Un regalo de Sergio Astorga

lunes, 7 de junio de 2010

Breve paréntesis bretón y manifiesto manifiestamente cursi






Os enfrentáis a un post plomífero y duro, aviso.

¿Os ha chocado que os tutee? Sí, se hace raro. Pero es que hoy la condesa no está aquí. Dice que la obligo a trabajar últimamente demasiado y se me ha puesto en plan haydnreivindicativo, me ha interpretado el final de la Sinfonía de los Adioses y muy dignamente ha hecho mutis por el foro en medio de un frusfrús de polisón y seda azul. Explotación laboral alega... ¿No te digo?

Tampoco está Freia, que decidió hace tiempo trabajar en la sombra y ocuparse junto con Fasolt de las tareas logísticas. Hoy me toca a mí, a pelo. Hasta he cambiado (solo temporalmente) la foto del blog. Y más os vale estar preparados. De modo que sacad los "clínex" y aguantad o dad la vuelta ahora.

Como me conocéis de sobra, nos ahorramos presentaciones. Yo soy más directa que la Turquesita. También bastante más blandita y bobalicona cuando me pongo. Agradeced que no venga mucho por aquí.

Explicaciones de la primera parte del título no hacen falta muchas. En los últimos días me he puesto bien pesadita diciéndoos continuamente que me voy de vacaciones (de hecho casi siempre soy pesadita, muy pesadita en todo).

Pues sí...


Os cuento. El viaje de marras ha estado a punto de irse al garete a menudo. De hecho desechamos la idea por completo un par de veces. Que si es muy lejos y mucho gasto, que si no podemos estar fuera tantos días y que se quede sola, que si luego no podremos irnos en septiembre, que si problemas de mi hermano, que si problemas de tu hermana, que si el paro ajeno, que a ver si ocurre como el año pasado y hace una de las suyas en cuanto nos vamos... Que si, que si, que si...

Pero la vida puede dar muchas vueltas en poco tiempo y quizá no se presente otra ocasión como ésta de estar libres y solos. Y bien y alegres y predispuestos a. Que esta dichosa carrera de más o menos fondo en la que participamos todos de mejor o peor grado, de vez en cuando te reserva una piedra en el camino y te estampas contra ella porque estaba al salir de una curva y no te dio tiempo a verla. Así que, señores... Carpe diem!

¿Que luego toca quedarse en casa y salir menos? ... Pues bueno. En primer lugar somos unos privilegiados por cobrar sin trabajar cuando el curro anda como anda y quejarse de ese tema sería hasta inmoral con los tiempos que corren. Además podemos empezar a pulirnos la herencia de mi suegra en vida (es buena idea ¿no?). ¿Que se va a quedar sola?... Pues tiene otro hijo; no creo yo que por cuidar de ella unos días se hernie. ¿Que nos vamos a saltar la dieta más tiempo del debido y engordaremos lo que hemos tardado dos meses en perder?... Pues ya vendrá el verano a gazpachos y ensaladas; sale más baratillo y problema de gordólogo resuelto ¿Que mi hermano está en paro de larga duración y en situación difícil? ... Pues sí, pero hemos hecho por él hasta lo que no está escrito y no podemos resolverle la vida continuamente; de vez en cuando hay que saber alejarse y respirar un poco ¿Que mi hermana está a punto también del Inem? ... Pues hay novedades en forma de probable nuevo trabajo y hasta fijo...

Que no, que no. Que ya vale de tristezas y llantinas que aburren a las ovejas. Que ya vale, que ya me vale. Que se acabó. Que se está mucho mejor fuera y se respira mucho más profundamente a pleno pulmón.

Nos vamos. Y queremos convertir el mapa en una gran rayuela e ir saltando de lugar en lugar como en el juego infantil. Nuestra casilla de salida en el País Vasco. Lanzamos la piedra y empezamos. Donosti, para cumplir con el viejo rito de cenar con amigos y con el aún más fértil de conocer a uno nuevo a quien ya aprecio desde hace años gracias a este mundillo extraño de la blogocosa (¡me apetece tanto el encuentro con Charles..!) Y después, con todo el dibujo trazado en el suelo, nueve días por la Bretaña, a pata coja y moviendo la piedra despacito, sin pretender abarcar demasiado. Dejándonos llevar. Desde Saint-Michel a Rennes. Y a la costa Esmeralda con Saint-Mâlo y las ostras de Cancale. Y bordear el norte, moviendo la prenda con cuidado hasta dejarse caer por el Finis Terrae, en lo alto del truque. Dos noches en Camaret-sur-Mer, en la punta de Raz, donde el agua y los vientos sacuden con toda la fuerza de que son capaces. Y mañanas para internarnos, a golpe de camino, en el bosque de Astérix buscando jabalíes o muérdago o romanos... Y dar la vuelta al juego, hacia Quimper y a Carnac con sus cromlechs y menhires y disfrutar de la bahía de Morbihan para, a la pata coja una vez más colocar la piedra justo en Nantes. Y bajar de nivel, ya de regreso, hasta La Rochelle y de ahí hasta la casilla pintada con el 1, de vuelta al umbral de la frontera y al lado de Hernani y en medio del monte, a cenar con personas por conocer y de las que disfrutar su hospitalidad y su mesa.

En el debe, solo dos cosas aunque pesan. Mucho más la primera que la otra. Que no voy a poder ver a mi malabar favorita y bien que lo siento. Y no me vale MegaMaga que me digas... "tampoco es tan grave, mujer. Si solo íbamos a poder vernos un ratillo". No, no me vale en absoluto. La segunda, mucho menos importante, es que el día 15 los hermanos Capuçon, esos dos muchachitos que tocan el violín y el cello como si hubiesen vivido sesenta años, interpretan un programa de los que me privan: música de cámara de Webern, Schönberg y Beethoven. Pero nunca se puede tener todo y no voy a piarlas por ello.


Pues eso, que yo creo que lo tenemos merecido. Que le he dado a mi marido cinco meses largos de aúpa. Que desde enero se lo he puesto muy difícil. Que lo he desbordado y se ha desbordado de llantos, duelo, caras largas... De hablar más de la cuenta o no querer o no poder hablar. De esconderse, de sentir dolor sordo por doler sin quererlo. Que ha sido durillo. Que ha estado asustado y preocupado y muy triste por mi y por mi culpa. Porque no podía o porque no sabía o quería. Y que además pequé sin darme cuenta de algo que ocurre con más frecuencia de la que suponemos. Y es que veces (solo a veces, que conste) y aunque pueda parecer un despropósito, es muy cómodo instalarse en el dolor y sufrir continuamente. Llega a ser adictivo en ocasiones porque en el fondo es más fácil dejarse llevar y pensar qué cruel es la vida conmigo que pegar la patada en el fondo, reconocer las propias meteduras de pata, asumirlas en vez de echarle la culpa al empedrado buscando continuamente excusas y culpables, decir hasta aquí hemos llegado y empezar a subir por la pared del pozo. ¡Pero qué bien que se está fuera!

Sé que no debería estar soltando todo esto, tan sin pudor, siendo tan afectivamente obscena. Y quizá más sabiendo que él nunca va a leerlo, que él no entra jamás en la bitácora. Que no lo va a sentir, que no lo va a saber. O tal vez por eso seguramente sea más fácil. Pues sabed que me apetece irme con este señor adonde haga falta; al fin del mundo en coche, tren o andando. Que lo quiero para vivir con él hasta que uno de los dos no pueda más y tenga que entregar la cuchara. Que lo quiero conmigo y a mi lado, a pesar de que lo dijera el cura. Estando pachuchos o sanos, con fondos o sin ellos. Alegres o aguantando metralla ajena. Y que se me llena la boca al decirlo y que no me importa que se sepa. Y que tenía ganas de soltarlo, qué narices. De decir que lo quiero mucho y que el viaje al fin del mundo real, el de verdad y no el de falsos vuelos pomposamente hinchado, puede empezar con un periplo a la Bretaña. Solos. Más alegres y más juntos y más fuertes que antes. Riendo, descubriendo mar y verde. Comiendo pescado hasta hartarnos, buceando en abadías románicas o ciudades medievales.

Y ¡hala, que ya está! Que ya no tengo que explicar el porqué de la segunda parte del título de esta entrada. Hoy sí que siento de verdad no saber escribir como saben parte de mis amigos de este blog. Hoy me habría gustado encontrar la forma de que las palabras no pasasen la barrera de lo melindre. O ser Almudena Grandes y manejar la ternura sin atravesar la frontera de lo melifluo, de lo facilón. Y lo he intentado, mucho. Pero no he sabido. No me sale. Así que tendrá que quedarse en una declaración ramplona y cursi pero en toda regla después de tantos años juntos. Y comprobar que puede ser cierto y bien cierto, como uno sospecha desde siempre en el fondo y como canta este señor al que venero "... che l'amore non è niente altro che serenità".

Indolence(1976). Paoli/Raggi. Canta Gino Paoli. BCN Records, 1994


Pues eso. Cambiadle la voz a quien la canta o el sexo a su objeto y destinatario. Pero seguirá siendo lo mismo. De modo que... Pues eso.

Mientras volvemos, os dejo a la condesa haciendo guardia. Ha cambiado de opinión y ahora le ha dado por ponerse en huelga de celo así que yo de vosotros saldría corriendo cuanto antes. Se ha armado de un miniportátil y un módem USB y os controlará mientras yo esté fuera. Sed buenos pues y disfrutad de permiso de pernocta fuera del cuartel de las Variaciones durante unos cuantos días. Al regreso, nos vemos. Prometo traer galettes bretonnes a todo el mundo.

Besos y abrazos a tutiplén que la condesa es muy suya y distante y exquisita, pero yo soy abrazadora y besucona (otra de las cualidades de los pesaditos). Y hoy, como cualquier otro día, intentad sed felices. Intentadlo hasta hartaros.

Buenas noches a todos.

17 comentarios:

Txema dijo...

Permíteme que también te tutue, sin que sirva de precedente, pero no me ha resultado plomiza la historia que has contado.

Y creo que tienes razón. Muchas veces hay que actúar saltándonos a la torera las que parecen ser barreras sociales y falsas solidaridasdes.

Disfruta pues y aptovecha la ocasión para deleitarte con la comida bretona.

besos quimperianos

Ciberculturalia dijo...

Querida, también te tutearé ya que nos lo permites. Haces bien en marcharte a ese viaje tan añorado. Las cosas hay que vivirlas en el momento. Ahora. No más tarde.
Envidia me das toda aunque me consuela que a la vuelta podremos seguro disfrutar de tu viaje, verdad?
Un abrazo fuerte y a disfrutar de la Bretaña

RGAlmazán dijo...

La verdad que no sé a quién dirigirme. No es Freia, tampoco la Condesa ni Fasolt. Supongo que se trata de un alma Paz-ífica.
No sé si tutearla, mejor que no. Yo no soy tan atrevido como los dos comentaristas anteriores y las almas me dan yu-yu.
Querida alma sincera, cándida y vitalista. Hace usted muy bien. Váyase y huya en compañía de su santo que bien se lo merecen ambos. Y olvídense de todo esto por unos días, que ya volverán. Sólo una cosa, a la vuelta, cuente, cuente sus experiencias viajeras y denos envidia. Así es que querida alma, me alegro de que pueda volver a ser usted misma y que haya recuperado todo el ánimo que últimamente le había abandonado.
Yo no la tuteo pero la mando besos, muchos besos, que sé que los recibe con placer.

Salud y República

Isabel dijo...

Y a mí que me parece que estoy leyendo una novela en este blog, y que la narradora sabe como nadie crear personajes con su propio lenguaje. Para qué los libros de texto con lo que se aprende aquí.

Con el permiso de su dueña voy a copiar una frase para el título de mi próximo post y que pondré con el debido enlace porque más nos valdría soltarnos como esta señora lo hace y seguir su consejo de felicidad.

Brindo por ello querida P. Te beso.

ana dijo...

....saber alejarse y respirar un poco ... mmmmm ... si hasta parece que por aquí se nota la brisa vacacional...

Pues que usted lo disfrute bien, pero que muy bien...
:))))))))))))))))))))))))))))))

Martine dijo...

Je sais à qui m'adresser, pour lui dire que son texte et ses projets sont merveilleux..
Et lui rappeler ce qu'elle doit faire au premier Menhir qu'elle rencontrera...
TU AS RAISON! En tout et pour tout!
Bisous, et profite/z de la Bretagne.

Txema dijo...

Dios mío. ella está aquí.

Judith dijo...

Vaya, ¡qué sorpresa de escrito!
Acabo de ponerle cara (algo un tanto materialista en una entrada con tanto sentimineto) a la persona con la que espero compartir este verano algún granizado de limón en una buena horchatería de Madrid.
Mucha razón en eso de que es muy cómodo instalarse en el dolor y el sufrimineto. Temerosamente adictivo y, de a poco, peligroso. ¿Falta de cariño del resto, de uno mismo? ¿Pérdida de la ilusión? Qui le sait... Cada cual tiene sus motivos. Muy respetables, por cierto. Disculpe estos pensamientos en voz alta; nada más lejos de ser juicios de valor. Uno se siente bien al trepar por la pared de lo que quiera que sea ese agujero negro... Yo, desde que leí "El túnel" de Sábato, me complace esa comparación... ¡Todo un texto de esperanza y alegría! Estupendo para una noche estival de junio.
Que disfrute mucho del viaje a la Bretaña. ¡Qué felicidad la de viajar con alguien tan especial!
Bon voyage et profitez-en!
=)
Muy afectuosamente.

Gemma dijo...

Jaja, Paz. Menos mal que en ese arrebato de sinceridad que has tenido, no te ha dado por copiarles a todos la carta entera. ;-PPPP

Que lo disfrutes mucho. Yo hice un viaje parecido con mi madre hace ya unos cuantos años y me prometí volver... Lo disfruté muchísimo porque la Bretaña tiene la nobleza de lo vetusto y gallardo..., rotunda como es.
Ni te cuento cómo nos pusimos de mejillones y de galletas bretonas... Y de crepes... ;-)))
Le Mont Saint Michel es pura fantasmagoría... Irreal de tan maravilloso, con sus mareas que suben y bajan y -sobre todo- te acunan y balancean...
Lo dicho: a vivirlo que son dos días. Besos y abrazos, Gräfinita

NáN dijo...

¡Ostras!, pero no el conocido "Ostras Pedrín" de aquel detective falangista. Ostras de... ostras de la Bretaña tomadas allí mismo. También mejillones, y galletas de esas y crepes... Pero cuando puedo, y ¡un día es un día!, me voy al Mercado de San Miguel a comer ostras de Bretaña. Y qué quieres que te diga, las ostras, haberlas las hay en muchos sitios, pero las de Bretaña....

Hasta aquí, mi recomendación.

Por supuesto te tuteo, porque si ya había advertido a la Duquesa que, en vista de mi marquesinado, la iba a tutear, no me voy a poner floripondio ahora contigo.

Ya sabes que viajo los viajes de mis amigos, nombrados al efecto vicarios míos. Que para eso tiene uno amigos, leñe, para que se sacrifiquen por uno y acepten las incomodidades de los viajes, a condición de contar y traspasarme luego todo.

Pues empezamos requetebién, porque ya el proyecto me ha hecho salivar de placer, imaginádoos viendo el mar desde la Concha, tomando luego esas minucias que dicen los aldeanos de allá que son tan ricas (y lo son, que las he probado).

Lo del sitio ese donde bate el mar... ¡Puff!

Así que ve, amiga. Que tienes mucho bien que aportarnos.

(Ah, y no eres cursi ni aunque aproveches el verano para hacer un cursillo).

fra miquel dijo...

Carpe diem !

que son tres dias!!!

un abrazo

Gemma dijo...

Suscribo a Nano (para variar, y qué remedio): No eres nada cursi, Gräfinita... A pesar incluso del sobrenombre alemán que te he endilgao. ;-P

Palabra clave: "reptil". Espero que no vaya con segundas...

Anónimo dijo...

Estás guapísima con tu lifting (foto-nueva), exterior e interior.
Buen viaje hacia ti misma!
Kuss

anarkasis dijo...

Además podemos empezar a pulirnos la herencia de mi suegra en vida (es buena idea ¿no?).

ES MUY BUENA IDEA, yo por el plural ese, ruego a vuecencia que me apunte aunque sea para unas cañas, y si hay que comprarse unas minifaldas también.
otros: por principios no me despido nunca con la gente sino que los recibo, pero para este caso y dado de sus regalías compartidas:
Le pido y le ruego que achuche en mi nombre (esto es como casarse por poderes en ultramar, tengo que probarlo)
a Charles, hasta que desfallezca.

Su coheredera
Anarkasis

Angel Adanero dijo...
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Freia dijo...

La dueña se ha marchado y de nuevo, pluriempleo. Con retraso, pero intentando contestar los ocmentarios.

Txema

Estimado caballero. La condesa retorno de modo que el tuteo desaparece.
Y sí, a juzgar por cómo viene, la dueña ha debido de hacerle cumplidamente caso en lo de la comida.

Como siempre, a sus pies estimado caballero

Ciberculturalia

Es difícil contestar de oídas pero creo que Paz también le hizo caso a Vd. y se marchó a no tardar. Y sí, me temo que todos vamos a "tener que disfrutar" de su viaje. Anda liada con fotos y libros y musiquilla celta, de modo que nos espera un verano de aúpa. Para que se quejen de mí.

Rafael

Hace Vd. muy bien querido amigo en dirigirse a un ente. Yo tampoco sé muchas veces bajo qué papel me escondo. Desventajas de la personalidad múltiple.
Y me parece que también a Vd. hizo caso la autora del post puesto que se olvidó de todo y espera habernos dado envidia. No es difícil tampoco, estando donde ha estado.

Recojo los besos en su nombre y se los devuelvo a manos llenas, ambas.

Isabel

Querida amiga. No tiente a Paz, no la tiente. Que en un decir amenjesús se puede sacar varios personajes más de la manga y como la tiene ancha va a llegar un momento en que aquí no quepamos.
Creo que ella ha estado unos cuantos días brindando también por Vd, amiga.
Un beso muy fuerte.

Ana

Queridas leonesa y leonesita. Creo que la viajera más que brisa ha recibido ráfagas de viento del norte a más de 80 kms. por hora pero no es fácil tumbarla dada su estructura. Y, qué casualidad... también a Vd. le ha hecho caso y ha disfrutado a modo.

Un beso gemelar a ambas.

Selma

Por lo que he oído, ¡tenía que haber visto Vd. a Paz como loca entre los alineamientos de Carnac, repitiendo sus deseos entre los 3000 menhires! Debió de ser agotador pero, a juzgar por los resultados, valió la pena.

Mil besos para Vd. también querida y por acercarse al salón de la condesa.

Judith

Entiendo que esté deseando Vd. volver a España, pero a mí no me importaría pasarme una temporada larga en Francia, si la jefa no me tuviese contratada en régimen de esclavismo.

Según he visto por las fotos, no hizo calor no, teniendo en cuenta que aparecen en las fotos siempre con la misma chaqueta y el paraguas.

Por lo demás parece que la esperanza y el subir por la pared se confirmaron.
Estoy deseando tomar ese limón granizado con Vd. en cuanto regrese. Parece que he perdido el enlace. Intentaré localizarla en su blog.

Un abrazo grande, Judith de l'Auvergne.

Freia dijo...

Gemma

Jajajaja, mi querida MegaMaga. Vd. sabe bien que la condesa nunca dice en público más allá de lo estrictamente "publicable". No tema, le guardará el secreto. ;-PP

Creo que Paz ha estado bien al tanto de la gastronomía del país: galettes, palets, gateaux diversos, far, omelette bretonne, etc. etc. etc., por no hablar de los de Donosti, osti tú.
A la jefa de todo esto le ha parecido un país con una fuerza tremenda en el agua y la tierra y los bosques. Primitiva y, como dice Charles, mágica. Uno se enamora de ella nada más llegar.

Un beso para Vd. querida y un abrazo a su "costilla".

Nàn

Ostras de la Bretaña. ¡y las crían en huertos!, jajajaja. Curvas y planas, del 5 al 1 de tamaño. Más pequeñas, menos saladas y con menos sabor a yodo de las de aquí.
Y si encima llueve a mares y no se puede caminar, qué mejor que sentarse a degustarlas con un Sanserre, por ejemplo.
Cuando me toque libranza de blog, podemos quedar un día en el mercado de San Miguel. Buen sitio para compartir mar y palabras.
Un besazo, querido.

Fra Miquel

Efectivamente, Fra Miquel: Carpe diem!
Eso llevo oyendo decir desde hace un mes. Y lo peor es la sonrisa tontorrona de alegría que se le ha puesto... y como de estar en babia.
La administradora me encarga que le diga que si no conoce los bosques bretones, debería Vd. perderse por allí. Menos romanos, encontraría de todo...

Un abrazo, pater.

María

Pues sí María en toda regla. Él no necesita entrar en la bitácora para saberlo.

Creo que la amnesia aún le dura.

Un beso, querida gaditana. Espero que se encuentre Vd. ya bien.

Gemma

Mi querida Gemma. Lo de Gräfinita nunca ha sido cursi. Es nada más y nada menos que cariñoso. Y además irrepetible. Nadie me ha llamado antes ni me lo llamará más que Vd. Eso la hace única e insustituible.

Mita

Mi querida Mita. Más vale que no la vea Vd. ahora. Se le ha puesto cara de pan gallego. Eso sí, la sonrisa le sienta divinamente. Y el viaje debió de resultar a juzgar por cómo ha vuelto.

Viele Küsse, querida.

Anarkasis

Cómo sabía yo que te apuntarías, querida. Jajajaja. No me refería exactamente a ti pero no hay problema, te hacemos hueco rápido.
Y no pierdas cuidado. Paz achuchó convenientemente y en repetidas ocasiones a Charles, Charlita y Charlitín. Según cuentan fue una tarde deliciosa.

Un día de estos quedamos y nos repartimos el botín.