Un regalo de Sergio Astorga

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Conciertos

Para aligerar el ánimo tras un sábado difícil, decidí dedicar un par de días a la música en vivo. No soy crítico ni musicólogo; bastante hago con aguantar a alguno de vez en cuando, aunque he de decir también que alguno que otro hay salvable y decente, no quiero ser injusta. Así pues, que nadie espere de esta entrada certeros y sesudos análisis, sino sensaciones.

Después de tantos años de escuchar música en directo mi oreja consigue distinguir algunos fallos, pero, a no ser que el gallo sea tremebundo o el desafinado de escándalo, suelo disfrutar más que penar por lo que escucho y me merece la pena.

El sábado, gracias al anuncio en la entrada de RobertoC, acudí al concierto que daban al alimón el Coro de Voces Graves de Madrid y la Schola Ars Poliphonica de Santander, en homenaje al contratenor José Antonio Maza. El concierto se celebraba en una de las iglesias barrocas más bellas de Madrid, la del Sacramento, hoy convertida en catedral castrense.

Fue un auténtico placer escuchar tanto las piezas que cantó el coro anfitrión (diversas canciones compuestas o adaptadas por músicos españoles del XX), como las que interpretó el coro santanderino (desde la austeridad del gregoriano hasta canciones ligeras contemporáneas, pasando por unos deliciosos lieder de Mendelssohn). Cantaron conjuntamente un Ave Maria (Angelus Domini), de F. Biebl.

Pero lo que más me impactó fue cuando Ars Poliphonica inició el Domine, non sum dignus. Quizá fue por la belleza espectacular de las obras de Victoria, por el espléndido empaste y la interpretación del coro, por el marco soberbio que lo envolvía o porque el texto venía al pelo para un día tan duro como aquél (o quizá fue más bien la unión de todo), el caso es que el resultado fue sencillamente sobrecogedor.

No tengo por casa esa obra de Victoria pero, como complemento, os dejo el Agnus Dei del Officium Deffunctorum, en una versión de The Tallis Schollars, dirigidos por Peter Phillips, en una grabación de 1987 para Gimell Records.

Agnus Dei qui tollis peccata mundi: dona eis requiem, dona eis requiem, dona eis requiem sempiternam.

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Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo: dáles el descanso, dáles el descanso, dáles el descanso eterno.




El segundo concierto tuvo lugar el lunes en la Fundación Juan March. Dentro del ciclo dedicado a la canción española, la sesión de este mes versaba sobre los vihuelistas del siglo XVI.

Otra delicia de concierto. El contratenor Carlos Mena y el vihuelista Juan Carlos Rivera fueron desgranando textos populares o literarios del XVI español, con música de Esteban Daça, Luis de Milán, Alfonso Mudarra, Diego Pisador, Luis de Narváez, Miguel de Fuenllana y Enríquez de Valderrábano; es decir, lo más florido de los vihuelistas españoles de ese siglo, que equivale a decir de todos los tiempos. El placer habría sido completo si alguna que otra señora, demostrando un absoluta falta de respeto por sus vecinos de audición y creyéndose, sin duda, en el sofá del salón de su casa, no nos hubiese chafado alguna que otra pieza, moviéndose sin parar, abanicándose, localizando imaginarios tesoros en su bolso o quitándole el ruidoso papel a un ruidoso caramelo que, inmediatamente después, chupó ruidosamente. Nada puede ser perfecto.

De nuevo me faltan las referencias concretas que se interpretaron (mi discoteca no es la Fnac, por fortuna), así que os dejo con la Baxa de contrapunto de Diego Pisador, interpretada por Jorge Fresno, con una vihuela afinada en sol, para EMI, recopilada en 1993.



Espero que disfrutéis al menos un poquito de lo que yo lo he hecho estos dos días.

6 comentarios:

RGAlmazán dijo...

Veo que has disfrutado dos maravillosos conciertos. Lástima lo de las señoras mal educadas. La última vez que fui al teatro, hace un mes y pico, fue aquí cerca en Tortosa y a una señora emperifollada le sonó el móvil durante un minuto, por lo menos, sin que se lo apagara pues no lo encontraba dentro del bolso. Los actores estuvieron a punto de parar. Pero ella, nada, tan digna buscando en el baúl de los recuerdos y sin encontrar...

Salud y República

Gemma dijo...

Una delicia de piezas. ¡Gracias por la selección! ;-)

robertoC dijo...

Me alegro de que te gustara tanto el concierto de mis amigos de Ars Poliphonica. Yo no pude asistir a un concierto tan especial como era el primer homenaje que se hacía a Jose después de su fallecimiento. Espero poder asistir al concierto que darán el 22 de diciembre en Santander.Por lo que me han contado estos días, para Ars Poliphonica fue un concierto muy emocional porque la ausencia de Jose dejaba un vacío enorme en el sonido del coro, especialmente en el Ave Maria de Biebl.

Dardo dijo...

¡Ay!. Mi reencarnada Condesa de Vilches. Ya decía yo que a Vd. la conocía.

Se podrá creer que cuando vi el luminoso retrato que hizo de Vuesa Mercerd Madrazo en la mentada exposición temporal del XIX me quedé algo así como próximo al efecto Stendhal (sobredosis de belleza).

Y no; no digan que fue la indigestión la que me produjo este síndrome; porque ésta ocurrió después.

Amiga Freia: Ego non sum dignus de entrar en este remanso de belleza que es su salón (esto supera a un blog).

Su humilde vasallo.

Freia dijo...

Rafa

Lo peor de esa gente que en los conciertos, el cine, el teatro se dedica a molestar a sus compañeros de butaca es que demuestran el desprecio y la falta de respeto más absolutos por el intérprete que está en el escenario.
Y los móviles... En el auditorio del nuevo Prado no funciona ni uno. No se sabe si es porque está forrado de madera o porque han puesto un inhibidor. Supongo que acabará generalizándose el uso de éstos porque algunos no hacen caso ni aunque se lo adviertan antes.
También me das envidia a mi con tu casita en Tortosa. Disfrútala.

Mega

Gracias por tus palabras. La elección trata de compensar lo despreciativos que somos los españoles, en general, con todo lo nuestro, aunque sean auténticas joyas como la obra de Victoria y la música de vihuela del Renacimiento. Si fuéramos francesese trataríamos a los vihuelistas del XVI con el mismo respeto y dignidad con que ellos tratan a su Marin Marais o su Jean Baptite Lully, pero ya ves: aquí se conocen muy poco. Por lo que respecta a Victoria, la cosa no mejora. Es el mejor polifonista del mundo mundial (que diría Manolito Gafotasw), es admirado e interpretado por todas partes menos aquí que, salvo honrosas excepciones, permance ignorado y arriconado tristemente.
¿Para cuando un sistema educativo con una educación musical comm'il faut?

RobertoC

Gracias a ti por tu reseña. Lo disfruté mucho.
No me extraña en absoluto el impacto emocional del grupo. Debió de ser duro.

Dardo

Es un placer leerlo por esta casa. Hace tiempo que sigo su blog, gracias a "rojeras" como Bolche, AF, Maripuchi y otros y, además, siento total debilidad por el icono de Justino que tiene Vd. en el encabezamiento.
Alguien con síncrome de Stendhal...¡qué maravilla! Aunque este blog no lo merece, se lo aseguro, siempre ayuda escuchar halagos como ése.
Cada vez me alegro más de haber elegido a la Condesa como mi otro yo. Es guapa, joven, tiene unos ojos que ríen y está maravillosamente pintada.
Para mí, la exposición del XIX ha sido el reencuentro con amigos desde hace mucho tiempo no vistos y muy muy añorados.
Espero con interés desmedido su siguiente entrega.
Espero que vuelva por aquí.

Un abrazo

Freia dijo...

Síndrome, síndrome, que cada día escribo peor.