Un regalo de Sergio Astorga

domingo, 8 de marzo de 2009

Tontuna dominical



A la tristeza, a veces, le da por estallar sin previo aviso.

Y escarba

y hurga

y duele

tiñendo todo de desesperanza.


Cuando eso ocurre, la única forma de librarnos de ella es permitir
que fluya

y rompa

y atraviese...

hasta dejarla exhausta.



Hasta quedar exhaustos.




Alessandro Marcello (1684-1750). Concierto para oboe en re menor - Adagio. Malcom Mussiter, oboe. Paul Nicholson, clave. Guildhall String Ensemble. Dir.: Robert Salter. Victor RCA, 1988


13 comentarios:

Gemma dijo...

Un besazo, Freia.

Rouconomola dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Tanhäuser dijo...

Venga Freia, que ya esá aquí la primavera. Falta poquito.
Muchos besos y muchos ánimos.

Anónimo dijo...

Esta música ha sido una maravillosa manera de amanecer.
La tristeza como la risa o la alegría, es una parte más de la existencia.
Besotes!

RGAlmazán dijo...

Hablamos. Un beso.

Salud y República

NáN dijo...

muy sabio

Isabel dijo...

Una buena recomendación querida Freia, es como únicamente se despide con otro rumbo.

Besos

Naveganterojo dijo...

La tristeza, creo que es la unica cosa de este mundo que me da pavor, pues cuando se clava en el corazon cuesta mucho desprenderse de ella.
menos mal que siempre hay un amigo cerca para ayudarte a superarla.
Un abrazo

Antonio Rodriguez dijo...

Cuando llega la tristeza no hay como salir a la calle y ver la exploxión de belleza que nos regala la naturaleza anunciando la pronta llegada de la primavera.
¡Animo Freia!
Salud, República y Socialismo

fra miquel dijo...

Que hermoso adagio.
Ideal para que la tristeza fluya
y rompa
y atraviese...

Me ha inmovilizado el escucharlo. No conocia a Alessandro Marcello.
Gracias por presentarlo

Freia dijo...

Muchas gracias a todos, de verdad.

Un abrazo

Antonio Flórez dijo...

La tristeza, cuando es de verdad, cuando es profunda como tú la narras, es una enemiga. Haces bien en expulsarla, en agotarla. Si creyera en conjuros, veinte de ellos le echaría.

Un beso como la copa de un pino y un ánimo y un quedemos a comer todos juntos, que esas horas le cerrarán la puerta a casi cualquir tristeza.

Y un saludo.

fritus dijo...

fijese Ud...que la anterior del sr.Purcell ya me ha puesto triste , no le digo nada de ésta...y no se me ablande, please, condesa....que como dice Tanhauser con mucho acierto...el sol ya ha asomado por oriente ( yo que soy de oriente ya tengo la calva bronceada)...y ya vale de Purcells y Marcellos depresivos...la proxima vez ponga un madrigal de esos que cantan en Oxford o Cambridge que también son de su adorada epoca barroca ( creo) y tienen un tono más optimista...

Arriba ese animo, po favó...le envío un beso de hierbas ibicencas con hielo