final de un período marcado por la medida y el orden y la irrupción de la vorágine del barroco. Laúd contra viola da gamba. Continuidad versus innovación técnica.

Parece que nació en torno a 1569 y murió en 1645. Era escocés, de familia de baja extracción social lo que seguramente lo empujó a ser soldado de fortuna. Participó incluso en campañas por el este de Europa (sus Ayres polacos parecen confirmarlo). Él aseguraba haber luchado tanto en el ejército ruso como en el sueco. Era arribista, pendenciero, oportunista, músico aficionado, fanfarrón y tramposo, bebedor y blasfemo, extravagante y puede que hasta loco. Los escasos datos sobre su biografía aventuran hipótesis varias. Su famosa locura, la que acabó haciéndole dar con sus huesos en un asilo, probablemente fuera fingida para poder sobrevivir en un entorno que no le ponía las cosas fáciles. Muchos han llegado incluso a pensar que el personaje del "Twelfth Night, or what you will" de Shakespeare, Sir Andrew Aguecheek, bebedor, pendenciero, cobarde y violagambista, está inspirado en nuestro especialísimo Captaine Hume.

Se vanagloriaba continuamente de ser caballero y ocultaba, por ello, la humildad de su origen. Trampeaba dedicándole su música a varios nobles de la zona a la vez , cosa que hasta estaba penada por ley, con objeto de que todos contribuyesen con su estipendio al pago de la copia y distribución de sus obras. Llegó a pedirle a Carlos I ser nombrado embajador en Suecia y consiguió dinero y algunos privilegios en la corte embaucando, de alguna manera, a la reina Ana (vamos, un pionero del "a ver si cuela"). Se desconoce cualquier dato de su infancia y, curiosamente, también de su vejez, salvo que a los 60 años es ingresado en el Hospicio de Caridad de la fundación Charterhouse de Londres, rodeado todo ello del mayor misterio. Todos estos episodios dan idea de su carácter y sus derroteros vitales. Ora conseguía el favor de los nobles y de alguna princesa incluso; ora era tomado por loco y encerrado. Mercenario y caballero. Poeta y embaucador.

De este vaivén biográfico es del que no puede desprenderse su música. Lo cierto es que hasta hace bien poco tiempo, ésta no se consideraba más que la obra de un aficionado, casi sin oficio y desde luego sin beneficio (otro detalle más que lo diferenciaba de Dowland). Hoy, sin embargo, se lo conoce y recuerda fundamentalmente por ella. El propio Hume llegó a afirmar que: "... la música es la única parte afeminada de mí"...




Según estoy escribiendo, se me ocurre que bastante extensa es ya la entrada como para alargarla aún más. Así que voy a hacer lo que no he hecho nunca con Vds.; esto es, dejarles a medias. Modifico pues el título de la entrada y hago mutis por hoy, proponiéndoles un par de piezas para que observen perfectamente el tiovivo musical, anímico y biográfico en que sobrevivía nuestro especialísimo protagonista. Espero también dejarles con la miel en los labios para que deseen saber, dentro de unos días, cómo concebía la música y la técnica, cuál fue su obra publicada o por qué derroteros transcurrió su relación con Dowland. Hablaremos también entonces del disco, con lo que voy a permitirme otra novedad: no desvelarles la nota discográfica hasta el próximo capítulo.

Dos piezas pues hoy, dos para la próxima entrega. Dos alegres, dos melancólicas. Dos cantadas, dos instrumentales...

Disfruten entonces de la música sin que el conocimiento les coarte o influya. Quizá descubran por qué unos lo consideraban un auténtico genio innovador y otros, simplemente un loco más.









FAIN WOULD I CHANGE THAT NOTE
Fain would I change that note
to which fond love hath charmd me,
long, long to sing by roate,
fancying that that harmde me
yet when this thought doth come
Love is the perfect summe of all delight;
I have no other choice
either for pen or voyce,
to sing or write.
O Love they wrong thee much,
that say thy sweete is bitter.
when thy ripe fruit is such,
as nothing can be sweeter,
faire house of joy and blisse,
where truest pleasure is,
I doe adore thee:
I know thee what thou art,
I serve thee with my hart,
and fall before thee.

CON GUSTO CAMBIARÍA AQUELLA NOTA

Con gusto cambiaría aquella nota
que me sedujo cariñoso amor,
cantada desde siempre de memoria,
imaginando aquello que me hirió.
Pero cuando llegó al fin el pensamiento
Amor es la perfecta suma de toda dicha.
No tengo otra elección,
ya sea para pluma o voz,
que cantar o escribir.
¡Oh Amor!, te agravian en exceso,
y dicen que tu dulzura es amarga.
Cuando tu fruto está maduro,
nada puede ser más dulce,
hermosa morada de júbilo y felicidad,
donde habita el genuino placer.
Yo, en verdad, te adoro:
te conozco y sé quién eres,
te sirvo con mi corazón,
y me postro ante ti.
(trad. Antonio Manero)

martes, 5 de agosto de 2008

Cumpleaños

Hoy no están por aquí ni la Condesa ni Fasolt. Es la primera vez en mucho tiempo que me enfrento a una entrada sin la muleta de los personajes. No estoy segura de salir totalmente airosa pero no me gustaría que esta vez nadie hablase en mi nombre.




Como reza el título, hoy es día de aniversario. Cuando hace justamente un año nació este blog con una entrada más bien anodina y tonta, os puedo asegurar que nunca, ni por lo más remoto, llegué a pensar que duraría tanto. Lo cierto es que no le daba más de 100 días de vida (ya sabéis, ese margen que se le concede incluso a los gobiernos); eso sí, 100 días contando la ausencia vacacional y eso tirando por lo alto. Y ya veis, doce meses , 77 entradas, además de otras 7 en Las batallas del abuelo Cebolleta y un puñado escogido de amigos. Y empleo la palabra a sabiendas y a conciencia porque he conocido a unos cuantos de ellos. No son virtuales, sino reales...

Fuera de la blogosfera, en mi pequeño ámbito particular también ha habido muchas novedades y ha sido necesario a ratos mucho esfuerzo para asimilarlas; aún no lo he conseguido del todo.

Este blog nació como un diario de impresiones musicales, no de conocimientos. Así es y seguirá siéndolo. Por ello, me siento especialmente orgullosa de que esta bitácora haya cumplido un año, porque significa que yo, definitivamente vaga y perezosa, he encontrado motivos más que suficientes para escribir. ¿Qué motivos son esos?... Como la condesa os dijo hace poco, fundamentalmente dos: la música y vosotros.

Ahora es cuando mi troll particular....¡Ah, es que se me olvidaba!.. tengo hasta un troll, anónimo por supuesto, que ha aparecido últimamente por la bitácora y lanza alguna que otra andanada. Ahora, repito, es cuando mi troll diría: "¡Otra entrada más tipicamente exhibicionista!..." . Jaja, el pobre no sabe que no pienso entrar al trapo ni enfadarme, así que acabará abandonando por aburrimiento o feneciendo por inanición "viperinil" o biliar, que tanto da...

Por lo que respecta al primer motivo, la música, no hacen falta muchas explicaciones. Sabéis que no puedo pasar sin ella, como seguramente os ocurre a todos. En algún lugar de la blogocosa leí una vez que la música pone siempre banda sonora a todos y cada uno de los episodios vividos. Podríamos expresar todas nuestras vivencias y nuestras sensaciones por medio de alguna pieza musical, como en aquella peli francesa titulada: "On connait la chanson", copiada luego descaradamente en España en "Al otro lado de la cama".

Debo deciros además que durante este año el espectro de mis gustos musicales se ha ampliado mucho gracias a páginas como Maripuchi y su música, Mueve tus caderas, Desde mi jaima, Le télèphone pleure, Viajes morrocotudos, Aídarte, Donna Angelicata, Matacucarachas, La iglesia de Yassucristo García, El cofre damasquino o Cosimo, el barón rampante . La mayoría de las veces me he asomado desde ellas a otras culturas, otras manifestaciones más modernas de música, otra forma de expresarse y de expresar. En algún ilustre caso, además, he descubierto gente que sabe de música clásica muuucho más que yo (¿verdad señor barón?). Nunca se lo agradeceré a todos lo suficiente.

Por supuesto, no sólo he aprendido de música. No podéis ni imaginaros lo que he leído y bueno, gracias a las entradas de algunos de vosotros. Bitácoras como Cerezas en la nieve, Ángeles sobre Berlín, Sueños en la memoria, Las aves migratorias, Respiración asistida, Apuntes de bolsillo, A este lado del Rubicón, Como una lámpara, Palabras Inefables, Punto y seguido, Ex Oriente Lux o Tornavientos me han hecho disfrutar con auténticas primicias originales. Páginas que son un regalo como La nave de los locos. Blogs como el de Adanero que trufaba sus entradas con piezas de literatura (Angel ¡aaaanda!, recupera la costumbre ) o de mi querido Rafael (el más incondicional de los admiradores de la condesa), en Kabila, que han hecho que disfrutara con la lectura o me devanara la sesera intentando adivinar el trocito semanal terapéutico [sólo acerté una vez (bueno, vez y media) y fue con la Metamorfosis de Kafka, jajaja, cómo para enorgullecerse del insecto]. Pero también he aprendido de arte con mi querida Anarkasis... y con Aída y con alguna otra increíble fémina como Lola, adlátere en la blogocosa, pero no menos importante. Y de política con Utopía existe, Acero bolchevique, Animal Político, Amanece que no es poco, Así son las cosas, Dardo, Los Genoveses, S.A., En la ducha final, A este lado del Rubicón, .... Y también me he sumergido en las pequeñas cosas y en el vivir en general, con Maripuchi y su mundo, Coffee and cigarettes, El fallo aleatorio, Los pasos que no doy, Perezosos sin fronteras, Mundo Frito, Travesía en el desierto, Músico, poeta y loco, Rouco no mola, Comprender la vida. Y me he reído mucho y alguna vez hasta llorado con Forsì altro canterà con miglior plectio de Tanhäuser (así, con una sola n). Y apuesto con fuerza también por algún proyecto musical hoy todavia en ciernes... Hace poco alguien me dijo que Internet era mucho más que consultar el San Google. Estoy completamente de acuerdo. Mi balance os aseguro que ha sido bien positivo.

Antes del 5 de agosto pasado, sólo conocía a Bolche y AF (Javier y Antonio). Un año después he podido encontrarme con algunos de vosotros, conoceros personalmente. Rafa (y consorte Lola), Augusta, Curro. Maripuchi y Blanca (y consortes y la hermana de Blanca, un encanto) (como veréis la cosa va por familias), Raúl Pleguezuelo, Animal Político, Nàn, Madeleine, Vicente Fisac... Espero no haberme olvidado de ninguno. Mantengo además ( o he mantenido) con ellos y con otros aún no conocidos, relación epistolar o a veces, hasta incluso a través del weblin. Confío en que esas relaciones a distancia algún día culminen en echarnos el ojo mutuamente. He recibido invitaciones sinceras para unos cuantos hogares y sitios, lo que dice mucho de sus anfitriones y habitantes. Porque ahí está la cuestión. Lo que realmente ha mantenido esta bitácora son sus asiduos y lo digo con total sinceridad. Un blog sin visitantes y comentaristas no tiene razón de ser la mayoría de las veces, por mucho empeño que uno ponga en ello. Vuestras ganas de aprender me sacaron a menudo de la pereza, sirviendo de acicate en muchas ocasiones para documentarme sobre cierta obra musical y su autor, para comprobar datos, para escuchar versiones y versiones, intentando discernir cuál podría ser la más adecuada. La ósmosis ha funcionado perfectamente. Todos hemos aprendido. El lazo de Moebius se ha alimentado a sí mismo y lo seguirá haciendo muchas veces.

Y sin embargo, me vais a perdonar pero la música de esta entrada no va dedicada hoy a vosotros. Este aniversario tiene dedicatoria desde mucho antes de inaugurar la bitácora porque también hay números rojos afectivos que aunque el tiempo se ocupó de que ya no dolieran, sí siguen de vez en cuando cubriendo este blog de su presencia suave (¡ay qué blandita estoy últimamente!)... aunque hayan pasado casi veinte años.

Ciertamente me equivoqué con la primera entrada porque el blog no empezó realmente con ella, sino mucho antes, en este episodio y en esta época reales. Y hoy todavía, la mayor parte de las veces que escucho música, es la añoranza de él y no yo quien se acurruca en el sofá, disfrutando de un sueño algo más largo y seguramente mucho más plácido que el mío. El ciclo se ha cerrado. La música y él siempre se llevaron bien.

Me vais a permitir que le dedique esta entrada de cumpleaños a mi padre, porque sencillamente sin él este blog no habría existido nunca. Porque su recuerdo continúa ahí, pegadito, empujando con suavidad e insistiéndome para que ponga todo mi empeño en luchar contra mis demonios y ser mejor persona. Sólo por él y para él suena hoy el tercer movimiento de la Novena del alemán sordo. Como mi homenaje particular a quien hizo musicales mis primeras siestas infantiles, cuando todo era cálido, sencillo, acogedor y él velaba mi sueño bajo la mirada verde y adusta de Beethoven.


domingo, 3 de agosto de 2008

Sueño







Para una condesa que no puede dormir, una música que acuna...


F.Chopin. Berceuse (Canción de cuna) en Re bemol mayor, op. 57. Maurizio Pollini. Deutsche Grammophon, 1991



Buenas noches...