Un regalo de Sergio Astorga

miércoles, 13 de febrero de 2008

Privatiza tu salud ¿el cortijo de la Esperanza?

[Maripuchi me solicita que me una a esta compaña que se ha currado Surco y yo estoy completamente de acuerdo. Ya sabéis, si os parece bien, no tenéis más que enlazar.

Y como además no soy rencorosa, le dejo a Doña Cuaresma este regalo musical con dedicatoria, cuyo color no es morado como debería, pero no le anda lejos. Es más, probablemente le resulte también harto adecuado]




¿ Se está desmantelando la sanidad pública en Madrid?. Desde luego es un inicio. La construcción de 8 nuevos hospitales con fondos privados lejos de solucionar un problema tan castizo como el de las listas de espera, privará a los madrileños de 2000 camas en los centros actuales y aumentará nuestra tortura a la hora de poder curarnos sin enfermar de la cartera.
Cuando una empresa privada accede a un nuevo mercado su objetivo suele ser el beneficio a corto plazo y los pacientes nos terminamos convirtiendo en un contratiempo que hay que vencer para conseguirlo. En este sentido el gobierno del PP está garantizando los ingresos a los inversores durante los próximos 60 años ¿ Por que nos extraña entonces que el capital se haya vuelto tan "constructivo"?
Debemos agradecer a Esperanza Aguirre sus intentos por poner la sanidad madrileña a la altura de la inglesa. Siempre es bueno que los hijos de la Gran Bretaña se sientan como en casa cuando vengan huyendo de los mataderos que dejaron por hospitales las privatizaciones de Margaret Thatcher en los 80. Aguirre o la cólera del paciente inglés; todo un drama moderno.
Lo que no parece tan moderno es que el personal sanitario se vea obligado a trabajar en centros privados mientras cobra del Erario Público. Sin embargo en un mundo como el nuestro en el que nada importa ¿ acaso no tiene derecho un pequeño grupo de elegidos a gestionar nuestra salud mientras maximizan sus beneficios?. Es lo que tiene este país, se organizan exposiciones y olimpiadas, mientras algunos siguen pensando en cazar a su Milana Bonita.
Encontrar hombres de confianza capaces de dejar que el Estado les sirva y asuma sus riesgos es siempre una tarea complicadísima ¿ De donde habrá sacado el PP las cualidades humanas necesarias para tan temeraria empresa?. Desde la calle Génova, mi instinto me dice que no debemos buscar a los afortunados ni en desiertos muy remotos, ni en montañas muy lejanas.

4 comentarios:

Dardo dijo...

Querida Freia. Yo soy un partidario sin matices de una Sanidad Pública. Pero también es lo cierto que todos (digo todos) los sistemas regionales de salud españoles tienen conciertos con el sector sanitario privado.

Sin ir más lejos. El propio Estado Central provee a sus funcionarios (a través de Mufac, Isfas ,etc) de una sanidad, en la mayoría de los casos, contratada con las grandes aseguradoras del sector: Asisa, Adeslas etc.

Martine dijo...

Soy una acérrima defensora de la Sanidad pública, y usuaria de la misma..
Estamos asistiendo a la privatización encubierta o no de muchos sectores públicos, hoy tambien de la enseñanza...por esta razón y a estas horas puedo escribir en tu blog Freia..Je suis en grève...

Gros bisous!

Cósimo dijo...

Una de las bonanzas del estado de bienestar es el de implantar sistemas sanitarios públicos de calidad que progresen a la hora de ofrecer calidad de servicio en más y más especialidades. Tengo amistades que, de no ser por la sanidad pública, hubieran visto complicado superar un cáncer, no todo el mundo tiene los posibles para pagar asistencia privada en Navarra.
Por supuesto, no a las privatizaciones que resten servicios al conjunto de los ciudadano. La sanidad es cara, es cierto, la industria farmaceutica y las macroempresas dedicadas al ramo, cobran por algunos de sus productos verdaderas fortunas, pero creo que pagamos suficientes impuestos para mantener ese sistema, y en este caso, a mi no me importa pagar ahora servicios que, afortunadamente, yo no demando para que puedan servirse de ellos otras personas.

Freia dijo...

Yo, como vosotros tres, soy partidaria y usuaria de la Sanidad Pública.
De acuerdo Dardo en que existen conciertos con empresas privadas del sector en todas las comunidades autónomas. En la mayor parte de los casos se hace para aligerar y evitar enormes listas de espera. Cuando es una cuestión puntual, siempre es una medida que puede ayudar a paliar deficiencias en el sector público. La mejor solución, con todo, no es crear conciertos con empresas privadas sino invertir en la Sanidad Pública con mayores dotaciones y, fundamentalmente, gestionar esos presupuestos y esas dotaciones con eficacia y honradez.
Pero lo que está pasando en Madrid Dardo no se trata de un mero concierto con privadas para solucionar problemas puntuales. Desde la administración de la Comunidad, desde el gobierno autónomo, se están bombardeando muchos sectores públicos. Como bien dice Selma, no sólo la Sanidad, también la Educación y en general todas aquellas parcelas de gobierno dedicadas al bien social público.
Los famosos 8 hospitales de nueva creación han servido para que se forren literalmente unos cuantos constructores, aunque se venda a bombo y platillo que Madrid es la comunidad con mayor número de hospitales. Si éstos no se dotan con personal y material ex profeso, sino que se saca de los otros hospitales, ya de por sí con difíciles condiciones de financiación y personal y saturados continuamente; si la gestión y administración no son públicas y por tanto sometidas a control, sino que se ponen en manos de administradores privados a los que les mueve un interés claramente mercantilista; si se inauguran hospitales que luego permanencen cerrados porque, entre otras cosas, están a medio construir... Si ocurre todo eso, entonces Dardo, el problema es muy grave.
La Sanidad, como la Educación, como los transportes, como otros más, son servicios públicos y como tales deben estar al servicio de la comunidad, no para especular ni enriquecerse con ellos.
No se pueden suprimir líneas de autobús o metro porque sean deficitarios. El primer fin del Metro o las líneas de cercanías es prestar un servicio público, no resultar rentables. Será una correcta gestión lo que las pueda hacer ganar dinero, que debe reinvertirse en las líneas que dan pérdidas.
Como muy bien dice el barón el termómetro de un estado de bienestar lo da la inversión en bienes públicos, en una sanidad, una educación, unos transportes, etc. de calidad.
Los mejores médicos, los mejor formados, la mejor maquinaria se encuentra hoy por hoy en la Sanidad pública y así debe ser. No hace falta, al menos por ahora, irse a EEUU a tratarse de un cáncer. Y yo quiero que eso siga siendo así. Y para ello es necesario que se invierta responsablemente, que se gestione bien, que se controle también la gestión y administración: luz y taquígrafos como en tantas otras cosas.
Tú sabes Dardo que el caso del Severo Ochoa, por mucho que lo disfracen, ha sido toda una campaña orquestada para despretigiar la sanidad pública y, en concreto, a un grupo de profesionales que lleva años investigando y curando con entusiasmo aunque, eso sí, que comulgan muy poco con las directrices administrativas de la consejería correspondiente.
Me parece inmoral poner en peligro la salud de los ciudadanos por el enriquecimiento particular.
Puede parecer simplista un argumento de este tipo, pero es así.
Inversión, inversión, inversión en la res publica... y eso no se consigue bajando impuestos y me da igual quién los baje.

¡Hala!.¡Vaya filípica!

Selma, espero que la huelga no sea excesivamente onerosa en ningún sentido y que
pueda solucionarse pronto el problema.
Un abrazo a los tres.