Un regalo de Sergio Astorga

miércoles, 31 de diciembre de 2008

Final de año

Como bien sabrán todos Vds., la administradora de este blog sufre, de tanto en tanto, sospechosos ataques de desdoblamiento o "split" (nada que ver con el que experimentan de forma regular las acciones del Mercado de Valores, especialmente las del sector financiero). Y hoy ha vuelto a ocurrir. La subsiguiente trinidad a la que dicho desdoblamiento da origen y que se manifiesta en esta bitácora cada vez con más harta frecuencia, se ha pasado unas cuantas horas intentando decidir qué música elegir para despedir el año. Les aseguro que no ha sido fácil, aunque los tres teníamos clarísimo desde un principio el intérprete... Creo que al final hemos conseguido llegar a un acuerdo, si es que puede considerarse un acuerdo que cada uno hayamos hemos elegido una obra distinta.

Llegados pues a este punto de conformidad, intentaremos hacerlo lo más breve y conciso posible.

[Como lo de utilizar el plural me crea ciertos problemas de personalidad, amén de parecerse sospechosamente al uso del Nos mayestático (y tengan por seguro que aunque el de Roma vista de blanco no goza en absoluto de mis simpatías), permítanme que a partir de aquí retome mi personalidad primigenia y utilice el yo a secas, que es más sencillo, a la par que coherente.]


Mañana, Daniel Barenboim dirigirá a la Filarmónica de Viena en el tradicional Concierto de Año Nuevo. La elección era firme desde hace mucho tiempo pero, pocas veces como en esta ocasión, la casualidad y la fortuna han ido tan de la mano. Desde el punto de vista técnico y artístico, el argentino-israelí-palestino-español es uno de los mejores directores de orquesta que existen en la actualidad (aún mejor director que pianista, lo que es decir mucho dado que es un soberbio y espléndido virtuoso del piano). En el plano de la calidad humana, creo que a nadie se le escapa la gran talla moral de este incansable músico que, junto con su fallecido amigo el filósofo estadounidense-palestino Edward Said, concibió, gestó y dio a luz ese hermosísima realidad que es la East-Western Divan Orchestra. Cuantas palabras pueda decir en su elogio sobran; la fama de sus conciertos y giras habla por sí misma.

Las interpretaciones de Barenboim que hoy aparecen en la entrada serán, como dije antes, tres y muy variadas. Todas tienen su razón de ser.

La primera porque, estando en el último día del año, la sonata "Les Adieux" (Los Adioses) de Beethoven (EMI, 1967) resulta especialmente apropiada. Y porque el primer movimiento que es el que va a sonar, además de tener por subtítulo el mismo nombre que lleva la obra [por contraposición al segundo y tercer movimientos que se llaman respectivamente "L'Absence" (La Ausencia) y "Le Retour" (El Regreso)], muestra una alternancia de tempi Adagio - Allegro, muy adecuada en un día dado, sin lugar a dudas, a los balances.



La segunda, porque de sobra saben Vds. que es una de mis piezas favoritas, aunque nunca hasta hoy la versión de este excelente intérprete ha estado en las Variaciones. Sí, acertaron. Estoy hablando precisamente del aria de las Variaciones Goldberg (Teldec, 1989).



La tercera, porque es una versión que cobra especial trascendencia debido a los malos vientos que soplan. Daniel Barenboim y la East-Western Divan Orchestra interpretan un fragmento de La Walkiria de Wagner en su concierto del pasado mes de agosto en París. Tengo que advertirles de la pésima calidad de la grabación y el sonido, tomados en directo. Las razones anteriormente expuestas me han llevado a incluírla a pesar de las deficiencias.




Quizá, y como he dicho antes, hoy es el día de los balances por antonomasia. Y yo no quiero librarme. Caeré, quiero caer deliberadamente en el tópico. El año pasado me dejó unas cuantas cosas malas y sólo dos en el platillo opuesto, pero tan excepcionalmente buenas que compensaron lo demás. Ahora es tiempo de no mirar más atrás y empezar a poner los ojos en el año nuevo que está a punto de asomar ya la nariz por la esquina.

Qué mejor música pues que la de tres compositores alemanes, interpretada por una orquesta de palestinos y judíos y dirigida e interpretada por un judío israelo-palestino-argentino-español, para acompañar mis mejores deseos en el nuevo año...

En primer lugar, me gustaría que la cordura le gane la batalla a la barbarie y la sinrazón ... Ya, ya sé que ahora mismo está fuera de las coordenadas de lo que entendemos por posible, lógico y real. Pero ya saben, por pedir que no quede. De todas formas, a los deseos, en muchas ocasiones y dado que son perezosos por naturaleza, hay que empujarlos suave pero firmemente para que se cumplan. Que hay formas de arrimar el hombro al respecto vamos, por pequeñas e inútiles o meramente simbólicas que nos parezcan.

En un terreno más doméstico y de andar por casa, me gustaría pedir para todos Vds. dosis razonables de salud, alegría, serenidad, dinero para sortear la crisis y enormes cantidades de esperanza , sentido común y cordura, que nos van a hacer mucha falta con los tiempos que corren. Como dicen los franceses, lo demás... ça ira de soi. Eso sí, no me dejen sola. Empujen Vds. un poquito también.


¡Feliz Año a todos!

sábado, 27 de diciembre de 2008

¡Malditos!





¡¡¡Malditos y asesinos!!!



[Quizá esta entrada debiera haberse titulado "La matanza de los inocentes" pero claro, ya se sabe que los dirigentes sionistas del estado de Israel y responsables directos de la masacre cometida en Gaza, sólo reconocen, hablando en términos de ideología religiosa, el Antiguo Testamento].




martes, 23 de diciembre de 2008

Historia de la Natividad

Señores... hoy toca alemán. Y no vayan a quejárseme ahora, que entre musiquillas ligeras, veranos, memes, microrrelatos y parones (no sé si biológicos o técnicos) el caso es que llevan Vds. meses librándose de un tudesco. No obstante, si quieren italianos, no dejen de pasarse por Kabila. Les aseguro que vale la pena.

Estamos en Navidad, de modo que qué mejor momento para programar esa música que nació con el objeto de festejar el que seguramente sea el mayor motivo de celebración de la Iglesia católica y aun de la protestante: el Nacimiento de Jesús.



Sean Vds. creyentes o no, lo cierto es que la mayor parte de aquellos a quienes gusta parar por este blog ha nacido y pasó al menos una parte de su infancia inmerso en un ambiente católico, ya sea en el ámbito familiar, en el de la escuela o en ambos. Puede que hasta fuera a misa de pequeño y tomase parte activa en los ritos de la religión católica. Incluso los que no se criaron bajo esa mano de hierro que representaba la Iglesia, seguramente ponían el belén cuando niños y hacían cola para ver a los Tres Reyes Magos que venían de Oriente. Lo queramos o no, la historia sagrada cristiana ha formado y forma parte de nuestro entorno y nuestra cultura. La vemos continuamente en los museos, en las catedrales, bajo forma de lienzo, mármol o madera. A veces (demasiadas veces todavía), hasta la sufrimos por mor de esa pandilla de dirigentes eclesiásticos, mercachifles de la religión y las creencias a los que, seguramente, Jesús echaría del templo sin dudarlo un segundo y que con frecuencia provocan la indignación y el sentimiento de vergüenza ajena en creyentes que viven sus ideas con honestidad.

Y en medio de este panorama, también está la música. Todos los años se programa El Mesías de Händel o el Oratorio de Navidad de Bach. Son tan clásicos como las Pasiones del "viejo pelucas" o El Oficio de Difuntos de Tomás Luis de Victoria durante el tiempo de Semana Santa.

Todos saben de mi debilidad por los alemanes. Y la música de uno de ellos ha venido, con relativa frecuencia, a formar parte de las entradas de esta bitácora. Reconozco que es una de mis mayores debilidades. Estoy hablando de Heinrich Schütz. Y no es que yo lo diga. A juicio de algunos expertos es, después de Bach, el más grande compositor alemán del siglo XVII.

Hijo de un próspero posadero, desde muy joven se benefició del patronazgo del Landgrave Moritz de Hessen-Kassel, que pagó su formación académica y lo envió a Venecia a estudiar con Gabrieli (allí conocería también a Monteverdi). Schütz correspondió con igual lealtad y durante toda su vida permaneció ligado a la corte de Dresde.

No se preocupen ni se me inquieten. No voy a atosigarlos con excesivos datos sobre su biografía. Pero sí que quiero recordarles que fue el primer compositor alemán que abandonó el latín en sus obras, en beneficio de su lengua materna. Y eso, aunque pueda parecer baladí y sin importancia, representó en el siglo XVII un gran avance técnico-vocal y de pensamiento.

Otra de los rasgos característicos de la música de Schütz es que, aunque suele dar más énfasis a la palabra (la parte coral), ésta forma sin embargo un todo, una unidad indisoluble, con la música. En ninguna otra obra además esa unión tendrá el encanto y la ingenuidad con que se muestra en La Historia de la Natividad, la pieza que hoy les traigo. Como anécdota les diré que su título completo es "Historia de la Natividad feliz y misericordiosa del Hijo de Dios y de María, Jesucristo" y en ella se narra la historia del nacimiento de Cristo, tal y como se cuenta en los Evangelios de Lucas y Mateo.

Publicada bajo su forma definitiva en 1664, es muy probable que una primera versión fuese estrenada varios años antes, puesto que ya en 1660, en el Diario de la Corte y en la fecha correspondiente al día de Navidad, se habla de una interpretación de vísperas del "Nacimiento de Cristo, in stilo recitativo". Estamos pues ante una obra realizada casi al final de su vida. Aunque les asombre, está compuesta por un anciano, entre los 75 y los 79 cumplidos, marcado profundamente, entre otras vicisitudes, por la Guerra de los Treinta Años.

Los antecedentes de esta composición no hay que buscarlos en Alemania, sino en las obras de los italianos Luigi Rossi y Carissimi. Lo que hace Schütz sobre esa base "del sur", es "germanizar" el género de los Oratorios de Navidad, dotando a esta pieza de un fervor luterano típico en toda su obra, además de ese intento (que también era clásico en él) de imbuir muchas de sus composiciones de un cierto espíritu popular, casi naïf; de ese aire que él recordaba en las celebraciones navideñas de su infancia.

La construcción de la obra es un tanto curiosa. Los Intermedia del Ángel o la cohorte celestial están acompañados siempre por instrumentos de cuerda, mientras que los correspondientes a las voces que representan a los mortales son arropadas por instrumentos de viento. Como he dicho antes, la parte vocal prima pero la música es parte fundamental del mensaje de la obra. Por supuesto, la utilización de dos coros, de nueve voces cada uno, separados espacialmente y que constituye otra de las características más definitorias del estilo de Schütz, se da también en esta obra.

No quiero aburrirles en exceso, de modo que basta por hoy. Dejemos que la música hable, suene, cante. Para satisfacer su natural curiosidad les acompaño el texto original en alemán, con una traducción a cargo de quien esto les escribe, apoyada (para alguna que otra frase) en el francés (se admiten correcciones, réplicas y contrarréplicas). No obstante, les recomiendo que en una primera audición se dejen llevar por el encanto de la música y la sonoridad de las palabras alemanas. Después, si les apetece, oiganla de nuevo con el texto a la vista. Sigan ese orden. Creo que no se arrepentirán...

¡Ah!... y no se olviden, cada vez que escuchen las grandes composiciones de Navidad de Bach o Händel, de este viejo septuagenario, vivido y viajado, que conservaba intacta en su música la ingenuidad de un crío del siglo XVI. No se olviden de él porque el Oratorio de Navidad y el Mesias le deben más de lo que buena parte de los entendidos le conceden.

Por supuesto, no quisiera terminar este ya larguísimo post sin desearles a todos Vds. (celebren o no estas fiestas con un espíritu religioso) paz, armonía, serenidad, belleza y un mucho de cordura, que andamos muy escasos de ella en los tiempos que corren.

Les dejo con la magia de Heinrich Schütz. Feliz Navidad.








EVANGELIST

Und alsbald war da bei dem Engel die Menge der himmlischen Heerschaaren, die lobeten Gott und sprachen:

DIE MENGE DER ENGEL

Ehre sei Gott in der Höhe. Friede auf Erden und den Menschen ein Wohlgefallen.


EVANGELISTA

Y en aquel instante, se unió al Ángel una gran parte de la milicia celestial, que alababa a Dios diciendo:

GRUPO DE ÁNGELES

¡Gloria a Dios en el Cielo y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad!







EVANGELIST

Und da die Engel von ihnen gen Himmel fuhren, sprachen die Hirten unter einander:

DIE HIRTEN AUF DEM FELDE

Lasset uns nun gehen gen Bethlehem, und die Geschichte sehen, die da geschehen ist, und der Herr uns kund getan hat.

EVANGELISTA

Cuando los ángeles los hubieron dejado para subir al cielo, los pastores se dijeron los unos a los otros:

LOS PASTORES DEL CAMPO

Vayamos a Belén y veamos el suceso que ha acaecido y que el Señor nos había anunciado.






EVANGELIST

Und si kamen eilend und fanden beide, Marien und Joseph, darzu das Kind in der Krippen liegend, da sie es aber gesehen hatten, breiteten sie das Wort aus, welches zu ihnen von diesem Kinde gesaget war, und alle, für die es kam, verwunderten sich der Rede, die ihnen die Hirten gesaget hatten; Maria aber behielt alle diese Wort und beweget sie in ihrem Herzen, und die Hirten kehreten wiederum, preiseten und lobeten Gott um alles das sie gesehen und gehöret hatten, wie dem zu ihnen gesaget war. Und da acht Tage um waren, dass das Kind beschnitten würde, da ward sein Name genennet Jesus, welcher genennet war von dem Engel, ehe denn er im Mutterleibe empfangen ward.

DIE WISEN AUS MORGENLANDE

Wo ist der neugeborne Köning der Juden? Wir haben seinen Stern gesehen im Morgenlande und sind kommen ihn anzubeten

EVANGELISTA

Y fueron allí y encontraron a María y José, y al Niño acostado en un pesebre. Después de haberlo visto anunciaron la revelación que les había sido hecha a propósito de este Niño. Y todos los que los oyeron se admiraron de lo que decían los pastores. Pero María conservaba cuidadosamente el Verbo, meditándolo en su corazón. Y los pastores volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían visto y oído, según lo que les había sido anunciado. Habiéndose cumplido los ocho días para la circuncisión del Niño, fue llamado Jesús, nombre que el Ángel le había dado antes de que fuese concebido en el seno materno.
Habiendo nacido Jesús en Belén de Judea en tiempos de Herodes, he aquí que unos Magos llegaron desde Oriente a Jerusalén diciendo:

LOS MAGOS DE ORIENTE

¿Dónde está el rey de los Judíos que acaba de nacer? Porque hemos visto su estrella en Oriente y venimos a adorarlo.

[Datos para la elaboración del texto, a partir de ensayos de Roger Tellart y Jean-Luc Macia. Fotografía: Tríptico de la Adoración de los Magos. Hans Memling. Museo del Prado]

sábado, 20 de diciembre de 2008

Perder

[Para Nàn, por nuestro (hasta hace bien poco) desconocido pasado común... y porque se lo debía y quería hacerlo... y, sobre todo, porque él corre más que los trenes].


- "¡Lo perdemos... lo perdemos...!"

A pesar de correr con todas sus fuerzas, el tren se alejaba ya de aquella estación anclada en las tripas de la ciudad. Era inútil seguir.

- "Mejor abandonar ¿no?"

Fuera, los dos balnearios de madera hundían sus podridos pies en la arena, agua adentro. En el bar de la playa sonaba, casi languidecía Sapore di sale. Hacía calor.



- "Quedémonos aquí. ¿Qué más da el sitio? Se trata de descansar ¿no?

Desde lejos llegaban ruidos en sordina... Se estaba bien...

Cambió la música...

- "...120... 150... 200..."...

¿De quién era aquella canción? ¿De Roberto Carlos?..



El sueño iba ganando terreno...

... Se dejó llevar...




- "... ¡Carga a 300!... ¡10 de epinefrina!... ¡Rápido!...

... ¡Más deprisa..!

... ¡¡¡Lo perdemos... lo perdemos!!!..."




- ..." Dejadlo ya chicos... Es inútil"...


- "Hora de la muerte... 10:51"




sábado, 13 de diciembre de 2008

Desvelo



Lo del insomnio le venía de lejos. Recordó cuando de joven se ponía música, siempre la misma, con la ingenua pretensión de lograr dormir...



¿Por qué no intentarlo de nuevo? ¿Cómo era?.. Siempre lo conseguía antes del segundo movimiento...

¡Ah, sí! Mientras escuchaba, iba colocando paneles negros en la memoria. En primer lugar, el suelo. Después, una a una, las paredes de una inventada casa, como nocturna y fugaz antimateria de sus propios recuerdos: la fachada sin puerta... para tapar bien los huecos e impedir que la luz entrara... la izquierda y enseguida la derecha... El fondo casi casi surgía solo, sin el menor esfuerzo. Jamás llegaba consciente a colocar el tejado en pico.

Pero esta vez no. Beethoven no conseguía ayudarla como antes. Quizá porque la versión ya no era la misma. O tal vez porque la que ya no era la misma era ella.



lunes, 8 de diciembre de 2008

Rembrandt en otoño (Falsa sinestesia)

[Para mi querida Anarkasis, porque siempre me enseña a ver el arte de otra manera, menos convencional y más viva].

Como cada puente de diciembre, Madrid se ha convertido en un ir y venir continuo de turistas y "nativos", ávidos y deseosos de ver todas las exposiciones habidas y por haber.

Ayer domingo, la milla cultural se convirtió en una larguísima cola que unía el palacete BBVA y la Fundación Mapfre, con el Thyssen y el Prado, para terminar en el Caixa-Forum. Inacabables culebras por Recoletos y el Paseo del Prado, rematadas por paraguas de todo tipo, color y condición guardaban en su interior pacientes ciudadanos que habían esperado hasta ultimísima hora para ver algún Caravaggio que se despedía o impacientes visitantes que se desesperaban porque los tres días en la capital no les iban a dar de sí tanto como esperaban.

Y ayer también, me acerqué de nuevo al Museo del Prado para ver por quinta vez una exposición que me enganchó desde el primer momento en que tuve ocasión de contemplarla, en compañía de Rafa Almazán y Lola, su mujer, a mediados de octubre.

Y a pesar de la cantidad de gente que en este domingo de diciembre pululaba por las salas, no fue difícil abstraerse del ruido y, buscando sin ningún tipo de prisa el ángulo apropiado, disfrutar nuevamente de la muestra.

Y, como siempre, mi querida Anarkasis tiene razón. No busquen en los cuadros grandes de la exposición. El verdadero goce está en los pequeñitos, allí donde la pincelada es finísima y sutil, a la holandesa, bajo un barniz perfectamente aplicado, o en aquellos otros, donde las pinceladas se vuelven gruesas, ahogando al dibujo de tal forma que literalmente desaparece. Busquen deleitarse en los tonos dorados, marrones, granates. En las asombrosas veladuras de las telas transparentes, en la suavidad al usar el pincel en los tercipelos o los damascos. En la delicadez y preciosismo del tratamiento de las lanas de un perro o la cabeza que moldea perfectamente la desolación y la tristeza. Déjense llevar por la belleza del Jeremías o del San Pedro arrepentido, disfruten con el Descanso en la Huída a Egipto, párense y observen despacito la Susana y los Viejos. Y de nuevo, los tonos granates, dorados, marrones, verdes oscuros dominarán.

Después de ver en tantas ocasiones estos cuadros de Rembrandt es la primera vez que me han olido a otoño. A puré de castañas o marrón glacé, a membrillos a punto de pudrirse, a granadas en plena sazón, a nueces recién peladas.

Porque se lo crean o no, ayer la exposición de Rembrandt me olía a otoño. A ese otoño que este año se ha negado a dejarse caer por Madrid. A pesar de la lluvia, a menudo fuerte, a pesar del frío y la grisura de octubre y noviembre, ayer Rembrandt olía y sabía y sonaba a otoño.

La sinestesia es falsa porque una de las condiciones imprescindibles de las otras, las de verdad, es que las fotografías sean de la autora del blog y esta vez no son mías, sino que están extraídas del catálogo de la exposición. Pero los olores y los sonidos son tan reales y ciertos como en el caso de sus compañeras, las sinestesias "oficiales" publicadas hasta ahora.

He traído esta vez, para acompañar las imágenes, tres piezas musicales que poco o nada tienen en común. La primera y la tercera pertenecen a dos alemanes y se podría decir que casi estrictos contemporáneos del holandés. Pero las similitudes no van más allá de estos datos. La pieza más larga, posiblemente sea la que mejor se acople a la idea de lo que intento explicar; quizá porque es justamente un fragmento del Otoño del austríaco Haydn, posterior a Rembrandt en el tiempo pero no en el concepto de creación, gestación y parto de la obra. Schütz, porque la obra del de Leiden es tan rompedora y heterodoxa como lo fue la del primer alemán que desterró el latín en sus obras cantadas en beneficio de su lengua materna. Haydn, porque el holandés también es clásico y ligero y sutil como el vienés de adopción y Schmelzer y su Cantata del cuco, porque su pintura también participa de la renovación tenebrista italiana pero sin perder, ni siquiera al final de su vida, ese sentido irónico, burlón y transgresor de su último autorretrato, mientras el dibujo se deshacía y la pintura se agrupaba en brochazos gruesos, que arrastran el color creando imposibles claroscuros.


H.Schütz - Las Siete Palabras de Cristo en la Cruz - La Cuarta Palabra. Ensemble Clément Janequin et les Saqueboutiers de Toulouse. Harmonia Mundi, 1987


J. Haydn - Las Estaciones - El Otoño - So Lohnet die Natur den Fleiss (transcripción inglesa) Royal Philharmonic Orchestra & Beeacham Choral Society. Dir. Sir Thomas Beecham. Emi, 1959.


J.H. Schmelzer - Sonata Cucú para violín y bajo continuo. Rheinisches Bach-Collegium. CPO, 1990






Aquí podréis ver las imágenes a mayor tamaño.

[Gracias a Adanero por editar, ante mi manifiesta torpeza, la obra de Schütz hasta dejarla reducida a la Cuarta Palabra, doblegándose además a seguir mis estrictas instrucciones]

lunes, 1 de diciembre de 2008

Humet: el "hermano pequeño" de Hume

El insomnio lleva acribillándome desde hace unos cuantos días y después me deja descansar sólo a ratos y a deshora. Cuando esta tarde me he despertado, el correo de un antiguo amigo me ha traído la noticia: Humet había perdido definitivamente la particular batalla que desde hacía tiempo sostenía contra el cáncer. Ese mismo cáncer que sólo durante este año se ha llevado a un buen amigo, a una excelente compañera de trabajo y que por fortuna ha decidido, generosamente, salvar de la quema a alguien muy querido para mí.

A continuación he ido al blog de Kabila. Sabía que habría alguna referencia. Claro que la había. Y la he leído con tristeza. Expresaba lo que Humet ha representado para más de una generación. Todos los que nos encontramos entre los cincuenta y y los treinta y algo le debemos bastante. No gustaba a todo el mundo, de acuerdo, pero formó parte del mapa sentimental de muchos de nosotros.

Dada la sequía creadora que aqueja a quien esto escribe (no sé si la culpa la tendrá tanta multiplicidad de personajes, que se me ha comido las energías), había decidido no colgar nada sobre el tema en mi, últimamente muy abandonado, blog. Pero al hacer el comentario en casa de Rafa he recordado que yo sí tuve la suerte de recuperar a Joan Baptista Humet hace cuatro años cuando sacó el que creo que es y será su último disco: Sólo bajé a comprar tabaco y que pasó prácticamente desapercibido.

En esta bitácora hace unos pocos meses publiqué un par de entradas sobre Tobias Hume: el soldado y el músico. En ellas intenté explicar lo que sus obras representaron de ruptura y avance en la música de su tiempo y hablé sobre su intensa y azarosa vida y cómo ésta se plasmaba en sus composiciones como una continuación de ella misma. La música de Hume era inconcebible sin él mismo.

Independientemente del juego de palabras más o menos hábil que da título a este post, hoy me he dado cuenta de que, sin pretender hacer comparaciones y salvando las distancias de siglos o de tipo de música, hay algo que une a Hume y Humet, al soldado y al juglar, aparte de la muerte recién estrenada. A ambos les unió, les une, la necesidad de expresar en sus composiciones su propio pesar, su alegría, sus convicciones, sus ideas, su forma de ser. La música como prolongación de la vida. Aunque uno se acompañara de la viola da gamba y cantara en inglés y el otro lo hiciera en castellano utilizando como apoyo la guitarra.

Precisamente porque la música de Humet también fue una declaración de intenciones, os dejo con dos temas de ese último trabajo discográfico.

En la primera, El regreso explica por qué se marchó cuando aún se encontraba en plena popularidad y también las razones que lo llevaron a volver a ese mundo que le dio pero también le quitó muchas cosas.





La segunda, Me paga ya la vida, se ha convertido desde hoy en una extraña, dolorosa contradicción.





¡Hasta siempre Humet!

martes, 25 de noviembre de 2008

DE FECHAS QUE NOS DESPIERTEN

Hay una norma no escrita y que todos los blogueros respetan escrupulosamente: no repetir un post. Yo voy a saltármela hoy. Sé que decir que la falta de tiempo me come por los pies no es una excusa que no admita réplica , pero si a ello le añado que hoy es 25 de noviembre, creo que todos me perdonarán.

Hoy es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.




De sobra sé que no debería ser recordatorio de un día, sino que todos lo tuviéramos interiorizado todo el año, pero esta estúpida sociedad es olvidadiza cuando le interesa y hay que espolearla con fechas fijas para que recuerde, mal que le pese, que hay problemas que son del día a día, que están ahí empeñándose en ser noticia a diario. Aun cuando seamos perezosos, aun cuando creamos que no va con nosotros, que en nuestro entorno "esas cosas" no pasan, aunque tendamos a mirar hacia otro lado cuando vemos en la calle una pareja que discute y, en un momento dado, casi siempre él, levanta la voz en exceso y violentamente y amenaza y demuestra que el poder de ls superioridad física puede llevar al abuso.

Por eso las fechas, muchas veces, son necesarias. Para que actitudes como la de Jesús Neira sean cada vez más frecuentes y no caigan en el olvido. Para que seamos conscientes, día a día y de una vez por todas, de que los Otelos no son víctimas por mucho que luego se arrepientan. Son verdugos y como tal deben ser juzgados y castigados. Porque una ley en contra del maltrato, a pesar de las deficiencias y de que la justicia obra lenta y cansinamente, no es mala pero se convierte en papel mojado mientras la sociedad considere la violencia un problema secundario.

Por todo eso repito el post que publiqué el año pasado tal día como hoy. Y porque esta mañana las noticias oídas en la radio durante el desayuno han vuelto a dejarme helada, con las frías estadísticas de que sólo un 2,5% de la población considera el maltrato contra las mujeres un problema grave, siendo que causa muchas más víctimas al año que ETA (y ojo, no se me interprete mal: tan asesinos son unos como otros). Porque hace falta seguir diciéndolo hasta la saciedad, hasta que se asuma por parte de todos. Porque esta dichosa sociedad nuestra (y por tanto todos nosotros un poco) asume la violencia como algo natural y hay que decirle que no, que ya está bien, que basta, que cualquier maltrato contra el más débil, sea una mujer, un niño, un enfermo o un inmigrante asustado por estar fuera de su tierra y no tener papeles, es una indignidad que no debemos ni queremos tolerar. Y aunque suene todo a frase altisonante y hueca, lo cierto es que toda llamada al recuerdo de que el problema está ahí, servirá de algo. Estoy firmemente convencida de ello.

[En otro orden de cosas, y aunque algo arteramente... ¡qué gusto volver a estar con vosotros!]



Publicado por Freia el 25/11/2007.

¿Otello?... No, gracias.

Porque esto no es una lucha de mujeres contra hombres, sino de hombres y mujeres contra la barbarie y la violencia.
Porque el hecho de que existan Iagos no justifica a ningún Otello.
Porque todos tenemos que arrimar el hombro para que las mujeres dejen de ser asesinadas a manos de sus parejas.
Porque es nuestra responsabilidad educar a nuestros hijos en el respeto al otro y en la no violencia.
Porque tenemos que salir a la calle a gritarlo cuantas veces sea necesario.
Porque no podemos mantenernos al margen del "problema" de nuestras vecinas, hermanas, compañeras.
Porque de nada nos valen los Otellos arrepentidos.
Porque es una sinrazón.
Porque es responsabilidad de todos.

Ponedle todos los "porques" que queráis, necesitéis o se os ocurran.

¡BASTA YA!



Otello

Niun mi tema
se ancor armato mi vede. Ecco la fine del mio
cammin... Oh! Gloria! Otello fu

E tu... come sei pallida! e stanca!, e muta!,
e bella!,
pia creatura nata sotto maligna stella.
Fredda come la casta tua vita, e in cielo assorta.

Desdemona! Desdemona!... Ah! morta!
... morta! ...morta!...

Ho un arma ancor!

Cassio

Ah! Ferma!

Ludovico, Montano

Sciagurato!

Otello

Prima d'ucciderti... sposa ... ti baciai.
Or morendo... nell'ombra in cui mi giacio...
Un bacio... un bacio ancora... ah!...
un altro bacio...

::::::::::::::::::::::::::::

Otello

Que ninguno me tema
aunque aún me vea armado. He llegado al final
de mi camino... ¡Oh, Gloria! Se acabó Otello.

Y tú... ¡qué palida estás!, ¡qué cansada!, ¡qué callada!
¡qué bella!
criatura piadosa nacida bajo una estrella maligna.
Fría como tu casta vida, y ascendida al cielo...

¡Desdémona! ... ¡Desdémona!... ¡muerta!...
¡muerta! ... ¡muerta!...

¡Todavía tengo un arma!

Cassio

¡Detente!

Ludovico, Montano

¡Desgraciado!

Otello

Antes de matarte... esposa... te besé.
Ahora, muriendo.. en medio de la sombra en que me hielo...
Un beso... un beso más... ah! ... otro beso.

sábado, 1 de noviembre de 2008

Meme de los seis motivos de felicidad y paréntesis necesario



REGLAS DEL MEME:


Enlazar a la persona que lo envía


Esta vez el meme ha venido del otro lado del charco, cosa que me hace una especial ilusión. Me lo envía Flori del blog Before You Leap. Queda constancia pues.


Enumerar seis cosas sin importancia que nos hagan felices


Madrugar cuando nadie te obliga a ello y que la mañana se estire en contemplar iglesias románicas, renacentistas o barrocas.

Ver cómo el carmín de labios mancha la taza de café mientras hablas de cosas sin importancia en la mesa de un bar.

Comer en buena compañía dejando que la conversación fluya naturalmente.

Arrebujarse en el sofá bajo una manta cuando la tarde es lluviosa y desapacible. Dejarse llevar por el sueño.

Las agujetas del día siguiente por haber descubierto tu ciudad a pie durante todo el día.

Comer lenguas de gato.


Hacer constar las reglas


Constan


Elegir a seis personas que continúen el desafío


Ésta es la parte que más me gusta. Porque este meme me dirá cosas de gente a la que aprecio, respeto y quiero...

Aída de Aídarte

Luisa m de Volar sobre el mar

Rafa de Kabila

Maripuchi de Maripuchi y su mundo

Navegante de Matacucarachas

Fritus
de Mundo Frito

Y además ha resultado paritate stricta que diría mi querido Bolche


Avisarlos con un comentario en su blog


Avisados están


Como siempre, que cada uno sea libre de aceptar o no el meme. Como siempre también, que se apunte el que quiera que para eso están las reglas... para incumplirlas de vez en cuando.

Lo sé, lo sé. A muchos de los lectores de esta bitácora les chocará el tema elegido para la entrada de hoy. La condesa y flamenquito... ¡Huyuyuy...! Pero no me digan que no pega con el título y el tema del post. Más ad hoc imposible. De vez en cuando además hay que sacar los pies del tiesto... ¿No les parece?

Así pues, cancioncita flamenca y romantiquilla, de esas que cuentan cosas que hacen que la vida valga la pena...



[Esta condesa lleva unos días que si sí que si no, que si sigo que si descanso. Les confieso que aunque en mi bitácora no lo ponga, soy un tanto adicta a la blogosfera. Me ha dado además afectos y relaciones que no cambiaría por nada. Pero debo reconocer que, de tanto en tanto, me satura un poco y, sobre todo, me roba tiempo para otras cosas. Tengo abandonada la lectura, mi trabajo sobre El Bosco y Villon que no sé si algún día llegará o no a ser; hasta un poco mis relaciones personales. Últimamente no puedo escuchar toda la música que me apetece y lo echo mucho de menos, se lo aseguro. De modo que durante algún tiempo, no sé cuánto, me dedicaré a leerles por la mirilla de sus bitácoras, a participar en alguna que otra terapia imprescindible para mi salud anímica y a permanecer, en general, calladita y en la sombra. Me vendrá bien. No creo que sea muy duradero. Enseguida lo echaré en falta. Puede que hasta publique alguna entrada que tengo más que medio esbozada. Estaré aquí aunque no me vean, pero créanme, necesito el descanso. Eso sí, pierdan cuidado, en cuanto me vuelva el mono les prometo una entrada wagneriana como pocas.]

Buenas noches.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Sinestesias V - y IV - La mar estava alegre (En la playa o navegando. Cadaquès)



La mar estava alegre

La mar estava alegre, aquest migdia:
tota era brill i crit i flor d'escuma,
perquè feia molt sol i el vent corria.
Al lluny se veia un gran mantell de bruma.
Damunt les ones, amb les veles dretes,
les barques hi brincaven com cabretes.


La mar estaba alegre

El mar estaba alegre al mediodía:
todo era brillo y grito y flor de espuma,
porque corría el viento, y el sol lucía.
Se veían, a lo lejos, mantos de bruma.
Encima de las olas, con sus velitas,
las barcas retozaban como cabritas.


El mar estaba alegre (En la playa o navegando. Cadaquès)

De nuevo en mar abierto. Hace sol. Azul inmenso por todas partes hasta donde la vista llega. Arranca el tema con rotundidad. La orquesta al completo y al unísono. Horizonte amplísimo de agua, salpicado de pequeñas manchas blancas diseminadas aquí y allá: las velas. Hace día de navegar, de dejarse llevar según sopla el viento. Los graves al bajo continuo, creando un tempo marcadísimo. El mar tiene ganas de reír. De hecho ríe.




En la playa, los críos chillan y ríen a carcajadas. Parecen pequeñas y afanosas ardillas, empeñadas en hacerte participar de sus juegos y castillos. Los cubos y las palas andan esparcidos aquí y allá. En un principio los violines llevan la voz cantante. Ha llegado la hora del baño. Entra un pequeño a la carrera y los demás le siguen. Nuevos chillidos y risas. El agua está transparente y casi helada. Por un momento, cuando el frío les corta la respiracion parecen enmudecer pero inmediatamente los instrumentos se desdoblan e inician un diálogo. Se empujan, saltan unos sobre otros, se hacen aguadillas. Violas y cellos de contrapunto. Los instrumentos se divierten persiguiéndose, intentando alcanzarse. Juegan. Han entrado en calor y de nuevo los gritos y la algarabía se escuchan desde la orilla. El ritmo se hace cada vez más marcado y vivo. La melodía se eleva alegre, imparable dentro de la orquesta. Ellos continúan su particular rito infantil de iniciación a la alegría, de forma innata, primitiva, feliz. Continúa el juego y el diálogo. No parecen cansarse. Se suben unos encima de otros y juegan a las batallas de caballos y caballeros. La música se vuelve luminosa. Unos contra otros. Irradia. Se derriban en medio de las risas. El bajo continuo, cada vez más marcado. Al final, agotados salen del agua y se derrumban literalmente sobre la arena sin dejar de reír.




La Cadaquès más hermosa, la que enseña su cara más amable será sin duda siempre la que nos recibe desde el mar. Ahora la orquesta se queda suspendida mientras por debajo, la melodía sube y baja, se ilumina y desciende. Desde que la barca entra en la pequeña bahía, al viajero le seduce el color blanco, blanquísimo de las paredes encaladas y el rojizo de las tejas y los terrados. Dialogo y contraposición entre las diferentes cuerdas. Por el camino, un mar limpio y oscuro en el que surgen como chinchetas minúsculas mil embarcaciones de diferentes tipos. Parte de los instrumentos se erige en solista oponiéndose al resto de la orquesta. Acérquense despacio, buscando no encallar en una playa profunda, de cantos oscuros. La iglesia, en lo alto, como colgada de los propios tejados saluda. Todo el pueblo se arracima en torno a ella. Y canta. Y la montaña detrás y los olivos y las callejas empecinadas en seguir subiendo a pesar de todo. Brillo y ligereza en los acordes. Luz y agua

Una vez en tierra, desciendan por la ribera norte y caminen en dirección al faro. De nuevo el tema principal entendido como una charla chispeante. Les sorprenderá la visión de los barcos y la iglesia al fondo como un escenario barroco. Pero los términos se invierten. Desde el sombrío norte, la luz sobre el agua se abre paso a trompicones, alegremente. Se inicia con la profundidad de las violas y la melancolía de los cellos para dar paso a la brillantez de los violines. De nuevo un blanco de herida luminosa rebota sobre el agua que se reinventa a sí misma. La alegría asciende desde la propia melodía que se convierte y reinterpreta en juego de agua y luz. Cadaquès como pirata tímido, a salvo de las hordas de turistas. El tema principal cierra el círculo. Descúbranla con respeto y cuidado y Cadaquès se les entregará sin ningún tipo de recelo. La melodía renace y se renueva como si cantase. Cadaquès canta.





martes, 14 de octubre de 2008

Sinestesias V - III - Nocturn (De atardecida y lunas)



Allà en les llunyanies de la mar

Allà en les llunyanies de la mar
s’aixecava la lluna solitària.
Un himne sense mots, acompassat,
li cantaven les ones en la platja.
El cel, tot llis i tot descolorit,
s’escoltava el cantar de les onades;
i la terra enfosquint-se a poc a poc,
sense veu, sense vent i sense gales,
semblava submergir-se en el no-res,
davant del cel i el mar il·luminant-se
al bes de la lluna, a cada instant més clar,
i la remor creixent de les onades.



Allá en las lejanías de la mar

Allá en las lejanías de la mar
se alzaba la luna solitaria.
Un himno sin palabras, a compás,
le cantaban las olas de la playa.
Todo el cielo, liso y descolorido,
escuchaba el canto de las olas;
y la tierra oscureciendo, poco a poco,
sin voz, sin viento, sin encanto alguno,
parecía en la nada sumergirse,
ante el cielo y el mar, iluminándose
al beso de la luna, cada vez más claro
y el rumor creciente de las olas.


Nocturno (De atardecida y lunas)



En la Costa Brava que pertenece al Alto Ampurdán, el mar cambia de color en cada pequeña cala o enclave y, por supuesto, según la hora del día. Está atardeciendo... Toda la orquesta inicia al unísono el movimiento Lento...

Cuando la luminosidad decae y los perfiles de la costa se van diluyendo por la falta de luz o la bruma de tarde, cada lugar del Ampurdán refleja la luz en el agua de una forma bien distinta... bien empastada con una música nostálgica e intimista.

Desde la terraza, el golfo de Rosas va perdiendo color y matices de atardecida. El conjunto de la cuerda baja de intensidad y a tonos más graves. Las nubes bajas arañan restos de luz en el bajísimo horizonte, dejando que el arco acaricie las cuerdas, cada vez más despacio, cada vez con mayor lentitud.

Pero si nos alejamos en el espacio y subimos por la pendiente que desde Port de la Selva asciende a Sant Pere de Rodas, la bruma se contrapone a la oscuridad que va venciendo en un diálogo sordo y bellísimo. Violines y cellos se suceden. Conforme la claridad desciende se despliega el tema principal, la canción que acompaña y acuna. Los violines susurran, se alternan en un delicadísimo sottovoce. La noche va abriéndose paso, cercenando la luminosidad. Al menos por lo que queda de día, vencedora definitiva del sol.

Volemos ahora en dirección sur. Al volver de Cadaquès y según se dobla el cabo Norfeu la luz se difumina, ¡qué contradicción! en un contraluz sutil y matizado. La punta del Cat parece disolverse en la luces últimas y todo se iguala. La claridad difusa y por momentos más escasa se asemeja a una viola y un cello que se contraponen y el diálogo se hace más suave e íntimo. El mar se va volviendo de un gris de azogue y plata oscura, marcando, como si de cellos y contrabajo se tratase, el bajo continuo. Las rocas que dan paso a la entrada en la Montjoi enmarcan de sombras el agua, mientras violines y violas cuchichean en voz baja.

Pero si decidimos contemplar la puesta de sol desde la Almadrava en dirección al parque de Aiguamolls, el sol se mostrará rotundo en su caída. Colores rojos y amarillos intensos como ese cello que ataca con rotundidad el acorde. Pronto, todo el enorme marco que es capaz de abarcar el paisaje se torna en un cuadro de conjunto. Esta vez no predomina un solo instrumento. El sol va descendiendo muy despacio mientras toda la orquesta conversa entre sí, con suavidad y nostalgia. Algún rayo aislado intenta apenas un segundo de especial protagonismo en tanto los violines, por un brevísimo instante, intentan escaparse. La orquesta los neutraliza y se funde en un juego de naranjas y malvas mientras retoma la melodía principal lánguidamente.

La luz casi ha desaparecido por completo. Los cellos, tímidos, asoman.

Ha salido la luna. Por fin la ausencia de luz y de color. Un tímido cuarto creciente que se levanta desde el agua, justo en la playa de la ya tranquila y recuperada Rosas, en septiembre. El violín inicia un tímido solo que es repetido por la viola y el cello, en un apenas esbozado y agonizante canon. La palidez vence. El agua se disuelve en el vacío hasta que a éste lo releve un día nuevo.







lunes, 13 de octubre de 2008

Sinestesias V II - La ginesta (Camino del cabo de Creus)



La ginesta altra vegada

La ginesta altra vegada!
la ginesta amb tanta olor!
És la meva enamorada
que ve al temps de la calor.
Per a fer-li una abraçada
he pujat dalt del serrat:
de la primera besada
m'ha deixat tot perfumat.
Feia un vent que enarborava,
feia un sol molt resplendent:
la ginesta es regirava
furiosa al sol rient.
Jo la prenc per la cintura:
la tisora va enrenou
desflorant tanta hermosura
fins que el cor me n'ha dit prou.
Amb un vímet que creixia
innocent a vora seu
he lligat la dolça aimia
ben estreta en un pom breu.
Quan l'he tinguda lligada
m'he girat de cara al mar...
M'he girat al mar de cara,
que brillava com un cristall;
he aixecat el pom en l'aire
i he arrencat a corre'avall.


!Vuelve otra vez la retama!

¡Vuelve otra vez la retama!
¡La retama con su olor!
Ella es mi enamorada
cuando comienza el calor.
Para darle una acolada
a los cerros he trepado:
al primer beso que daba
me ha dejado perfumado.
Daba un viento que arbolaba,
daba el sol resplandeciendo:
y la flor se revolcaba
furiosa al sol, riendo.
La agarré por la cintura:
la tijera no ha cejado
desflorando su hermosura
hasta sentirme colmado.
Con un junco que crecía,
inocente, junto al seto,
até a la dulce amiga
en un manojo muy prieto.
Al tenerle bien atado
me he vuelto de cara al mar...
Me he vuelto hacia el mar de frente
y el rostro, resplandeciente,
al aire lo he levantado
y corriendo me he bajado.


La retama (camino del cabo de Creus)

El día es inusitadamente claro y el agua de un azul limpio, recién estrenado. Toda la orquesta inicia la melodía principal y única que se repetirá a lo largo del movimiento. La ciudad va alejándose despacio desde popa. El sonido es brillante. Como mal menor navegamos lentamente tratando de no ver la multitud de manchas claras que le han crecido a la costa y que cubren Rosas de un polvillo blanquecino, como si la hubiese atacado el oidio. Hablo de la cantidad ingente de urbanizaciones que agobian y engullen playas tan hermosas como las Canyelles Petites o las Canyelles Grosses, también llamada la Almadrava.

Una vez superada ésta, de camino a la Montjoi, la masa bellísima y delgada, como la de una larga lengua que se adentra en el mar, nos ilumina un nombre en la memoria: cabo Norfeu. El violín destaca del resto de la orquesta y cello y violín lo doblan. Menos contundente, más verde y suave que su hermano mayor el de Creus, se nos muestra amable y acogedor. Nos acercamos por babor y navegamos en paralelo a sus no excesivamente agresivas paredes. Nuevamente el violín destaca marcando el tema principal, mientras la viola y el cello esta vez marcan el bajo continuo...; el resto de la orquesta a modo de un solo instrumento conversa con el violín.

Y entonces empiezan a sentirse con claridad los olores: la salvia, el espliego, el romero suavizan y hacen armonioso el ruido a compás de las olas en estribor. La orquesta se empasta y los sonidos más graves se hacen por un instante protagonistas. Pero sobre todos esos olores, se alzan poderosos la imagen y el aroma de la retama, la ginesta que dice la gente de por aquí. El violín de nuevo salta al compás y se erige en el actor principal. Aparece por todo el cabo, hasta mezclarse sin solución de continuidad con el olor de la sal y el iodo, llenando el aire de notas agrias o dulzonas a ratos, con un olor penetrante y activo que nos recuerda que el cabo es generoso como ella y la protege de la fuerza árida y sin piedad de la tramontana. El violín dialoga con el cello y la viola.

Todavía con el olor en la memoria, vamos dejando a la izquierda la cala Pelosa y la Jóncols, para alcanzar poco a poco las entradas a Cadaquès y Port Lligat.

El paisaje se va volviendo más ralo en vegetación. El cello asume el protagonismo y la melodía. Sólo la roca omnipresente y sus paredes cortadas a pico. La mole del cabo de Creus, con el faro en lo alto, se alza con fuerza para demostrarnos que los olores han sido sustituidos por la armonía exclusiva de la sal y el iodo. Es ahora la viola la que desplaza al violín y asume el mando, pero éste lo recupera. Aguas transparentes y limpias como pocas donde crece todo tipo de especies protegidas por la denominación de parque natural. El viento azota cada vez más fuerte, demostrando que donde él reina ninguna vegetación es posible.

La orquesta como un solo instrumento juega con el tema melódico. Al doblar el cabo, la aridez, dueña y señora del entorno, nos deja vislumbrar el resto de la costa abrupta camino de Francia, hasta esa frontera natural de Coulliure, donde los acantilados y farallones desaparecerán tan bruscamente como empezaron, mar adentro, como resto casi intangible de unos Pirineos moribundos y espléndidos. El cello destaca para inmediatamente retomar el bajo continuo; el círculo de la melodía se cierra.





domingo, 12 de octubre de 2008

Sinestesias (V) I - Explicación y prólogo

[Para el conde Adanero que lleva meses reprochándome no haber dedicado nunca una entrada en mi bitácora a un compositor español, en prueba de una ya vieja y sólida enemistad]
[Para Mega y Fritus,
que nacieron y vivieron o viven en Cataluña y quizá puedan aquí y ahora reconocerse en la música y las palabras de su lengua materna]
[Para Tanhäuser, que creció en esa tierra y se adaptó a ella haciéndola suya, al igual que su lengua, compartiéndola con el castellano]



No me gusta hablar mal de la gente, pero miren que mi jefa llega a ser poco cuidadosa. Como el blog es suyo, lo va dejando todo por ahí, manga por hombro. Luego dirá que es ordenada, pero para mí que tiene un punto de desorden caótico ciertamente preocupante.

El caso es que, por una vez, voy a aprovecharme de lo encontrado en mi escritorio. Son fotos de viaje. Más concretamente fotos en las que el mar es el principal y, a menudo, único protagonista. En la carpeta reza: "Costa Brava 2008". Dentro, diferentes carpetas más pequeñas: "De Rosas al cabo de Creus", "Vistas desde la habitación", "De atardecida", "En la playa"...

¡Ah, la tentación es demasiado fuerte! A ver, a ver. ¿Con qué tipo de música podría yo combinarlas para hacer una nueva entrada de Sinestesias? (Reconózcanme que apenas les he dado la lata últimamente con ellas)... ¿La mer o La cathédrale engloutie de Debussy? ¿Jeux d'eau de Ravel? No, no, esta vez necesito otra cosa. Algo tan sutil como las anteriores, pero más cercana en el espacio y en el tiempo. Condesa, algo te está rondando por la cabeza desde hace rato y no consigues darle forma... Piensa, piensa... Mediterráneo, Cataluña, Costa Brava...



¡Claro, ya lo tengo! Pocas músicas habrá que se adecúen tanto a las fotos que tengo delante de mí. Va a ser una sinestesia casi perfecta.

Pero hay algo que falla. No puedo hablar de lugares en los que no he estado, ni de colores que no he visto, ni de aromas que no he olido. La sinestesia no funcionaría por mucho que conozca la música... No tengo ni idea de cómo resolverlo. Déjenme que lo consulte con la almohada.


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Hoy el día ha amanecido más ligero. Creo que tengo la solución. No se había dado hasta ahora pero, ¿por qué no?... Podría funcionar... Lo he consultado con la administradora del blog y parece que la idea le ha hecho gracia. Así, de paso, recupera y muestra sus fotos (aunque lo niegue es más narcisista que yo).

Freia se ocupará pues del relato de viaje, de lo que vio, escuchó, olió y saboreó y yo, la condesa, le pondré el fondo poético y musical que se merece. ¿Que cómo se puede hacer una sinestesia a medias? ¿Que cómo alguien puede sentir por el otro hasta el punto de comportarse como si fueran una sola persona?... ¡Ah!, no me pregunten. Yo me limité a aportar la descabellada idea y puede que funcione. La responsabilidad del blog no es mía. Deberían juzgar Vds. por sí mismos.

Antes de que Freia pase a narrar su crónica de viajes, seré yo, la condesa, quien les hable de la música.

Porque si hay una música, de entre las que conozco, que defina la Costa Brava, que la aprehenda en todos y cada uno de sus compases es la escrita por uno de esos compositores con mucha fama en su tiempo y hoy injustamente olvidado incluso en su propia tierra. Y sin embargo contribuyó como pocos al éxito del Renaixement, ese movimiento nacional catalán hijo y heredero de la Renaixença del XIX. Les estoy hablando de Edouard Toldrà.

Desde muy joven luchó en contra de esa hegemonía que la música que imperaba en Europa estaba ejerciendo en España en general y en Cataluña en particular. Y cuando hablo de música imperante en Europa me refiero a Wagner y lo wagneriano, cuyas estructuras sonoras se hacían oír fundamentalmente en y desde El Liceo.

Contra esa tiranía compositiva y musical que todo lo invadía, Toldrà proponía una vuelta a las raíces netamente mediterráneas y por ende catalanas, pero inspirándose en los avances técnicos y estilísticos que representaba, por ejemplo, el Impresionismo francés liderado por Debussy y Ravel, basado en la limpieza compositiva y estructural.

De esta forma y cuando sólo contaba 16 años creó en 1911 en Barcelona, el Quartet Reinaixement del que se constituyó en su líder nato a pesar de ser el más joven del grupo. El ensemble representó el renacer de la música de cámara en Cataluña y contribuyó y no poco a la difusión de algunas obras de la categoría del Cuarteto de Ravel y a la fertilidad compositiva de muchos maestros, entre los que se encontraba el propio Toldrà, aunque la obra que hoy les trae esta condesa se estrenó precisamente cuando el cuarteto estaba a punto de deshacerse.

Bueno, ya está bien de misterio. La obra que sonará en esta(s) entrada(s) es la más famosa hoy en día de sus composiciones. En la actualidad todo el mundo la conoce como Vistes al mar, pero lo cierto es que su título original fue y será Vistas al mar, en castellano. La obra lleva como subtítulo: Evocaciones poéticas. Ganó el Premio "Fundació Rabell" en 1920 y fue estrenada un año más tarde en el Palau de la Música de Barcelona.

Inspirada en tres poemas de Joan Maragall, uno de los más claros e insignes representantes del Modernismo catalán, el compositor subtituló, en principio, cada uno de sus movimientos como: Costa Brava, Nocturno y Velas citando, de alguna manera, el motivo de su inspiración. Ante el temor de que los oyentes creyeran que la música intentaba describir pintorescamente y definir los poemas citados, el propio autor borró los subtítulos y los sustituyó por los habituales al uso en música: I Allegro con brio, II Lento y III Molto vivace. Sólo se ha mantenido y no siempre el subtítulo Nocturno (hoy Nocturn) correspondiente al movimiento Lento.

Porque realmente las Vistas al mar de este barcelonés, casado y afincado durante los veranos en Cantallops desde 1923, no trata de describir sino que simplemente se inspira en los poemas de Maragall. [Un pequeño inciso para decirles que el dato de Cantallops le ha encantado a Freia: allí se fabrica el S'alou y el Blanc dels Aspres, vinos por los que la jefa siente absoluta debilidad y de los que creo que ya les ha hablado]

Pero volvamos a nuestro tema. No esperen encontrar en esta obra aplicaciones técnicas o estilísticas novedosas, ni dodecafonismo, ni hallazgos revolucionarios. Su música es conmovedoramente sencilla y poco o nada arriesgada estructuralmente. Eso sí, con una férrea unidad compositiva y de estilo. Es de una belleza limpia, tranquila, serena y alegre como lo es la propia Costa Brava cuando la invade el sol y no el viento, o como lo es el propio mar que la baña. Si algo define los poemas de Maragall y la música de Toldrà es el color azul, el sol, los acantilados y los aires de sal y agua.

Cada movimiento pues, inspirado en un poema. Tres movimientos distintos en perfecta alternancia. La ginesta altra vegada es el título de la poesía inspiradora del primer movimiento; La mar estava alegre lo es la del tercero. Ambas transmiten sensación de alegría por lo olores de la costa en primavera o por el mar apaciblemente azul y soleado, que pregona el júbilo de la luz y la claridad mediterráneas. Entre medias, la música melancólica, casi casi como un adagio basada en Allà en les llunyanies de la mar, que nos sugiere el atardecer, la llegada de la noche, el ocaso, la serenidad.

Decirles, por último, que la obra fue creada como un cuarteto de cuerda. Sin embargo, al poco de echar a andar se realizó la transcripción para orquesta de cámara y es muchísimo más habitual encontrarla hoy en día interpretada bajo dicho formato en lugar de hacerlo en el original de cuarteto.

La versión que les traigo es de la Englisch Chamber Orchestra, dirigida por Enrique García Asensio, en una grabación de Ensayo, realizada en la iglesia All Hallows de Londres en 1977.

No existen muchas más versiones. Hasta donde yo conozco, una de la Orquesta de Cambra Comellas, otra de la Jonde y una tercera, esta vez sí bajo el formato original, del Cuarteto Casals.

Ya que estamos con datos técnicos, les menciono que los poemas de Joan Maragall han sido extraídos de: Joan Maragall. Obra poética. Versión bilingüe en dos tomos, editada en 1984 por Clasicos Castalia, con los nºs. 126 y 127. Introducción y notas a cargo de Antoni Comas. Traducción de J.F. Vidal Jové.

La voz que escucharán recitar los poemas de Maragall pertenece a Ivan Sinyol y aparece editada en la versión que el Cuarteto Casals grabó de las Vistas... en 2006 para Harmonia Mundi

Las fotografías y los textos de viaje son responsabilidad exclusiva de Freia, sin copyright ni ningún tipo de publicación o edición.

No les doy más la lata. Dada la longitud de la entrada, las mentes perpetradoras hemos decidido que por hoy ya tienen Vds. bastante. No queremos que salgan corriendo en dirección contraria.

La entrada se realizará en varios capítulos, pero no se asusten... ya han superado el primero. Los tres restantes, correspondientes a cada uno de los movimientos de la obra serán publicados a razón de uno por día, a la misma hora, para no hacerles pesada la idea general de la entrada pero lo suficientemente cercanas en el tiempo para que ésta no pierda continuidad.

Esta vez la sinestesia es plenamente interactiva: pueden escuchar la música mientras se deleitan con los poemas o leen los textos de viaje (trufados de impresiones musicales) o contemplan las fotografías. De igual manera se complementan fotografías y textos tanto en prosa como en verso. Jueguen a revolver los diferentes ingredientes y a mezclarlos. Seguramente se diviertan.

A partir de mañana estarán en condiciones de valorar si la sinestesia ha conseguido ser coherente y tener unidad. Freia me ha prestado imágenes y textos, yo les he regalado a Vds. la poesía y la música. Sabremos pues si este singular collage confeccionado al alimón ha funcionado, lo que permitiría futuras colaboraciones, o tendrá que ser llevado al baúl de los proyectos fallidos.

Probablemente no serán capaces de saber quién de las dos ha escrito este último párrafo, pero de lo que se trata en última instancia es de que presten especial atención a la música. Porque está inspirada en la Costa Brava, en el Alto Ampurdán, que yo amo profundamente. Entiendan que para mí esta obra tiene especialísimas connotaciones sentimentales. Disfrútenla pues despacio y como lo que es, porque les aseguro que Vistes al mar es un regalo que no tiene precio.

Hasta mañana.

viernes, 10 de octubre de 2008

Premio a la proximidad



Luisa m, de Volar sobre el mar me ha concedido el Premio a la proximidad.

El texto del premio dice:

"A todas nos encantan los blogs, donde en la mayoría de ellos sus objetivos son mostrar las maravillas y hacer amistades; hay personas que no se interesan cuando les damos un premio y de esta manera contribuyen a cortar esos lazos. ¿Queremos que se corten o que se propaguen? ¡Entonces tratemos de prestar más atención a ellos!
Así que este premio debemos entregarlo a 8 bloggeras que a su vez deben hacer lo mismo y poner este texto".


Los que me conocen un poco saben que me gustan mucho los premios. Los considero una muestra de reconocimiento al trabajo y la dedicación y, ¿por qué no?, el entusiasmo que siempre conlleva el tener un blog. Pero también porque es mucho más fácil no darlos que hacerlo, lo que también demuestra que quien lo otorga se molesta y disfruta visitándote y leyendo lo que, con mayor o menor fortuna, vas trenzando. Si además el premio es a la proximidad, es porque lo que haces resulta cercano a quien te lee y escucha la música que eliges y preparas, con lo que la razón para sentirse orgullosa por ello adquiere más sentido todavía.

Hoy no me siento capaz de premiar a 8 amigas blogueras (entiendo que va sólo de premiar a chicas), precisamente porque la proximidad no entiende de sexos... Eso no quita que le agradezca con sinceridad a Luisa su premio, porque además me gusta mucho su bitácora, que lo coloque en lugar preeminente y que invite a todo aquel que quiera a tomarlo y hacerlo un poquito suyo. Porque si algo he experimentado durante estos 14 meses de blogosfera es la cercanía de quienes me han dado mucho más de lo que esperaba de ellos.

Llevo un buen rato dándole vueltas a la música que voy a ponerles, porque la de Elgar ya cansa bastante. Hoy vamos a pasarnos a lo francés. También música de celebración solemne y con su fanfarria.


[Preludio del Te Deum de M.A. Charpentier H. 146. Les Arts Florisssnts. Dir. William Christie. Harmonia Mundi, 1987]

Mil gracias Luisa. Un fuerte abrazo

sábado, 4 de octubre de 2008

Nueva bitácora musical

Hace un par de días, Mega y yo, al alimón, descubrimos un blog musical recién estrenadito. Blog de título por demás curioso y no poco extravagante todo hay que decirlo, como curioso y extravagante es el nombre de su hacedor (pueden acceder a él también a través de mis enlaces).

Hay muchas y excelentes bitácoras de música clásica en la red, pero para mí siempre es saludable darle la bienvenida a quien se arma de entusiasmo y voluntad para escribir sobre algo que me apasiona. No pienso darles mi opinión sobre su contenido. Creo que deben juzgarlo por Vds. mismos.

No seré yo quien dé consejos a alguien que empieza. Desde aquí decirle solamente a Monsieur le Croissant musicien (jajaja, no puedo evitarlo), ya sea hombre o mujer (tiene razón: bien poco importa), que tenga bien presente y saque provecho de ello, que la música y las palabras siempre han hecho excelente maridaje lo que, de paso, me sirve para "obsequiar" a mis lectores con una breve pieza de mi favorito, el primero, el inimitable, el más grande, al que últimamente tenía un poco abandonado. Fue compuesta por J.S. Bach sobre un texto anónimo, como regalo de bodas para una pareja amiga de intelectuales recién casados que le daba un extraordinario valor a la música.

Bienvenida pues y larga vida a la nueva bitácora.



Spielet, ihr beseelten Lieder,
Werfet die entzückte Brust
In die Ohnmacht sanfte nieder!
Aber durch der Saiten Lust
Stärket und erholt sie wieder!

¡Tocad vuestras conmovedoras canciones,
Arrojad vuestro extasiado corazón
dulcemente en brazos del desvanecimiento!
¡Pero gracias a las alegres cuerdas
reanimadlo y reconfortadlo!

(trad. Freia)

[J.S. Bach (1685-1750). Aria Spielet, ihr beseelten Lieder de la cantata O holder Tag, erwünschte Zeit, perteneciente a la segunda Cantata de Bodas, dentro del grupo de las Cantatas profanas. BWV 210. Lucia Popp, soprano. Orquesta de Cámara de Berlín. Dir. Peter Schreier. Berlin Classics, 1984]