Un regalo de Sergio Astorga

domingo, 20 de julio de 2008

Come again

Mis queridos amigos, héteme aquí de nuevo.

En primer lugar, mis disculpas por no haber podido despedirme de Vds. como se merecen. Razones de falta de tiempo me obligaron a salir con premura de Madrid, camino del norte, sin tener ni siquiera un minuto para publicar una entrada, aunque fuese breve.

Razones también de premura me han hecho volver precipitadamente a este Madrid, inhóspito e inmisericorde para con los ciudadanos que se niegan a abandonarla: el calor hoy ha sido inhumano.

Esta mañana me he telefoneado Fasolt, mi valet de chambre, al que puede que Vds. hayan conocido durante mi ausencia. Me ha pedido que regrese. Había intentado por todos los medios no llamarme, pero llevaba un par de días encontrándose mal y el malestar no sólo no remitía sino que había empeorado.

Lo cierto es que una vez en Madrid y dado que su aspecto no auguraba nada bueno, hemos llamado al médico. El galeno no ha sido capaz de hacer un diagnósito claro del mal que lo aqueja, pero lo cierto es que tendrá que guardar cama y reposo durante una algo más que breve temporada.

Ciertamente ha sido un duro golpe. Aprecio a Fasolt desde que hace ya muchos años (no diré cuántos) entró a mi servicio. Me ha sido siempre leal y me comprende mejor que muchas otras personas que he tenido y tengo más cerca. Siempre he contado además con su aprecio y siempre también con su casi invisible tutela, contrarresto eficaz a mi natural atolondramiento. Espero poder seguir acudiendo a él cuando necesite consejo en ciertos asuntos, siempre que no le canse ni le turbe. Tengan por seguro que cuidaremos de él con la dedicación que se merece hasta su recuperación.

Me toca por tanto hacer de nuevo las tareas de anfitriona, aunque debo advertirles que tendré que ausentarme a menudo de la capital, así que la publicación de entradas no será sistemática ni periódica, lo que por otra parte es habitual en mí.

Y para celebrar mi regreso y puesto que regreso, les he traído algo ligero que nos permita soportar la canícula. Vamos pues con un inglés, que si no luego se me quejan agriamente. (No se crean que por estar lejos no me han llegado sus comentarios acerca de los teutones; bueno, más bien sobre un germano con boina, en particular).

Intentaré hablarles de John Dowland y de la que con seguridad es una de sus canciones más conocidas: Come again.

La música de John Dowland (1563-1626) ha sido definida como Semper dolens (siempre doliente), pero compuso gran variedad de canciones profanas, casi todas de tema amoroso por las que, curiosamente, hoy es mucho más conocido.

Dowland publicó su primera antología de "lutesong", esto es, canciones para ser interpretadas exclusivamente por laúd y voz, en 1597 y bajo el título de Songes or Ayres. Pero en vista del potencial mercado que se abría en el campo de la música, declaró que: "... estaban escritas de tal forma que o bien en su conjunto o cada parte por separado, podían ser interpretadas por laúd, orpharion o viola de gamba". Dowland autorizó incluso combinaciones entre voces e instrumentos en el que éstos sustituían aquellas voces que faltaban, o servían de apoyo a la voz de los cantantes poco seguros de sí mismos. Era música además concebida para uso social y profano, para ofrecer un máximo de ligereza y ser interpretada con suavidad. También, evidentemente, para ser adquirida, toda vez que en aquella época no existían aún los conciertos públicos y sólo disfrutaban de la música los que tenían el gusto y el dinero necesario para practicarla ellos mismos. Solían hacerlo ayudados de servidores musicales que vivían en la casa y eran reclutados por su talento musical. Es decir, los músicos que no tenían el genio suficiente para tocar en la corte, lo hacían en las casas de la pequeña nobleza en el campo o de una emergente clase media proveniente del comercio. De ahí venía la necesidad de componer piezas que pudieran ser usadas por varios instrumentos y voces. Era mucho más fácil venderlas y la libra era la libra. También era frecuente que las clases más pudientes tuviesen sus propios salones de música, sus bibliotecas especializadas y un conjunto de instrumentos musicales.

La música pues, en manos de los poderosos (la Corte y la Iglesia) y los pudientes (pequeña nobleza y comerciantes enriquecidos). ¿Qué se esperaban? Estamos a finales del XVI.

La pieza Come again se trata de una de las obras profanas de John Dowland, en concreto la número 17 precisamente de este “First Book of Songs or Ayres” publicado en 1597 y revisado en 1617. Evidentemente, contradecía el lema de su música: Semper dolens , dado que se trata de una cancioncilla amorosa, de una curiosa y refinada sensualidad, aunque un fondo de amargura se desprenda de toda la pieza.

La primera versión que les traigo está interpretada por laúd y contratenor. Ya saben Vds. de mi poca afición por esta tesitura vocal, pero en la época era habitual que las canciones se tañesen y cantasen en los entreactos de obras teatrales, lugar donde no se permitía casi nunca la participación femenina. Puesto que a finales del XVI era interpretada casi siempre así, así se la traigo:


Gerard Lesne y el Ensemble Orlando Gibbons interpretan esta pieza, procedente del disco Ayres, grabado para Naïve, en 2004.

La segunda audición se trata de una versión para tenor y laúd


Paul Agnew y Christopher Wilson, respectivamente, en una grabación para Metronome, en 2004.


[Me habría encantado incluírles en esta selección versiones realizadas por soprano y contralto (para mí, la tesitura femenina más hermosa). En el primer caso, concretamente la de Emma Kirkby y el Consort of Musicke, grabada en 1976 y reeditada este año por 5 Stars BBC Music Mag, pero no dispongo de ella. Por lo que respecta al segundo, no conozco ninguna interpretación de referencia y me ha resultado imposible encontrar nada en tiendas y distribuidores de música, lo que supongo que va en la línea actual de que las contraltos se llevan poco, frente a la trayectora ascendente y luminosa de los contratenores. ¡Qué se le va a hacer! Esperaremos a que las modas cambien de nuevo].

No obstante, he conseguido esta versión en youtube, para que se hagan una idea de cómo suena la voz de una soprano en esta canción:



Canta la soprano Valeria Mignaco y el laúd Alfonso Marín, en una grabación en directo en la iglesia de San Pedro, en Lovaina.

La siguiente versión es exclusivamente instrumental y aúna la canción de Dowland y la partitura que con el nombre de Conmagain publicó el campanero de la catedral de Utrecht Jacob Van Eyck (1590-1657), allá por 1654, en un libro de composiciones que recoge su obra completa titulado Der Fluyten Lust-hof (algo así como el Jardín de las Delicias flautísticas ). Este también famoso flautista, holandés y ciego, recogió 114 piezas para flauta dulce. Porque realmente, más que hablar de obra en sentido estricto, deberíamos hacerlo de recopilación. Casi todas las piezas son variaciones o contrafacturas de melodías populares en Holanda a finales del Renacimiento. La contrafactura era la remodelación de una melodía ya existente, aplicándole generalmente un nuevo texto. Era práctica habitual de la época, toda vez que había pocos compositores y pocas ediciones y éstas además eran muy costosas. Como mucha gente gustaba de cantar, resultaba mucho más cómodo aplicar nuevos textos a melodías ya conocidas. (De ahí también que las variantes de los textos del original de Come again de Dowland sean múltiples):


Comme again de John Dowland y Conmagain de Jacob Van Eyck. Fantasies, Ayres and Dances. Julien Bream y Julien Bream Consort. RCA, 1988

Por último, la quinta versión es de un intérprete que sin duda conocerán todos. Profesional de larga y variada trayectoria, polifacético y curioso, Sting grabó en 2004 el álbum "Songs from the Labyrinth", en el que se incluye su interpretación de la canción de Dowland, acompañado al laúd por Edin Karamazov y durante la cual él mismo tañe la tiorba.
La crítica especializada lo puso a caldo. Juzguen Vds. mismos:
aquí si quieren verlo.



Come again!
Sweet love doth now invite,
Thy graces, that refrain
to do me due delight,
To see, to hear, to touch, to kiss, to die
With thee again in sweetest sympathy.

Come again!
That I may cease to mourn
Through thy unkind disdain.
For, now left and forlorn
I sit, I sigh, I weep, I faint, I die
In deadly pain and endless misery.

All the day
The sun that lends me shine
By frowns doth cause me pine
And feeds me with delay;
Her smiles, my springs that makes my joy to grow,
Her frowns the winter of my woe.

All the night,
My sleeps are full of dreams,
My eyes are full of streams,
My heart takes no delight.
To see, the fruits, and joys, that some, do find
And mark the storms are me assigned.

But alas,
My faith is ever true,
Yet will she never rue
Nor yield me any grace;
Her Eyes of fire, her heart of flint is made,
Whom tears nor truth may once invade.

Gentle love,
draw forth thy wounding dart,
Thou canst not pierce her heart.
For I that do approve,
By sighs, and tears, more hot than are thy shafts,
Did tempt, while she for triumphs laughs.

¡Regresa!
Dulce amor, ahora me invitas
Con tus gracias, que se niegan
A ofrecerme el placer que me es debido.
Para ver, oír, tocar, besar, morir
Contigo de nuevo en la más dulce armonía.

¡Regresa!
Para que pueda cesar de llorar
Por tu cruel desprecio,
Ahora que estoy en soledad y desamparo.
Me siento, miro, lloro, desfallezco y muero
Con sufrimiento mortal y miseria sin fin.

Todo el día,
el sol que me presta su brillo
Al hacerme fruncir el ceño, me hace morir de pena.
Y me consume muy despacio.
Sus sonrisas son las primaveras que aumentan mi alegría.
sus enfados, el invierno de mi aflicción.

Toda la noche,
mi descanso está poblado de sueños,
Mis ojos están llenos de lágrimas
Y mi corazón no siente placer alguno.
Al contemplar que los frutos y alegrías que algunos encuentran,
en mi provocan sólo tormentas.

Pero aunque
mi confianza se mantiene firme.
Ella nunca se arrepentirá,
Ni me concederá un solo favor.
Sus ojos están hechos de fuego, su corazón, de pedernal
que no se desmorona ni la verdad puede invadirlo nunca.

Dulce amor,
Lanza tu dardo que hiere;
Pero no podrás atravesar su corazón,
Porque yo, he aquí la prueba,
Con suspiros y lágrimas más ardientes que tus flechas
Lo he intentado, mientras ella se ríe de su triunfo.


[La traducción es mía y no me fío. No domino el inglés como debiera y mucho menos si está escrito en el XVI. Se aceptan pues sugerencias y modificaciones]


Bueno, creo que por hoy ya está bien. El día ha sido largo y complicado y entenderán que necesite ir a descansar. Tienen Vds. música ya para unos días. Les aconsejo que vengan varias veces y escuchen en cada visita una audición. Así la escucha será sosegada y yo disfrutaré más y con mayor frecuencia de su compañía, lo que para mí siempre es un placer.

Buenas noches a todos.

22 comentarios:

Martine dijo...

Buenas noches ma petite Comtesse, seguiré tus consejos y dosificaré... pero por un momento la lectura de la transcripción me ha dejado algo de tristeza, de nostalgia... Pero es hermoso, muy hermoso este texto, volveré... C'est promis! Et j'écouterai et j'apprendrai, c'est ce que je fais à chacune de mes visites chez toi, et j'ai tant à apprendre encore!

Un baiser Freia, je suis heureuse de ton retour...

RGAlmazán dijo...

Bienvenida de nuevo, querida condesita. Su ausencia se me ha hecho larga, aunque entiendo que habrá tenido motivos justificados. Mientras tanto, nos ha entretenido, y de qué modo, su Fasolt, un mayordomo enjuto y de maneras impecables que la aprecia y la conoce muy bien. Si bien es verdad que seguro que no le ha transmitido mis halagos, probablemente porque no quiere intromisiones y me temo que le disgusta que otros se le aproximen. En fin, ya sabe lo que siento por usted, aunque nunca me conteste y haga usted del requiebro un verdadero género obstaculizador. Recuerde que no sería la primera vez que un plebeyo y una aristócrata se entienden.

Y ahora, pasemos a su entrada. No conocía la canción, y usted va y me pone cinco versiones. Le diré que la que más me gusta es la segunda, pero ya sabe, sólo me guío por mis sentidos, mi conocimiento del tema es limitado, aunque espero que, gracias a usted, llegaré a ser un experto.

Nada más, espero que lo de Fasolt no sea nada, no le guardo el mínimo rencor, yo en su lugar haría lo mismo. Y a usted, como siempre, beso su sinistra (que supongo curada) y quedo a los pies de vuesa merced, como siempre, esperando tiempos mejores.

Salud y República

Gemma dijo...

Pues a mí, Freia querida, me ha gustado tanto la versión del contratenor como la de la soprano. Y la de Sting tampoco está nada mal, sobre todo si se escucha desde el Youtube, jeje.

Hasta la meramente instrumental me ha parecido divertidísima, por lo libérrima, jaja.

Un beso para ti y un abrazo para Fasolt (a ver si lo que le pasa al pobre es que sufre penas de amor...)

PS: Por cierto, eso de Semper dolens, ¿no podría referirse también al amor cortés? (Lo digo porque en literatura, estas composiciones de lírica tradicional versan siempre sobre amores no correspondidos...)

Antonio Rodriguez dijo...

Que lastima que Fasolt haya enfermado, ahora que parecía que cogía confianza y empezaba a contar intimidades suyas, mi querida condesita. En fin esperemos que no sea nada y siga supliendo sus ausencias.
Entrando en el objeto de su entrada, cada día nos abruma más con sus conocimientos musicales. A mi me ha gustado más la versión de la soprano y después la instrumental y la de Sting, quizá por aquello de la cercanía.
Estaba pensando que diferentes tiempos en los que la música, como Vd. dice, solo era accesible para las clases pudientes, y ahora no hace falta salir de casa para poder escuchar buena música, sobre todo teniendo una guía tan buena con Vd.
Quede a su pies y no se nos valla muy lejos, que la echaremos de menos.
Salud, República y Socialismo

fritus dijo...

Come again...fantasticamente bien traído el título puesto que la hemos echado de menos más que a una cocacola en el desierto.

Me alegro muchísimo de que haya vuelto y de que el pobre Fermín ya sólo pase el plumero y no tenga encima que quedar bien por usía en esto de la blogocosa, aunque he de reconocer que el tipo me caía la mar de bien,... bastante abultada está ya la lista de sus admiradores como para tener que competir con otro que encima lleva smoking, con lo que estiliza eso...

Por lo que respecta al compositor Sr. Dowland vaya Ud. a saber si sú musica es semper Dolens por lo tarde y mal que pagaban a los músicos en el S/XVI que si este hubiera pillado la mitad de pasta que su paisano Mick jagger otro gallo nos cantaba a todos, incluído el Sr. Dowland.

Siempre a sus pies y manos, Sra. Condesa y no se me fugue más que la miss you a lot.

Freia dijo...

Buenas noches a todos. Perdón por el retraso. He pasado el día en El Escorial para ver si podía combatir el calor, pero ni por ésas...

Selma

Por lo que leo eres la única que ha seguido mi consejo de dosificar las audiciones... luego vendrán las sobredosis por el calor pero es que no me hacen caso...
El texto es hermoso... y ampliable. Se fueron añadiendo estrofas que, seguramente, no eran de Dowland, aprovechando la música.
Es cierto que no es muy optimista, pero existe toda una tradición de canciones de ese tipo. Con todo, son eso... canciones.
Bonne nuit ma chère Selma.

Rafa

Don Rafael. No sabe cómo me han ruborizado sus palabras, aunque no debería Vd. decirle esas cosas a una respetable dama (y como me complacen también; pero eso se queda entre Vd. y yo).
Yo también le he echado de menos, aunque le he seguido muy de cerca. Fasolt seguramente pone trabas por su celo desmedido en protegerme, no piense Vd. mal.
Me alegro de que le haya gustado la canción. La primera vez que yo la escuché me enamoró por completo. Esa repetición además de los dos últimos versos de cada estrofa, con varios verbos a cual más sugerente... ¡será mejor que lo dejemos que con estos calores...! Mi preferida también es la número dos: la voz de tenor es la que mejor se acopla para mi gusto a lo "doliente" de la canción.
Un abrazo mi querido amigo

Mega

Meine liebe Mega. Vengo de su casa... Aunque volveré más tarde y despacito... ¡cada día la quiero más por lo bien que se expresa c...! (como en el chiste). Cuando el amor dedice cruzarse en la vida de sus personajes, es como una explosión, estalla. Así debería ser siempre.
Bueno, a lo que vamos. Esta vez estoy de acuerdo con Rafa, me gusta la versión de tenor.
Por lo que respecta a Sting, evidentemente no es un profesional y la acusación de instrusismo sensu stricto podría ser lógica. Sin embargo, creo que se ha acercado a Dowland con una cierta honestidad y no llevado exclusivamente por el afán de vender discos. Si el acercamiento a los clásicos se hace con respeto y admiración, no me parece mal en absoluto. La versión es curiosa y además, desde que salió su disco, han aumentado enormemente las ventas de los de Dowland, no hay mal que por bien no venga. (Además tengo que reconocerle que a mí ese chiquito me encanta desde que cantaba en Police: ("Every breath you take
Every move you make
Every bond you break
Every step you take
Ill be watching you"
) Uhhmmm!

Sí que podría aplicarse el calificativo de doliente a toda esa corriente poética amorosa no correspondida. Pero creo que en este caso, lo de dolens, le venía por los Lacrimosa que escribía frecuentemente... Además ese puntillo sensual que tiene la canción a mí me encanta:
El párrafo: "...To see, to hear, to touch, to kiss, to die with thee again in sweetest sympathy" no tiene desperdicio.
PS La versión de Sting del bommp3 falla más que una escopeta de feria; por eso puse el enlace a youtube

Freia dijo...

(Antes de nada: un beso para Mega, que se me había traspapelado)

Antonio

Qué alegría verle. ¿Me creería si le digo que me encanta ver mi casa llena de republicanotes?... Y no es un cumplido.
Fasolt va mejorando, aunque realmente no sabemos qué tiene. Suspira frecuentemente, se queja de que la falta el aire y ha perdido por completo el apetito. Confíamos en que con mimo y cuidados se pondrá bueno.
Si algún día puedo conseguir la versión de la Kirkby, tenga por seguro que la pondré. Si le gustó ésta, la de ella lo va a embelesar. Con relación a lo de Sting, repito lo que dije en el comentario dedicado a Mega.
Mil gracias por sus amables palabras.
(Decididamente, nadie como los hombres de izquierdas para decir lindezas)... y eso incluye al honorable don Fritus ¡Lo que me he perdido yo con tanta derechona!
Un abrazo

Fritus

Mi muy estimado amigo. Reitero lo dicho en el párrafo anterior. Estoy por irme y volver varias veces a la semana para que todos Vds. me digan esas cosas tan... tan... tan, de que me han echado de menos.
Antes de que se me olvide. Su inglés es very good. (¿o es very well?, jaja). Échele Vd. una miradita y corríjamela. Me haría un favor.

Jajaja. Con la de cosas que les ha sugerido a Vds. el adjetivo dolens podría escribir otra entrada. Además, en confianza y visto lo mal pagados que estaban los pobres, lo de dolens definitivamente va a ser por eso.
Cuídeseme mucho y déle un beso suave en la mejilla a mi diosa fenicia favorita. Por supuesto, otro para Vd. y salúdeme a las Pitiusas que me da Vd. una envidia insana... la Cala Bassa, la Grassió, la Portinatx, la de Sant Miquel... ¡ay, qué envidia!

NáN dijo...

apachurrado por tanta sapiencia. PEro no quería dejar de entrar como un tontuelo para desearle lo mejor a Fasolt.

¡Y no hace ni mucho menos tanto calor! Lo que hay que hacer es moverse poco, como las salamanquesas en la pared.

Freia dijo...

Querido Nano. Es un placer.
Lo mismito me pasa a mí cuando visito la suya con esos relatos y esas poesías que escribe Vd.
Yo también confío en que Fasolt se recupere pronto.
Le agradezco el consejo. ¿Cómo me quedará el disfraz de salamanquesa?
Un abrazo

Angel Adanero dijo...

Querida condesa (tipiti...) no la doy la bienvenida porque debe saber que para algunos usted nunca se ha ido. La llevamos siempre en nuestro pensamiento, en nuestro corazón y en las músicas que nos va dejando aquí y allá. No me pregunte donde es aquí y donde es allá.
Un pollo majo su ayuda de cámara. Espero que le veamos pronto por aquí, aunque he de confesarle que así de primeras tuve algún malentendido con el tal Fermín.
En el siglo XVI la música estaría en manos de poderosos. Vale. Bien. Pero ya le digo yo que en pleno siglo XXI la situación es la misma. Y no voy a hablar de la SGAE.
Vamos al meollo de la cuestión. Desoyendo sus consejos no he dosificado nada la audición de estas piezas. Es más, me he pegado varios atracones oyendo las cinco de golpe.
La versión que más me ha gustado es la segunda. Coincido con usted y con el señor Almazán. Me parece la más clara y la más audible. Aunque ya sabe que yo en esto de la música me guío más por el sentimiento que por lo puramente técnico.
La primera versión me ha puesto de los nervios (y varias veces), la del flautista de Hamelin ni fu ni fa, más bien algo sosilla. Con lo bien que sopla Maurice Steger seguro que le sacaba más partido que el tal Julien Bream.
La de Sting (¡lo que ha ganado este hombre con los años!) no me ha parecido mala del todo. Comparto con usted eso de la honradez. A la crítica especializada que la den dos duros.
Y la que menos me ha gustado ha sido la de la soprano. Entre la Valeria sentada al borde de la silla, que parece que tiene prisa por terminar para ir al escusado, y el del laúd, que si llega a durar la pieza treinta segundos más acaba dando con la cabeza en el instrumento, me ha sido imposible escucharles.
Ya ve, estos son los efectos del atracón. Me temo que ahora tendré que tirar de Almax.

Por cierto, hay por ahí una bitácora nueva sobre música "culta" que promete mucho. Ya la mantendré informada.

Un saludo, un abrazo, un beso o una colleja. Escoja usted.

Freia dijo...

Querido señor conde (tipitin...) Como le dije a Fritus Magnificus, si llego a saber que me van a echar Vds. así de menos, programo más viajes al año para que, a mi regreso, me digan Vds. luego esas cosas.
Se lo pregunto...¿dónde es aquí y dónde es allá?
Sé que madruga Vd. mucho y por la hora en que ha visitado mi casa ha tenido que robarle tiempo al sueño. Gracias por ello.
El tema de la SGAE mejor ni lo tocamos.
De sus palabras deduzco que la canción le ha debido de gustar. Eso sí, espero que haya hecho trabajar sólo a su "oído bueno" porque varias veces por cinco versiones sale a unas cuantas por oreja. Cuídese.
Parece que al final va a ganar el tenor y que Sting no sale tan mal parado. Lo de la versión flautística es un divertimento curioso, aunque lo más curioso es que no he conseguido averiguar quién toca la flauta, alguien del Consort supongo. Como aclaración y puesto que la nota discográfica era confusa, le diré que Julien Bream es el laúd y jefe del grupo. Saqué el mp3 de la red y no dispongo de más datos.
Con relación a la soprano, le confesaré que a mí me funcionaba a saltos (tenía que dejarla saltar hasta casi el final y después volvía el mando al inicio para poder escucharlo sin parones). El día que consiga la versión de la Kirkby prometido que se la pongo a todos Vds.
Curiosamente sólo las mujeres hemos hablado del texto.
¿No le parece a Vd. increíble? Claro que siendo contemporáneo y conocido de Shakespeare algo se le pegaría al sr. Dowland.
Espero impaciente sus noticias sobre esa nueva bitácora.
Me quedo con el saludo, el abrazo y el beso (ya ve qué acaparadora me he vuelto últimamente).
Le reitero los míos y un beso a sus dos soles.

Gemma dijo...

Pues ahora que lo dices, estimada Freia, al oírla por primera vez pensé que le pegaría muchísimo a una peli de ésas de Kenneth Branagh. Del tipo Mucho ruido y pocas nueces, de Shakespeare...

Qué curioso... ;-)

Freia dijo...

Jaja, querida Mega, es que tú hilas más fino en música de lo que crees.
Sí es cierto. En algún lugar he leído estos días que Shakespeare admirada la música de Dowland y sus canciones en particular.
Seguramente en más de una película de Branagh la banda musical contiene alguna canción de Dowland y tú has sabido reconocerla.
Un día de estos te pondré una obra tramposa de Gould que no será Bach...jeje.
Un abrazo

Angel Adanero dijo...

Si quiere saber donde es aquí y donde es allá le recomiendo que vea al inefable Coco en Barrio Sésamo. Explica muy bien esas cosas. Ya sabe usted: "Hola amigos, soy Coco. Hoy os voy a explicar la diferencia entre aquí y allá".
Ahora un par de cosillas que se me escaparon en mi "breve" comentario anterior. Una estupidez y una herejía.
La estupidez. Al ser mi inglés casi nulo, cuando vi el título de su entrada pensaba que nos iba a invitar a comer. Ya sabe, por eso de "Come otra vez". Pero ya veo que no. Me temo que con esto de la crisis no está la señora condesa como para invitar a un ágape a todos sus lectores-seguidores. Y también me temo que debería mejorar mi inglés.
La herejía. No me extraña que el buenorro de Sting se atreviera con la canción en cuestión. Me ha sonado a música pop. Las dos últimas frases de cada estrofa suenan muy a estribillo de canción de lista de éxitos. Es más, al oírla la relacioné con alguna canción más o menos actual que no acabo de ubicar. Cuando de con ella ya se lo comunicaré. La pista que sigo ahora es de alguna banda sonora, pero ando bastante perdido.
Ya ve, el título de esta entrada podría haber sido John Dowland, un músico pop en el siglo XVI.

Un abrazo.

P.S.: Si me he fijado en el texto, en su traducción, claro. Es bello de verdad. Eso de "Sus sonrisas son las primaveras que aumentan mi alegría. Sus enfados, el invierno de mi aflicción." me parece precioso.

Freia dijo...

Querido señor Conde (pititin...)No debería Vd. obligar a esta condesa a declarar públicamente que cuando ella estaba en edad de programas infantiles, lo que echaban en la tele era Los chiripitifláuticos. Dicho esto, corramos un estúpido velo sobre la pregunta de aquí y allá.
Por lo que respecta a la estupidez: esta condesa no tiene ningún inconveniente en invitarles a un ágape siempre que sea después del jamón ese de Guijuelo y las botellitas de Ribera con las que nos "engatusó" el otro día gracias al jueguectio de marras.
Además ya sabe Vd. que a mí lo que me priva es la "cocina de autor" y no sé yo si lo de las espumas y los aires le va a Vd. mucho.
La herejía no tiene por qué serlo. Es más que probable que alguno se haya basado en el Came again para "hacerle un homenaje" a Dowland y de paso copiarle el estribillo.
¿Ve cómo esta condesa necesita de su asesoramiento en música pop? Yo no había caído en la cuenta de que el estribillo diera tanto juego.
Con relación al texto, me alegra saber que es Vd. un romántico. Ha elegido un verso de lo más delicado. Casi me ruboriza haber sacado yo a colación estribillos más explícitos... jaja.
Un abrazo señor Conde.
PS Por lo que respecta a la brevedad mucho me temo que somos tal para cual... Lo dará el título, digo yo.

Dardo dijo...

Había dejado de ser consciente de la calidad de este blog; y del abnegado trabajo que hay detrás de ello. Todo un placer para los lectores y escuchantes que nunca sabremos corresponder.

Espero, amiga, que el verano le vaya bien.

¡No me gustan las maneras y exceso de confianza de su lacayo!. Como es Vd. afrancesada le consiente demasiado. Aquí le recomendaría yo algo de disciplina germánica (sin llegar al castigo físico, sólo al psicológico) y distancia británica. Padece Vd. el mal de los borbones (también franceses y campechanos); se hacen demasiado permisivos con el servicio. Pero en fin Vd. sabrá.

Vayamos al "Come again". Querida Condesita; le tengo que decir que la versión que más me gusta es la 1ª (la del contratenor). Ya he visto que Vd. apuesta claramente por la soprano. Sinceramente: Lo siento; como mujer Vd. no puede soportar que la bizarra delicadeza de una voz masculina (contratenor) pueda superar a la voz femenina de la soprano. Piense por el momento que la hubiera interpretado un "castrati"; todavía más a mi favor. Tal vez sea una fijación algo perversa que tengo; pero es lo cierto que estos "coupages" (desgarro amoroso masculino)son, a mi modo de ver, insuperables.

La 2ª interpretación (tenor) la percibo (en cuanto a la voz) como más potente; pero le tengo que señalar que existe una fricción en la pronunciación que me desagrada. Muy al contrario que la del contratenor que no presenta estas rigideces a la hora de pronunciar.

La 3ª me gusta más que la 2ª pero menos que la 1ª. Insisto; hay en esta última una extraña delicadeza.

La de Sting; bueno, es otra cosa. Pero si somos condescendientes y la metemos dentro del panorama pop; pues eso, dentro de este contexto tan malo; no deja de ser algo medianamente aceptable.

Y todo esto, apreciada Freia, desde mi más completo desconocimiento musical y guiado simplemente por mis sentidos. Espero no haber sido demasiado atrevido en mi ignorancia.

Espero que paséis un feliz verano. Y que Fasolt se recupere. Entonces, en ese momento, trátelo Vd. como se merece un ser de su bajo estado.

Freia dijo...

¡Querido Dardo¡

No sabe la alegría que me da tenerlo por mi casa. Es señal de que el verano además le ha dado un cierto respiro y el tiempo, ese tirano feroz, vuelve a ser su amigo. Sabe que para mí siempre será un placer tenerlo por aquí.
Jajaja tiene razón con respecto a Fasolt, quizá le he consentido demasiado pero a veces se tienen debilidades difícilmente explicables. En otro orden de cosas ya sabe que soy defensora acérrima de lo germánicos pero la mayor parte de los visitantes de esta bitácora no quiere ni oír hablar de nada que les huela mínimamente a teutón, ya ve.
Realmente la voz que más me gusta de todo el "espectro" es la voz de contralto. Siempre lo he mantenido. A mí me habría gustado tener esa voz en vez de una vulgarucha de soprano como la que tengo (casi soprano coloratura, a juzgar por el pito que soy capaz de desarrollar, jajaja). ¿Sabía Vd. que la reina Sofía cantaba de joven la Pasión según San Mateo de JSB, con una increíble voz de contralto? Siempre preferiré las dinastías alemanas a las francesas, así que haré como que no he leído esa comparación con los Borbones... Donde esté un Schelwing-Holstein Hozenburg-Grunbulk que se quite todo lo demás (jajaja, como me oígan, esta condesa va a perder unos cuantos admiradores).
Eso de que no sabe Vd. de música se lo dirá a todas. Que sabe Vd. más que los ratones colorados.
Con relación a Sting vuelvo a lo dicho ya anteriormente. Siempre que uno se acerque con honestidad, respeto y admiración a la obra de alguien, no estoy en desacuerdo con que se hagan versiones modernas; siempre puede contribuir, gracias a su fama, a acercar la figura de Dowland al gran público y eso puede ser bueno.
Espero que encuentre los personajes que anda buscando y no eche en saco roto mi consejo de volver a realizar esas crónicas de viajes, infancia y recuerdos que yo echo tanto de menos.
Un abrazo

Dardo dijo...

Desde luego que es Vd. toda una bendición. Alegría la mía, amiga. Siga siendo afrancesada siquiera a lo Orange o al cesarismo napoleónico (los borbones no son tan malos; aunque aquí en España hemos tenido algunos ejemplares bien decepcionantes). Pero es una dinastía donde hay hasta Santos (San Luis). Sabía que la reina Sofía había cantado -y que es una enamorada de Bach- (desconocía lo de contralto).

De verdad que no sé de música más allá de lo que puede saber un consumidor profano. Por eso aprecio su blog y es imperdonable que no lo frecuente como debiera. No sólo es que Vd. nos brinde unas entradas impagables; es que con frecuencia recurre a analizar y comparar; y, así, casi sin percibirlo, nos educa de una manera de lo más pedagógica.

Hace poco vi en el programa de entrenimiento de la Cuatro (Cuarto Milenio) una exposición de cómo la música clásica forma en el agua (vista al microscopio) unas ondas de lo más armonioso. Que quiere que le diga; he pulsado en su barra vertical el "Oh mi querido niño" de Puccini y que pena que no tenga posibles para encargar que se me cante cada vez que me vaya a la cama por la noche. Eso sí; no recitado por un contratenor; sino por una soprano de cuerpo a lo Rubens vestida con bata blanca ajustada de enfermera. ¡Oiga; uno tiene a veces estas fantasías!. Un abrazo.

Martine dijo...

::: Y sigo dosificando... Una pequeña observación-pregunta : No obedece la postura de Valeria al hecho de que es muy díficil cantar sentada... Pregunto desde mi ignorancia Supina...

Y que quiere que les digan, me gusta Sting... Aquí puede que arañe o algo más la versión de Dowland... Pero la canción que evocas Freia, junto a mi "Désert Rose" es que se le puede perdonar...

A lot of kisses!

Freia dijo...

Sí es cierto que hubo un San Luis; el problema es haber tenido un Fernando VII o una Isabel II. De todas formas, sigo quedándome con las dinastias germánicas, mientras quiten al impresentable ése del borrachin de Hannover... Jajaja.
Por lo que respecta a las comparaciones, no es oro todo lo que reluce. Esta condesa es muy tramposa y se limita a poner las versiones. Son Vds. los que hacen las comparaciones y me sacan las castañas del fuego.
Jajaja, querido Dardo, no me sea tampoco Vd. tramposo. Sabe Vd. perfectamente que el título del aria de Puccini es "O mio babbino (papaíto) y no bambino (niño). Si lo que quiere es justificar esas fantasías albo-médico-rubensianas, no me ponga al pobre don Giacomo de pantalla, jajajaja.
Claro que bien pensado, casi resulta más casto lo de bambino que lo de babbino, jajajaja.
Un fuerte abrazo Dardo.
PS Cada vez que paso por la puerta del Thyssen y veo la placa sobre Liszt me acuerdo de Vd.
PS2 Si es capaz de soportar estos calores, no se pierda la exposición del Prado sobre el retrato. Es soberbia

Selma

Ma chère Selma.
Hombre yo tampoco entiendo mucho de técnicas vocales. Evidentemente es más fácil cantar de pie, pero ahora mismo se me viene a la cabeza Pilar Lorengar cantando una de las arias más difíciles escritas por Mozart, es decir una de las arias más difíciles y la cantaba perfectamente sentada.
Más bien puede ser producto de la bisoñez y los nervios.
El otro día después de evocar la de "Every..." me fui al youtube a ver el vídeo y jajaja, lo cierto es que tenía un aspecto de tirillas impresentable. Está mucho pero que mucho más atractivo ahora.
Grosses bisous ma petite

Dardo dijo...

Querida Condesita; no he sido tramposo; sencillamente un solemne ignorante (Vd. me sobrevalora). Todos estos años creyendo que era "bambino" y no "babbino". Y lo que es peor; haber negado a mi fantasía el perverso pozo abisal tan sugerente del "papaíto" (lo que se corresponde más con mi edad). Ja,ja. Desde luego que ahora la escena en mi imaginación tiene muchas más posibilidades. Pero, que quiere, en el fondo era un grito desesperado por sobrevivir los dorados años de la infancia de donde nunca me hubiera gustado salir.

Veo que se sigue acordando de la noticia relaitva a que el propio Liszt tocó el piano en el propio palacio de Villahermosa. Su devoción por lo musical me parece que forma parte de su ADN y eso es de admirar. Por otra parte creo que lo que quede impregnado de Liszt allí, ahora estará mejor que cuando el edificio era la sede de la Banca López Quesada.

Un fuerte abrazo amiga.

Freia dijo...

Jajaja. Dardo. Me ha encantado lo del perverso foso abisal... De todas formas, si lo que quiere es recuperar los años de infancia, nada le impide cambiar una letra por otra. Ya sabe que nuestra Mega Maga sabe que una sola letra puede cambiar el mundo.
Del ADN no, pero de la educación paterna, tenga por seguro que sí. Efectivamente, ahora el espíritu de Liszt vaga por el viejo palacio de Villahermosa más ligero que antes.
Un abrazo